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31 de octubre, hallowen, aquella festividad en la que podías disfrazarte de cualquier cosa, algún personaje de película de terror, o de cualquier otro, además de pedir dulces por las muchas casas qué había. Pero ese día sería muy diferente.

La Presencia de algo extraño en el cielo llamo la atención de un joven.

— oigan — llamo a sus amigos — ¿qué es eso? — señaló arriba.

Su amigo miro al cielo, pero no vio nada.

— ahi no hay nada, debes estar alucinando.

— si... Tal vez — extrañado ignoro aquello. Pero fue levemente empujado por una persona, una bella mujer vestida de blanco y negro captó su atención.

— disculpe~ — la femenina se movía con agilidad entre la multitud — por favor retirensen de la estación de tren. Gracias.

— ¿sucede algo? — pregunto. Por alguna razón sentía una energía viniendo de ella. Además de que vestía de manera peculiar.

— hubo un problema con los trenes, por lo que estarán en reparación hasta nuevo aviso. Por favor vayan a un lugar seguro — sin decir más se marchó. Siendo seguida por dos mujeres detrás de ella — vamos chicas.

— ¡espere ayame-san! — una peliroja trataba de seguirle el ritmo — ¡maldito uniforme!

— ya te acostumbraras... Aunque el mio era más práctico debido a mi ritual cuando estudiaba en la preparatoria — se detuvo para esperar a sus compañeras — tal vez aun lo tenga... Si lo encuentro te lo daré.

— ¿enserio? — pregunto, ella asintió — ¡gracias!

— ¿qué se supone que haremos ahora, señorita ayame? — la mujer rubia y de traje le pregunto a su superior.

— nosotras seremos las encargadas de alejar a los no hechiceros lo más lejos del centro de la ciudad — saco su teléfono y les enseñó el porque — aquí es donde más energia maldita esta concentrada, además de que hay más inocentes cerca.

— entonces, ¿el enemigo piensa en usar a los no hechiceros en nuestra contra?

— lo más seguro sea que si... Satoru será el encargado de averiguar quienes son los responsables de todo esto — guardo su teléfono y miro al cielo oscuro.

8:20 pm.

— esta muy tranquila esta noche... — admiro las estrellas — espero y los chicos estén bien.

— seguramente el tonto de itadori y fushiguro están luchando contra unas maldiciones — kugisaki sento en unas de las muchas bancas del lugar — estaría feliz de ir disfrazada pidiendo dulces... Pero en cambio estoy aquí en una estúpida misión — resoplo con enojo.

La mayor miro divertida a su alumna.

Ella tambien deseaba el no está ahí. Tal vez lejos de tokyo... No, japon, en otro país donde no hubieran maldiciones. Quería escapar de la cruda realidad de sus deberes al pertenecer a una familia de hechiceros... Pero.

¿Y sus amigos?, los compañeros que hizo en su juventud, ¿qué pasaria con ellos? ¿Dejaría que arriesguen sus vidas, a cambio de que ella viva una mentira?. No.

Pará su mala suerte, no. Ahora era solo un tonto sueño el cual nunca podría hacer realidad.

— kugisaki.. — la joven la miro — tu... ¿Serias capaz de irte lejos de aquí, con tal de no lidiar con maldiciones?

— sensei... — miro los ojos azules de la rubia, los cuales estaban opacos —la verdad... La razón por la que arriesgo mi vida no es por los demás, es solo que buscaba la forma de salir del pueblo en el que yo vivía...

— había otras formas para salir de ahí. No necesariamente el ser hechicera, ¿sabes?

— si... Tal vez eleji el camino fácil de esto — su expresión cambio a una triste, pero recordó varias cosas — pero si no estuviera aquí, no hubiera conocido tokyo, las tiendas de ropa y la deliciosa comida..— levanto la mirada — no conocería al profesor gojo, itadori y fushiguro, maki y a los demás.

Ayame se sorprendió cuando nobara se puso delante de ella con una gran sonrisa.

— y a usted tampoco. Es por eso que no me arrepiento de ser chaman. Si tal vez ponga mi vida al borde de la muerte unas cuantas veces , pero , en algún momentos todos moriremos. Es mejor disfrutar el presente y no vivir en el pasado o pensar en el futuro.

Un sentimiento extraño se hizo prestante en el pecho de la maestra. La cual entendía ahora las razones del por qué no había dejado el trabajo de hechicera.

— eres muy lista, kusisaki — llevo una mano a su cabello rojo y lo revolvió —  ambas tenemos un motivo del por qué estamos aquí. No hay vuelta atrás.

— claro~

Después de estar un rato sentadas, ayame recibió una notificación en su celular. Al revisar noto que era de mei mei.

— parece que en el fondo de la estación de tren, hay una gran cantidad de no hechiceros atrapados — bajo la pantalla — hay humanos mutados cuidando del piso dos y tres. Cualquiera que trate de entrar o salir muere... Esto es malo.

— ¿qué ocurre? — la otra mujer rubia, observó como ayame sacaba dos abanicos de su haori — ¡¿es malo?!

— por ahora no. Itadori y mei mei serán los encargados de terminar con los humanos mutados... Además, estoy segura de que no es solo un enemigo, son varios— cerro los ojos un momento — (seguramente la maldición de rostro cocido hizo esto, uso a personas normales para mutarlas y tenerlas como guardias para que nadie escape... Tendré que tener cuidado con el si me lo llego a topar, además, no estoy sola)

El tener a sus compañeras con ella era un riesgo, aunque kugisaki ahora era de primer grado, no tenía mucha experiencia con maldiciones de grado especial. Solo con las dos con las que tuvo que luchar junto a yuji.

Pensó en un plan para no poner en riesgo la vida de ambas mujeres, también al ser nobara la única con un ritual capaz de dañar el alma, esto le daría ventaja con los enemigos.

— ¿ya evacuamos a todas las personas?

— ¡si!, aunque aún quedan pocos.

— de eso se encargaran los de segundo año. Porr ahora tendremos que estar atentas a cualquier presencia extraña, es decir, maldiciones o hechiceros malvados.

— ¿hay chamanes asi?

Asintió.

Solo conoció a uno, uno el cual era su compañero de escuela, y del cual fue espectadora de su muerte.

Un pequeño aparato se posó en su hombro. Observó qué era y le resultó familiar a un robot.

— ¿qué es esto? — lo levanto y este tenía una pantalla por debajo — ¿hola?.

profesora ayame — Esa voz le resultó muy familiar — soy mechamaru.

— ¡¿kokochi?! ¿¡Donde estas?!

eso es lo de menos... Escuche con atención lo que le diré. Es de suma importancia.

Ante aquello se quedo en silencio. Pero las palabras que escucho la pusieron en shock.

Satoru gojo a sido sellado

𝐁𝐑𝐎𝐎𝐊𝐋𝐘𝐍 𝐁𝐀𝐁𝐘 - 𝒿𝓊𝒿𝓊𝓉𝓈𝓊 𝒦𝒶𝒾𝓈ℯ𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora