CAPÍTULO 11: REPULSIÓN

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—Yo soy el padre de Perla —repitió—, ella es mi hija.

—¿Cómo es posible que tú seas el papá de Perlita? —dijo pensativa.

—De verdad quieres que te explique cómo fue que Annabeth y yo tuvimos una hija —preguntó con un ligero tono burlón.

—¡No! —dijo sonrojada—, no me refería a eso, sino a en qué momento paso, si ella siempre está en la finca, espera —lo escudriño con la mirada— acaso fue cuando iban a fugarse.

—Sí —afirmo—. Ya te dije que cuando Annabeth estuvo conmigo lejos de todos esos medicamentos por casi dos semanas, ella volvió a ser una persona estable, era la chica que siempre debió ser y... la noche antes a que Beatriz nos encontrara ella y yo estuvimos juntos. Solo fue una vez... jamás esperé que ella quedara embarazada —suspiro—, y cuando Beatriz se enteró de ello encontró la manera perfecta para chantajearme y que no dijera nada sobre lo que sospechaba de ella.

—Esa mujer es realmente mala.

—Más que mala, sabes cuándo nos encontró, me amenazó con acusarme de haber secuestrado y abusado de Annabeth... por eso ella aceptó regresar con su madrastra.

—Entonces... Annabeth regreso para protegerte.

— Sí, pero ya es momento de que todo esto termine.

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­_En la finca Chase_

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Ya no puedo más, esto es demasiado para mí, quiero que termine. Me siento tan débil, me doy asco.

—Todavía me sigo preguntando como una loca como tú me puede prenderme tanto —se burló mientras continuaba con su asqueroso abuso.

Si pudiera llorar lo haría, pero después de tantas lágrimas derramadas mis ojos se han quedado secos.

Si no estuviera tan sedada, lucharía con todas mis fuerzas hasta quitármelo de encima.

Si tan solo alguien me creyera, si alguien me escuchara.

—Es una verdadera lástima que una belleza como tú no vaya a durar tanto —dijo tomándome bruscamente del rostro—, pero por lo pronto disfrutaré de ti el tiempo que Beatriz te permita vivir. Me pregunto qué ira hacer con tu mocosa... tal vez la tire en un basurero... o tal vez la encierre en un manicomio como a ti, ¿no te agrada la idea? —rio fuertemente—. Será una loca como su madre, solo espero por su bien que cuando crezca no esté tan buena como tú porque si se llega a aparecer un poco a ti estoy seguro de alguien se va a dar un buen festín con ella.

Maldito enfermo asqueroso.

Eso nunca va a pasar, nunca voy a permitir que dañen a mi hija.

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