01: La Entrevista

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Capítulo 1 | La entrevista.


Llego tarde.

La alarma sonó por enésima vez en mi móvil, avisándome de que no solo no llegaría puntual a la entrevista, sino que encima llegaba 10 minutos tarde.

— ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! – exclamé furiosa mientras la mancha de café se expandía por la camisa que me había planchado la noche anterior para asistir a la entrevista número doce de mi lista.

¿Quién nos hizo creer que buscar trabajo era lo más fácil del mundo? Nos vendieron el cuento de que la vida de adulto era lo más bonito y fácil del mundo. Crecimos deseando hacernos mayores sin darnos cuenta de lo felices que éramos siendo unos niños.

Suspiré frustrada y apagué la alarma.

Hacía apenas un par de semanas que me mudé a Valencia en busca de trabajo. Se podría decir que era mi ciudad soñada dentro de España. Crecí en Madrid, pero algo dentro de mí me decía que debía ponerle un punto y final a mi vida allí; y eso hice. No hui de Madrid, pero tampoco me ataba nada allí. Mi familia nunca ha sido un límite en mi vida, así que no me importó dejarles allí con sus trabajos y sus cosas. Era hora de vivir mi vida, a mi manera. Les echaba de menos, por supuesto que lo hacía, pero mi orgullo no lo admitía, al menos no frente a ellos. Me vine sola y, como diría mi madre, con una mano delante y otra detrás.

Me deshice de casi todas mis cosas; algunas se las quedó mi hermana, otras muchas las vendí por Vinted. Estuve trabajando varios meses en hostelería para ahorrar algo de dinero y poder venirme a esta ciudad con un mini colchón que me permitiese vivir sin trabajo durante al menos seis meses. Por supuesto, no tuve en cuenta la subida de precios post pandemia, ni otras muchas cosas que encarecieron el precio de los alquileres. Esos seis meses viviendo "cómoda" aquí, se convirtieron en dos meses y medio.

O sea, que tenía dos meses y medio para encontrar un buen trabajo que me permitiese avanzar en mi carrera profesional, al mismo tiempo que me brindase el lujo de vivir aquí y poder mantener mi status.

Siendo honesta conmigo misma, a pesar de que venía de una familia trabajadora, tenía un gusto refinado que no podía permitirme tan a menudo como me gustaría. Yo soñaba con poder ir a desayunar todos los días al Starbucks, trabajar un par de horitas al día con el portátil, volverme a casa con todo el trabajo hecho y tener gran parte del día libre. Irme a hacer Yoga con mi outfit Nike, salir a comer con amigas a los restaurantes más prestigiosos de la ciudad, hacer cada noche mi rutina de Skin care con productos Lancôme, y dormirme a las nueve de la noche entre sábanas de seda y un antifaz para proteger mis extensiones de pestañas. No pedía mucho; no pedía poder comprarme un bolso de Louise Vuitton cada mes, ni viajar a París todos los fines de semana. Simplemente darme pequeños lujos que a mí me hacían feliz momentáneamente.

¿Quién no iba a ser feliz trabajando en algo que te gustase, poquitas horas al día y con todo el día libre para ti? Joder, ¿Quién no iba a ser feliz con una piel perfecta? Quería sentirme Zendaya en el anuncio de Idôle de Lancôme.

Suspiré alejando aquellos pensamientos de mi vida soñada que por tantos años visualicé, y lancé con rabia la camisa al cesto de la ropa; corrí a la silla del escritorio en busca de algo decente que ponerme, porque toda mi ropa seguía guardada en cajas esparcidas por toda la casa. Bueno, por mis 43 m2 de piso. Por desgracia para mí, solamente pude encontrar una camisa de flores amarillas arrugada entre aquel montón de ropa, ahora esparcido por mi sofá cama.

Suspiré de nuevo, cada vez más frustrada de aquella desastrosa mañana que apenas acababa de empezar.

Me las apañé para vestirme y hacerme una coleta en pocos segundos. Logré ocultar la camisa arrugada con la americana gris que complementaba el outfit, pero desde luego, la camisa no pegaba ni con cola. Me puse unos tacones negros, y salí disparada del pequeño apartamento que empezaba a considerar mi hogar. Al menos, hasta que las cosas fuesen mejor, ese debía ser mi hogar los futuros meses. Debía quererlo.

Tú No Eres Mi Jefe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora