XXVI. La tormenta

60 3 0
                                    

Mini maratón (2/3)

KATHERINE

—¿Dónde estoy? —pregunto hacía Tanner nada más despertarme.

Él me aparta el pelo de la cara con cuidado.

—En el sótano.

Intento incorporarme con la ayuda de Tanner para observar mi alrededor.

Estoy rodeada por todos: Ryden, Caleb, Oliva, Alex y los gemelos infernales. Las miradas de los cuatro primeros son de preocupación, mientras que las miradas de los dos últimos son de molestia.

—¿Qué tal estás? —me pregunta Olivia mientras se aproxima a darme un abrazo.

Yo apoyo la cabeza en su hombro mientras cierro los ojos.

—Estoy bien —aseguro aunque no sea del todo cierto.

Estoy agotada tanto física como mentalmente y lo que más rabia me da es que no puedo saber por qué.

Me separo de mi amiga y miro a mi alrededor de nuevo.

—¿Qué ha pasado con los disparos? ¿Estáis todos bien?

—Se han encargado de detener a los cinco hombres que estaban disparando y han evacuado a todo el internado, menos a nosotros —me explica Alex.

—Me avisado a mi madre de que todos estábamos bien y que me hiciera el favor de llamar a todas vuestras familias para asegurar que estamos bien y así poder quedarnos aquí —agrega Tanner.

—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

—Casi dos días —me responde Ryden.

Yo abro los ojos como platos.

—¿Ha habido algún muerto?

—No, que sepamos —responde Olivia.

Eso me hace soltar todo el aire retenido.

Por lo menos he recibido una buena noticia.

—Y, ¿por qué seguimos aquí?

—Porque la policía asegura que no ha sido un acto premeditado y que simplemente ha sido mala suerte.

—Eso es una tontería —comento.

—Eso fue lo que pensamos nosotros —responde Caleb —, por eso salí ayer y encontré esto.

Me tiende una pistola y un papel.

No hay nada que deseemos más que la gloria y el poder

El papel, a simple vista, no era muy revelador. Pero algo dentro de mi chirriaba, no era una simple frase. O por lo menos no para mi.

—¿Podemos ir a la biblioteca? —pregunto mientras sostengo el papel entre mis manos.

Todos me miran extrañados, pero yo simplemente espero una respuesta. Porque creo que estoy apunto de llegar al fin de este misterio y no sé si el resultado va a ser tan bonito como espero.

—Te quieres callar ya —le exige Alex a Jocelyn mientras avanzamos por escombros que hay por todos los pasillos del internado.

—No porque no estoy de acuerdo con el plan.

—Pues haberte quedado ahí abajo y no haber venido aquí para molestar y no hacer nada más —responde mordaz.

Me aguanto la risa que me ha provocado el zasca que le ha propiciado Alex a Jocelyn y me centro en seguir caminando hacía la biblioteca.

Los impactos de bala son visibles sobre el yeso que cubre las paredes. Miles de grietas se dibujan alrededor de la forma circular que han dejado las balas sobre las paredes, las cuales dan un aspecto de ruina y de desgaste que da incluso miedo.

La nueva obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora