Capítulo 13

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Capítulo 13

—¡Aunque me mates diré la verdad, mataste a tu propia hija porque había sido mujer, tu querías que tu primer hijo fuera hombre!

Donghae lo golpeó una vez más y casi a rastras lo sacó del palacio, estaba furioso y maldecía el momento en el cual se hizo cargo de él.

—¡No te quiero ver nunca más!

—¡Yo mucho menos! —Gritó el príncipe. —¡Maldigo esa relación que quieres formar con mi mujer!

El rey le dio la espalda, no quería tomar una medida más extrema con el que consideraba ahora su ex hijo, aunque realmente jamás fue su hijo.

Regresó a la habitación donde se encontraba Tiffany, por una extraña razón quería explicarle todo, pero se sentía temeroso de su reacción.

—Le dije a Jimin que no quería verlo nunca más —dijo mirándola, ella solo asintió, pues ni siquiera sabía que decir. —¿No me dirás nada?

—¿Qué tendría que decir? Usted es el rey.

—Nuevamente puedo leer tus pensamientos —Dijo fastidiado. —Me temes

Tiffany asintió, él rey no quería que ella le temiera nuevamente.

—¡Deja esa maldita actitud, no debes temer!

—Quiero irme de este lugar, quiero encontrar a mi hermana, no quiero ser su mujer ni mucho menos tener un hijo —dijo armándose de valor. —Odio este mundo, odio este reino.

—Tu opinión no cuenta, aquí quien manda soy yo, y solo yo decidiré que hacer contigo.

—Supongo que para usted es fácil disponer de la vida de los demás, no le importa nada.

—Sé perfectamente porque me estás diciendo eso.

—¿De verdad mató a tu propia hija? —Preguntó, Donghae sonrió de lado.

—Siempre me deshago de lo que no me sirve, así que tu procura servirme o correrás con la misma suerte.

—¡Prefiero estar muerta a tener un hijo con usted! —Le gritó. —¡Vamos, mátame, haz lo único que sabes hacer, ahora entiendo todo, eres un ser despreciable, por eso estás solo!

—¡¿Qué dijiste?!

—¡Estás solo, nadie te quiere! ¡Mira a tu alrededor, nadie está contigo, ni siquiera Jimin que, aunque no lleve tu sangre es tu hijo!

—¡No necesito a nadie, nunca he necesitado a alguien para ser quien soy!

—¡Entonces no busques un heredero, al final de cuentas ¿Quién querría un padre como tú?!

—¡No eres más que una insolente, en mala hora pensé en tener un hijo contigo!

—¡Por fin se da cuenta, rey! —Dijo casi asqueada. —¡Me quiero ir de este maldito lugar!

—¡No te irás a ninguna parte, pasarás a ser una de las sirvientas personales, y ni creas que tendrás los privilegios que has tenido hasta ahora!

—¡Perfecto! —Dijo sorprendiendo al rey. —¡Gustosa seré sirvienta con tal de no tener que revolcarme con usted, rey Donghae!

Estaba dispuesta a salir de la habitación con la intención de comenzar sus nuevas labores, pero Donghae la detuvo.

—El deber de mis sirvientas personales es atenderme en todos los sentidos.

—¿En todos los sentidos? —preguntó sin entender.

—Vamos a la cama.

—¿Para qué?

ATRAPADAS EN LA PENUMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora