⠀⠀⠀oiii. tired

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CHAPTER THREE
TIRED!

CHAPTER THREETIRED!

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2018

          Akihiko había perecido los años. Así que, siendo el año que era, podía cargar con los recuerdos del pasado y el cómo pudo cambiar, cómo pudo obtener un presente mejor a cómo lo tenía. La sombra de un presente atormentó cada parte de su mente, por momentos, divagaba tan profundamente que, pensaba, era posible un final diferente.

           Su error, aquello que tanto anheló sin siquiera saberlo. Aquello que ese mismo adolescente borró de su alma sin preverlo; porque la soledad era la mayor carga dentro de cada ser humano, un punto de soledad que él mismo jamás entendió, alguien que no era incomprendido pero desencajaba en aquel lugar.

           El peso que sobre sus hombros fue impuesto, la similitud lo llevó a su mismo olvido.

           Y cerró sus ojos, se recargó en aquella silla que por un descuido, el mismo Gojo Satoru acabó por comprar debido a una mera burla, decidir para su departamento y fue incapaz de botar. Una vez el sueño decidió consumirlo por breves momentos, regresó a aquellos momentos.



2006

            Traspasó la barrera en la escuela de hechicería, caminando sin prisa. Su doncella se cansó a la mitad del camino, decidió parar por momentos y proseguir transcurridos unos cuatro minutos. No había tiempo a malgastar.
Tan pronto como llegó, se le asignó la única tarea de acomodarse en las instalaciones. Si alguna misión requería de su presencia, entonces se le convocaría, de otro modo, por ese día su agenda estaba libre.

           Por supuesto, eso incluía a las clases. No incluyó alumnos pues ahora se encontraba con un vociferante joven de acompañante, interrogando, intentando salir de la ignorancia.

         —Entonces, ¿cuál es tu técnica? Tengo interés en eso— sus lentes obscuros impedían visualizar correctamente sus ojos, no obstante conocía que eran un azul, no uno común, albergaba el Cielo mismo en ellos.

          —Te pediré guardes silencio— haciendo caso omiso a sus interrogantes, procedió a seguir su camino. De sus labios siguieron saliendo palabras vanas, al contrario de exasperarse le resultó algo más agradable escuchar su palabrería —pese a no ser tan amistosa— que a los gritos de las maldiciones en un lugar sagrado.

          —¿Rezas cada noche? ¿Serás sacerdote?— sus respuestas quedaban en la deriva, cómo un bote estando sin rumbo ni destino en medio del océano—. Tengo dudas, ¿las puedes responder? De todos modos preguntaré— sonrió, se acomodó en aquella silla en la biblioteca—. ¿Por qué crees en dios?

SACRIFICE  ✴︎  gojo satoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora