Cuentas pendientes

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Maximiliano Corleone.

Tenía mis piernas enrolladas con las de mi hermosa Mariana, estaba como un estúpido adolescente. La lleve unos días a distraerse a Sicilia, hablamos con el director, «bueno lo amenazamos».
lo cierto es que vivíamos como si no existiera nadie, solo nosotros.
mis hermanos se estaban ocupando con el cargamento.

-Buongiorno miei occhi celesti-ella sonrió con los ojos cerrados y murmuró.

(Buenos días mi ojitos de cielo)

-Buongiorno amore mio-le acaricie su nariz con la mía.

( buenos días amor mío).

-No sabes lo exitante que suena mi idioma en tus labios- ella sonrió y se mordió los labios.

-Y ¿sabes que es más exitante?-me miró el miembro-Eso en mi labios.

Llevo una mano en mi entre pierna y la movía de arriba abajo.

-Me encanta que nunca estás satisfecha.

Sonrió y se metió en las sábanas, cuando ya estaba con la punta de mi miembro en la boca, timbró el móvil.

-Contesta puede ser importante.

Massimo quedó en avisarme si había hecho el trabajo así que conteste.

-Dame buenas noticias massimo- me senté en la cama y mariana se enrollo con la sábanas.

-Hermano no son buenas noticias, lo que pasa es.......- se hizo un silencio, espere pero no hablaba.

-Massimo-me toque el puente de la nariz. El resoplo.

-Max, los policías nos robaron el cargamento- no había terminado cuando arroje el teléfono a la pared y comencé a vestirme.

-¿Que pasa max?-camine a buscar el teléfono de repuesto y a terminar de vestirme.

-Max-no respondía y se levantó de la cama y me seguía a dónde iba

Maldito massimo, Alfredo y Angelo que no hacían nada bien.

-Max-me tomo la mano y ahí racione.

-Mariana vístete- le arrojé una camiseta.

-Pero ¿Que pasa?-comenzo a vestirse.

-Lo que pasa es que si quieres que algo salga bien tienes que hacerlo tú mismo-pase por su lado y baje la escaleras de dos en dos.

Llegué a una mesita cerca de la sala y tome el teléfono de repuesto.
marqué el teléfono de massimo y al segundo tono me contestó.

-Regrésate y cuida a Mariana- demandé y colgué.

-Max a ¿Dónde vamos?- pregunto Mariana casi sin respirar por bajar las escaleras corriendo.

-Vamos,no mejor vas- ella se detuvo y yo no perdí el tiempo y comencé a mover a mi equipo de seguridad.

- ¿Me estás dejando?-musito con temor.

Me volteo y la veo como si tuviera dos cabezas.

-Estás loca.

Agachó la cabeza aún más y no me contestó, aunque no era una pregunta

-Como piensas que te voy a dejar- camine a donde ella y con mi mano le alcé su hermoso rostro

-Nunca podría dejarte Mariana.

Ella medio sonrió con una lágrima rodando por su mejilla.
No era mentira, Estos días que pase con ella fueron lo mejor de mi vida, nunca me había sentido tan pleno y lleno de vida. Con ella todo era diferente, tenía mis sentimientos más que claros por esta mujer.

No me hieras Tanto.   Aprende Conmigo Vol..1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora