Tras haber tenido una acalorada discusión con la dama demoníaca de las cadenas, tanto el humano apodado como Data, como Lady Devimon se vieron en una situación complicada. Al tener que lidiar con lo que parecía ser la reencarnación de los difuntos habitantes del pueblo destruido. Estos recién nacidos se abalanzaron sobre ellos como una estampida de niños hambrientos de juegos y aventuras. Las Digimon de mayor edad se mantenían alejadas de estos, observando la situación desde las alturas gracias al vuelo de la plumífera criatura digital.
Mientras la alada Digimon de tonos rosados; Piyomon, se mantenía a la espera de que los neonatos se cansarán de jugar y empezarán a dormirse, la sagrada bestia gatuna; Tailmon, mantenía su mirada en la lejanía. En donde se encontraba el cuerpo inerte de cierto señor no muerto, quien había sido el culpable de provocar tal masiva cantidad de fallecimientos en tan solo un día. Llevando al borde de la extinción la vida del poblado a la que alguna vez se le considero su hogar, familia y amigos.
Con el pasar de los minutos, la montaña de pequeños Baby Digimon empezó a calmarse, cayendo presas del cansancio, y dejando que sus rehenes de juegos lograrán visualizar el firmamento digital. De entre los adormecidos bebés, la demonio encadenada logra levantarse lentamente, exhausta tanto por la situación recién vivida, como por las heridas de la batalla de más temprano. Empujando a más de uno con la sombra en su hombro, y haciéndolo con cierto cuidado por el temor de que tan solo uno lloré, y que por efecto en cadena, el resto le acompañará.
Lady: Vamos pequeños engendros, al menos denme espacio para levantarme ¿No es mucho pedir?
Data: Les estás pidiendo mucho, recuerda que nacieron hace poco, y no parecen tener recuerdos de su vida pasada, habrá que enseñarles desde el principio.
Lady: Claro, ¿Y tú crees que eso me impo-?
La dama demoníaca detiene su intento de agravio al percatarse de la mirada del joven humano, el cual se haya sentado con sus piernas cruzadas, sosteniendo a tres Babys Digimon, un peludo anaranjado con un gran cuerno que sobresalía de su frente, Tsunomon; otra esferica cuya piel era verdosa, con unas espinas que sobresalen a los lados de su rostro y cuya cola parecía ser una hoja de tres puntas, Budmon; y finalmente, la pequeña felina que habían visto al inicio, que no deja de ronronear al restregarse con sus dos compañeros, Nyaromon. Si bien el joven sonreía al verlos, no podía evitar recordar quienes podrían haber sido en sus vidas pasadas.
Data: «Bearmon, Floramon y Renamon…»
Sin dejar ir su sonrisa, su mirada de pesar se hace palpable al no poder dejar ir los recuerdos de sus antiguos amigos, ninguno parece recordarle, más allá de sus reacciones instintivas, claros vestigios de lo que alguna vez fueron.
Lady: Los conocías, ¿Cierto?
Data: Si, los conocí…a todos.
Lady: ya veo …
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Mundo Digital: Cero Absoluto
AdventureHace tiempo, cuando me volví consciente de mis acciones me pregunté "¿Cuál es el motivo detrás de que la vida y el dolor vayan de la mano? ¿Que clase de injusto balance universal es este que atá a toda la existencia conocida y por conocer bajo el mi...