Si nos ponemos a analizar las etapas de la vida, te darás cuenta de que la mayoría de esas fueron buenas, mientras que las otras fueron tan terriblemente malas que no puedes creer como es que sigues vivo y parado justo donde estás ahora. Te das cuenta que mientras mas avanzas más problemas sin soluciones llegan tocando tu puerta, pero... ¿Que podemos hacer? si desde un inicio este era tu destino. Ser un sobreviviente más.
En resumen esa era la vida de Park Jimin, un chico cuya apariencia era delicada, pero era una persona que por dentro estaba tan lastimada que ya no encontraba un destello de luz que lo sacara de la oscuridad. Jimin recuerda que su vida se fue boca bajo cuando terminó la preparatoria, su padre era un machista y abusador de mierda, le encantaba revolcarse con cualquier mujer y al mismo tiempo golpear a aquella mujer que en algún momento aseguró amar frente a la iglesia...su madre.
Su infancia siempre había sido de fotografía, solo sonreía delante del público, pero una vez que las puertas de su casa se cerraban, el infierno se hacía presente nuevamente. Los gritos de su madre al ser golpeada por su padre abusador, él como Jimin tenía que fingir que dormía por las noches para que su padre no le hiciera nada, pero sobre todo soportar como tenía que ser humillado por aquellas mujeres que solían entrar a su casa para garantizarle placer a su padre. Como dije, Jimin tiene una apariencia delicada y muchas veces siempre fue el centro de la humillación "¿Estás seguro que es un chico?", ese y sin fin de comentarios más que quedaron guardados, era algo que siempre carcomía la cabeza de aquel chico, algo de lo que no sabía cómo librarse.
Finalmente terminó la prepa y logró escaparse de su casa, no quiso enfocarse en iniciar la universidad porque eso implicaba tener que seguir viviendo en un techo el cual no parecía tener la unión de una familia.
Logró huir de aquel infierno, sin darse cuenta del lugar donde había parado, lugar que más tarde sería producto de otro infierno más.
—Vamos Jimin, te están esperando en el cuarto 10. Si perdemos este cliente por culpa tuya te juro que te despediré y te echaré de este lugar, más te vale que cuides bien de ese cliente niñato -hablo aquella mujer con voz poderosa-
—Ya lo entendí -respondió Jimin-
Acto siguiente sus pies se encaminaron hasta el pasillo en busca de la habitación mencionada, su vista la localizó, tomó un respiro hondo y finalmente ingresó a aquella habitación.
—Llegas tarde Jimin. -hablo aquel hombre-
—Lo siento, tenia que acomodar mi ropa un poco.
Aquel hombre se giró en busca de la mirada del pequeño chico, su mirada era penetrante pero al mismo tiempo terrorífica.—¿Por que tendrías que acomodar tu ropa? se supone que solo debes atenderme a mi, para eso le pago a Hann.
—Le pagas a Hann para que esté siempre a disposición tuya antes que otros, no le pagas por exclusividad -respondió Jimin con valentía-
—¿Que acabas de decir? -dijo aquel hombre-
—Lo que oíste, estás pagando por ser el cliente prioritario, no estás pagando para que yo sea exclusivo para ti -soltó-
—Tiene que ser una puta broma! -exclamo molesto- Me estás diciendo que todo este tiempo te has acostado con más hombres además de mi.
—Si -respondió Jimin-
—Maldita sea, esa puta mujer me ha estado viendo la cara -contraatacó molesto- ven aquí Jimin, en este momento.
Jimin camino hasta aquel hombre que se encontraba bastante furioso.
—Quiero que traigas en este momento a aquella zorra y una vez que entré a este cuarto, tú vas a esperar afuera ¿Oíste?
—Estoy aquí para cumplir tus fantasías, no para estar de sirviente trayéndote a gente.
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Mi trofeo
FanfictionJikook/Kookmin El amor puede estar frente a tus ojos, pero quizás no te das cuenta porque no te permites tu felicidad.