III

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Dos años después...

Las calles de Washington a las seis de la mañana parecían las de un pequeño pueblo, silenciosas y muertas. Respire profundo dejando que el sonido rompiera el silencio.
Me sentía algo inquieta, hoy debía exponer mi último examen antes de poder dedicarme completamente al dibujo. No estaba en mi naturaleza sentir nervios por un examen pero debía admitir que sentía un ligero malestar en el estómago.

El hermoso sonido de un violín colmo mis oídos. Me aparte de la venta y tome mi teléfono sin mirar la pantalla.

-Buen dia Leslie. -Sonreí, ella siempre llamaba antes de un examen- ¿Acaso te caíste de la cama?.

-No te preocupes, luego de hablar contigo volveré a dormir -reímos-. ¿Como te siente cariño?

-Un poco inquieta. -confesé.

-Tranquila, todo irá bien. Siempre fuiste muy inteligente en la escuela. Debes respirar hondo y concentrarte.

-De acuerdo.

-Llámame cuando termines. Te quiero.

-Yo tambien tía.

Corte la comunicación y observe la pantalla durante algunos segundos. Mi fondo había cambiado automáticamente. La fotografía que nos habíamos tomado con Leslie el día que comencé la universidad había sido reemplazada por el dibujo de un joven.
Un suave escalofríos recorrió mi espalda, el dibujo estaba hecho con lápiz, algunos trazos eran débiles y dudosos, mientras otros eran profundos y enérgicos, llenos de ira.
Las diferentes sensaciones me atravesaban a medida que observaba las líneas, confusión, miedo, ira y, finalmente, tristeza.
Al principio había programado la imagen para tratar de recordar algún detalle que fuera significativo para la investigación pero ahora la programaba para no olvidar. Tengo una deuda pendiente con Adam por lo que hizo esa noche.

-¿Ya pasaron dos años? -.pregunto Amber en voz alta.

Me sobresalte, odiaba su costumbre de mirar por encima de mis hombros en silencio. Asentí sin decir nada mientra apagaba la pantalla.

-Podría volver a ingresarlo en la base de datos si tu quieres -.dijo mientras ataba su cabello rubio con una tensa cola de caballo.

-Seguro, eso sería bueno -acepte-. Pasaré por la estación cuando termine.

-Perfecto -anuncio con una sonrisa-. Si apruebas te invito el almuerzo -dijo mientras terminaba
de abotonarse su uniforme azul- pero si desapruebas te dejare encerrada en la celda hasta que te aprendas de memoria el libro.

-Sí general. -Hice el saludo militar antes de encerrarme en el baño para terminar de alistarme.

Trencé mi cabello y lo cerré con una banda, coloque un poco de brillo en mis labios antes de observarme satisfecha. No podría asegurar verme hermosa pero al menos no estaba tan mal.
Media hora más tarde me encontraba caminando en dirección a la universidad mientras en mis oídos sonaba un dulce combinación de electrónica y violines producida por Lindsey Stirling. Me detuve en la esquina y observe a mi alrededor mientras esperaba a que el tránsito se detuviese, todas las personas que me rodeaban estaban en su burbuja hermética aislados de la realidad.Desde el primer dia que llegue a la ciudad tuve la sensación de encontrarme sola en las calles aunque estuvieran atestadas de gente, eran indivisible ante la mirada de los demás normalmente pero hoy esa sensación estaba corrompida. Notaba una mirada impertinente que se clavaba en mi espalda pero al girarme lo único que visualizaba eran personas mirando sus teléfonos.
El tránsito se detuvo y todas las personas que esperaban con migo atravesaron la calle como una manada de animales salvajes asustados. Tenía la sospecha de que volvería a ser invisible una vez que saliera del centro del rebaño pero no fue así, el par de ojos clavados en mi espalda me acompañaron durante varias calles.
Una ligera sensacion de panico se hizo lugar en mi mente, alguien me seguía. Visualice una parada de autobús atestada de gente a pocos metros de donde me encontraba, era un buen lugar para detenerse y mezclase con la gente, por lo menos hasta que llegase el autobús. Camine con rapidez hacia la parada mientras sacaba mi teléfono.

Amber contestó al segundo timbrazo -¿An? ¿Suspendieron el examen?.

-No, estoy de camino a la universidad pero alguien me está siguiendo -dije susurrando por temor a que alguien me oyera-. Estoy en una parada de autobuses, está repleta de personas pero el autobús no tardará en llegar.

-De acuerdo -dijo mientras tecleaba algo en su computadora-. Estoy rastreando tu teléfono.

Continúa caminando y dime qué ves. Busca algo irregular en el comportamiento de las personas.
Me aleje de aglomeramiento de gente con lentitud, trate de caminar con normalidad mientras observaba los rostros que pasaban a mi alrededor. La mayoría pasaba con auriculares o mirando a sus teléfonos, unos pocos hablaban entre sí pero nadie me prestaba atención realmente.

-Girate como si buscaras algo. Simula estar perdida Anna. Tengo tu direccion no te preocupes.

-Esta bien.

Me gire con el ceño fruncido tratando de parecer confundida mientras observaba. A mi alrededor todo parecía ser normal pero la sensación de que alguien me observaba se intensificó.

-Alguien me observa -dije-, no logro verle pero se que esta alli.

-Si está ahí debes encontrarlo, necesito esa confirmación para enviar alguien por ti.

Mire con cuidado buscando cualquier posible indicio, alguien que no estuviera mirando su teléfono bastaría pero el mar de gente se movía con rapidez, no lograba ver todo el panorama.

-¿Anna? -la voz de Amber en el teléfono quedó silenciada por el sonido de autobús al frenar frente a la parada.

Las personas colmaron el transporte en pocos segundos dejando la calle prácticamente vacía.

-¡Mierda! -un duro golpe sonó del otro lado del teléfono-. Ya no queda nadie contigo ¿verdad?.
Regresa a casa Anna, rápido. Enviaré a alguien por ti para que te recoja en el camino y te lleve a la universidad. No te detengas y no me cuelgues ¿comprendes Anna?.

Abrí la boca para responder cuando sentí una mano cerrándose en torno a mi antebrazo con presión. Me paralice durante una milésima de segundo antes de lanzar un golpe hacia atrás con mi codo.

-¡He! -dijo una voz masculina mientras esquivaba el golpe-. ¡¿Que diablos te sucede?!.

Reconocí la voz de inmediato y sentí como mi corazon volvio a latir dentro del pecho.

-¡Jack! -Me gire y cerré mis brazos alrededor de su cuello, aliviada por su presencia.

Me correspondio el abrazo con cautela -Primero intentas darme un golpe y ahora me abrazas. -me observó con el ceño fruncido- ¿Qué ocurre contigo hoy?.

-Me asustaste -confesé.

-Llevo más de diez minutos llamándote desde la esquina -dijo con cansancio-. No puedes vivir tan distraída.

-¡¿Anna?! -El grito sonó desde el teléfono interrumpiendo nuestra conversación.

-Aqui estoy. Jack está conmigo, luego hablaremos. -Colgue el telefono consciente de que Amber me mataría cuando nos viéramos. No tenía intención de preocupar a Jack, así como tampoco podía permanecer más tiempo allí.

-Debo ir a la universidad, acompáñame y te contare una buena historia -dije tomando su brazo, dejando en claro que no tenía opción.

-Esta bien, espero que sea interesante.

Corazón metalico [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora