No se como explicar, ese sentimiento de rareza al despertar, sentir que todo cambio y el mundo dio vueltas.
Soy Rebeca, tengo 13 años, hoy es 31 de diciembre, ajá, lo que significa que es año nuevo. El 2023 no es un año que me fascine mucho, no tengo expectativas "buenas" por asi decirlo, entraré a un nuevo colegio, no es algo negativo para mi, de echo, me da completamente igual.
Tendré una amiga, eso es lo bueno, se llama Sofia, ella entraba conmigo en mi anterior escuela, no es tan amable pero le tengo bastante cariño, aunque a veces se vuelva insoportable.
Será un tanto raro entrar a clases, ya que seré la mayor en mi grupo de compañeros, por que en el año 2020 por temas personales y por la culpa de la pandemia, no pude desarrollar las clases virtuales todo ese año, lo que para algunos sonará extraordinario para mi es una tortura.
Ya casi son las doce, mientras agarraba las copas para servir la sidra y celebrar a tiempo, siento de nuevo un poco de intriga por saber de mi nuevo colegio, aunque tampoco es como que me importe mucho.
3.., 2..., 1..., ¡FELIZ AÑO NUEVO!, brindamos con mi familia, y hablamos unos cuantos minutos, luego por el cansancio me despedí y subí a mi cuarto, me encerré como de costumbre y antes de cerrar los ojos, twitee "nuevo año, nuevos gustos", mi única intención era que mi ex lo viera. Y que sintiera unos celos, ya que el había grabado unos videos con algunas chicas. Unos minutos después, veo que me responde el twit, me mando al carajo, no entendí porque tanto alboroto, solo le devolví con la misma moneda lo que el había hecho.
Cabe aclarar que mi ex es de otro país, para ser específicos de Ecuador, se llamaba Esteban, habíamos terminado unas semanas atrás, por sus celos, ya se, muy estúpido.Cerre los ojos, y quede profundamente dormida, luego, entre bostezos, escuché que alguien tocaba mi puerta.
-Rebeca!, abrime ahora, ya es tarde, hoy es tu primer día de clases. Levántate!
¡QUE!, mire mi teléfono y como pensaba, perdí la noción del tiempo, ya era el 13 de febrero, como pude me levante, agarre una cartera que encontré por ahí, pensando que nadie llevaría mochila el primer día. Tan boba, apenas llegue, me di cuenta que fui la primera.
-¿Acaso me equivoque de día?- pensé.
Tome aire, y busque mi nueva clase, al entrar me di cuenta de que no, no me había equivocado de día, estaban unos chicos, entre con la vergüenza más grande de mi vida, me senté en una silla hacia el fondo, movía mis piernas de los nervios.Solo miraba hacia abajo, un rato después, llegó una profesora.
-Buenos días chicos, me llamo Laura, soy su nueva profesora guía. Yo, así como algunos de aquí, soy nueva. Les agradecería que nos presentaramos diciendo nuestros nombres y contando algo de nosotros-
Me quedé dura, odio presentarme ante tanta gente que no conozco. Como pude me presente, aunque tampoco hablaba muy fuerte.
Luego tuvimos E. Física, hablamos con el profe y nos explicó algunas cosas, luego hicimos juegos, lo normal supongo, pasado el recreo, tuvimos la materia de artes, la profe parecía que no tomo su café a la mañana, un tanto amargada pero no me quejo.
Como no había llevado mochila no tenia cartuchera, ni lapices, entonces tuve que pedirle a una chica que se sentaba adelante mio.
-¿Me podes prestar un lápiz amarillo?- pregunte.
-Sii, toma- me respondió.
-Que peladaa- pensé, la primera interacción con alguien y fue para pedir un lápiz, que boba.
Casi todos los profesores que entraban nos pedian presentarnos, era tan odioso. Aunque no todo el día fue malo, había un chico, según lo que había escuchado se llama Ramiro, era medio lindo, aunque medio burro. No soy mala, solo soy sincera, note que este me miraba bastante, aunque no le tome tanta importancia, pero esos ojos que tenía..., digo ¡NO!, que asco, al colegio se viene a estudiar y nada más que eso, ¿cierto?
bueno, en fin, llegué a casa, había que esperar a ver que pasaba al día siguiente, y esta vez trataría de llevar una mochila.
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Un "no" a veces puede ser un "tal vez"
Teen FictionRebeca, una nena de 13 años, un colegio nuevo, aventuras y sentimientos encontrados, ¿que tan malo puede ser?