Hay días en los que me cuesta respirar.
Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy todo el tiempo sintiendo que tengo una soga al cuello que me aprieta. No hay nada que me haga sentir mejor o que me saque una sonrisa verdadera.
Simplemente cierro los ojos y me doy cuenta que mi vida no es como me la imaginaba de pequeña.
No siento ese amor romántico tan bonito e idílico de las novelas, no soy tan guapa, tan delgada ni tan lista como las otras chicas. No veo que nadie se acerque a mí para hablar, siempre tengo que ir yo. A nadie le intereso porque mi vida es tan corriente, tan aburrida, que no tengo ninguna novedad de la que presumir. ¿Qué voy a contar? ¿La serie que me acabé ayer o el libro que acabo de empezar?
¿A quién le interesa eso?
Si me voy para siempre, ¿quién va a llorar mi marcha?
Tengo mucha curiosidad por saber que sentirá la gente de mi alrededor... ¿Tristeza? ¿Dolor? ¿Indiferencia?
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Cartas de una chica suicida
Historia CortaSiento que a nadie le importo. Nadie me conoce de verdad, nadie conoce mis pensamientos. Ni siquiera yo misma. ¿Qué hago aquí? ¿Quién soy realmente? Solo una chica rota. Una chica suicida que escribe cartas.