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El mundo humano era verdaderamente un lugar lleno de misterios que acechaban en su interior, una entidad desconocida para aquellos que vivían en el océano extravagante.
Desde hacía años, desde que era un joven tritón, Ajax había sentido curiosidad por el mundo sobre la interminable extensión de aguas, mirando el lugar que otros llamarían la "superficie" con ojos de inocente asombro.
Sin embargo, lo poco que escuchó al respecto a lo largo de los años no pudo interpretarse exactamente como algo agradable o prometedor. Por un lado, se decía que los humanos eran seres malvados que los perseguírian implacablemente si supieran que existían.
Eso era lo que todos le habían estado diciendo desde que tenía memoria: 'son criaturas viles y despiadadas'.
Lo dijeron tantas veces para taladrar ese punto en su mente. Todo comenzó cuando era más joven, leía los libros de cuentos caídos que había encontrado y que se decía que se originaban en el mundo humano, y todavía podía recordarse a sí mismo, hojeando el libro con asombro incluso cuando las palabras le eran ajenas. Él, mirándolos boquiabierto con un embeleso apenas disimulado, aun mas cuando estos contaban con ilustraciones o fotos.
Un día, en medio de su 'lectura', su padre había nadado hasta su sección de la caverna compartida, interrumpiéndolo con un gesto demasiado horrorizado en el momento en que sus ojos se posaron para examinar el libro de cuentos que Ajax sostenía.
- ¡No, no, no, Ajax! No deberías estar leyendo sobre ellos. ¡Los humanos son malvados! ¡Crueles! ¡Simplemente humanos! - fue lo que su padre había dicho en ese momento después de arrancarle el libro de las manos.
Fue a partir de entonces que el y su madre se esforzaron en tratar de advertirle de vez en cuando sobre lo peligroso que sería extraviarse en su territorio, y él asentía cada vez, no queriendo decepcionarlo. Cuestionándolos sobre sus ideologías.
Sin embargo, en secreto, su curiosidad solo se hizo más y más fuerte incluso cuando había dejado de mencionar el mundo humano que lo rodeaba.
Sin embargo, no dejó de entregarse a sus curiosidades. De vez en cuando, salía a la superficie por la noche, cuando todos dormían profundamente.
Era un acto bastante poco masculino, ocultar tal actividad a quienes lo rodeaban, pero era la única manera de examinar libremente el mundo humano sin ser dirigido por los ojos críticos de los demás.
Y fue durante esos momentos que realmente podía sentirse rejuvenecido, simplemente disfrutando del calor que le pinchaba la piel.
Era una actividad de baja categoría, pero salir a escondidas a la superficie nunca dejaba de llenarlo de alegría en todo momento.
Cada vez, hubiera querido quedarse solo un segundo más, algo que habría hecho si no hubiera corrido el riesgo de ser atrapado por sus padres en su acto de escabullirse.
Sin mencionar que también existía la posibilidad de que aparecieran humanos y lo vieran con la cabeza fuera del agua y sus brazos escamosos, un escenario para el que Ajax no estaba preparado.
Después de todo, las escamas de las personas sirenas eran vistas como tesoros; eso había sido obvio con solo escuchar las horribles y aterradoras historias sobre los humanos en las que se decía que eran abrumadoramente codiciosos, simplemente viendo las escamas de las personas sirenas como otro medio para recaudar dinero. Una creencia que la gente del mar incluso había llegado a transmitir a través de numerosos libros de arte en los que sus imágenes representaban a los humanos de las maneras más crueles y malvadas.
En las imágenes, al igual que los cuentos que los tritones compartían entre sí, los humanos destrozaban sin piedad las colas de los tritones sin ningún signo de remordimiento, e incluso como alguien que veía en gran medida el lado positivo de las cosas, Ajax podía no puedo afirmar exactamente con total confianza que eran historias completamente infundadas, especialmente cuando se le presentó la dura verdad de la realidad en su gloria gráfica.
Aún así, aunque estas historias no han disuadido ni un poco a Ajax en su curiosidad, se encontró tomando precauciones adicionales al asegurarse de mantener su cabeza en el agua detrás de la enorme roca, no queriendo ser visto por las criaturas extrañas de arriba. La superficie.
Y luego, en su escondite, simplemente se relajaría en las comodidades del profundo océano azul, contento con simplemente deleitar sus ojos con el desconocido pero fascinante entorno de la superficie.
Pero entonces, sin que él lo supiera, pronto llegaría un día en el que su rutina enfrentaría un cambio... Un gran cambio...
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Hace mucho que no publico nada por aquí. Tengo hasta el capítulo 4 ya editado de esta historia, si veo que tiene apoyo lo publico hoy en la noche o mañana.
