3- Todo acto trae consecuencias

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Siento como esta realidad se distorsiona cada vez más. Siento como mi mente se separa de mi cuerpo. Ya no siento dolor: siento vergüenza de mi misma.

Me levanté de el suelo, guardé las revistas, me seque las lágrimas y decidí correr. Decidí adentrarme en esa oficina inmensa como si nada importara, decidí huir de esa oficina como decidí huir de mi realidad. Y corrí tanto, que no me importaron las voces, las advertencias, los flashbacks. No me importo nada, simplemente me adentre en ese pasillo que al final dejaba ver una puerta. Esa puerta que al abrir, termino conmigo. Termino con mi tristeza, terminó la historia.

Vuelta a la realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora