Desde otros ojos, a short story

Prólogo

Lara

Estoy a punto de cometer el peor error de mi vida.

Podría tirarme de un trampolín situado en la punta de una montaña en vez de hacer esto, sería mi fin, hasta aquí llegó el poco reconocimiento público. Hasta aquí quedó la dignidad que tengo, pero es la única forma.

En plena noche de inicios de julio, en medio de la última semana de clases decidí descargar la aplicación del momento: Mascarade. El sentimiento de presión me obliga a hacerlo, ya que todas las chicas y chicos de la escuela Woodstone lo están haciendo desde su lanzamiento, que fue con suerte hace tres meses, solo quiero sentirme como ellos por un segundo, al menos en privado.

Su link contrabandeado tenía una descripción demasiado ambigua, "Es como un baile de máscaras." Logré entenderlo después de intentar ingresar con mi nombre, no me dejaba; había que utilizar un alias, algo que me representara.

Puse bruscamente mi teléfono sobre las sábanas y miré al techo estampado floral, algo que expresara Lara en pocas palabras... pero estaba en blanco. Siempre me ocurría esto cuando me bloqueaba, hablar de mi misma era complicado y aún más tomando en cuenta las veces que me abrí y el resultado terminó horrible; así que sin nada que pensar, me quedé recostada.

Todo cobró sentido al escuchar el repentino cambio de canción, Wildflower de 5 Seconds of Summer, mi favorita. El techo con flores silvestres rondando por ahí, mi canción preferida y que me hace soñar despierta, ahí estaba, eso era. Estiro mi brazo y agarro el teléfono con la punta de mis dedos, no dudo en ingresar mi nuevo alias, lo que cambiará todo, o al menos espero si es que logró hablar con alguien. 

La página principal apareció, recibiendome con una simple organización: chat público (ni siquiera quiero asomarme a esa cosa) y luego un apartado con el título de "Privado." Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, con solo imaginar el mero hecho de hablar con alguien ahora se me hacía aterrador, porque sé que no causo buena impresión, ni siquiera en línea. Oh, se me olvidó mencionar la pequeña barra abajo de los chats privados que te daba sugerencias de usuarios, que sorprendentemente no parecían ser tan anónimos, bueno, algunos.

Configuré mi perfil, no tardé como quería hacerlo. Solo deseaba a toda costa evitar arrepentirme y no cometer el error de hablar, pero, tenía que arriesgarme al menos una vez en estos años de adolescencia, aunque fuera en lo más mínimo. Miré la barra de sugerencias, bajando y bajando, hasta encontrarme a otro usuario reciente, SilverEye. 

Mierda.

Wildflower

¿Alguna vez deseaste ser alguien más?

SilverEye

¿Alguien como quién? Si vas a hacer una pregunta capciosa hazla bien, desconocida.

Wildflower

No lo sé, alguien de tu círculo social, o incluso una celebridad. Y no soy tan desconocida, técnicamente sabes que voy a la escuela para chicas.

SilverEye

Sigues siendo una desconocida.

Y en respuesta a tu pregunta, no. No quiero ser alguien más, creo que ser yo mismo es parte del desafío de vivir, con eso me conformo.

Wildflower

Que profundo, se supone que es una aplicación para relajarse.

SilverEye

Tu pregunta no fue muy family friendly, siendo honestos.

Wildflower

Agarré la pregunta de las predeterminadas del sistema. Échale la culpa a los creadores.

SilverEye

Nadie usa esas. Son patéticas.

Wildflower

¿Entonces para qué están?

SilverEye

Para inadaptados que no saben iniciar una conversación con un simple hola.

Wildflower

Hola, entonces.

¡Prólogo, people!

Ahí está todo lo que necesitan saber, o cómo inició la historia de estos dos lovebirds. Amoeba de Clairo está en constante repetición mientras escribía el prólogo, no lo sé, siento que le da un poquito de brillo al prólogo.

Izzy.