Y es que, a pesar de su altura, no pudo evitar morderse la mejilla para no reírse cuando distinguió quién era.
—Hola —enervado, saludó encogiendo sus hombros hacia atrás y dejando entrever su lengua rosada entre los labios—. ¿Tú... eres Iceman?
Ante el apodo, Kimball Cho estrujó los puños y los golpeó entre sí en un compás binario. El niño que tenía enfrente no aparentaba acarrear la culpa, y hoy él estaba dentro de los cabales que retenían su mesura. Sus pequeños ojos lo observaron, y al arquear una ceja, supo que el desconocido estaba por adoptar una postura defensiva, dispuesto a ser víctima de golpes sofocados por sus brazos en forma de bolilla y sus codos posicionados hacia afuera:
—Sí, ese mismo —le dijo, queriendo tranquilizar su estado anímico con su neutralidad.
—Bueno, yo... yo..., —el muchacho desistió de continuar con el contacto visual, pateó rastros de gravilla suelta en la suerte de callejón en la que se habían arrinconado—: Vengo a buscar un... paquete. Rigsby es mi nombre.
Ante la súbita determinación en su tono de voz, sintió la obligación de chasquear la lengua sonoramente; sólo para intimidarlo un poco más, para atormentarlo y darle así una chance de poner sus largas piernas a un uso productivo.
—¿Así que eres Rigsby, ¿eh? —recalcó moviendo la cabeza hacia su posición. Rigsby no alteró el silencio posterior a su cuestionamiento—. Niño, eres muy pequeño para comprar eme. Si te vas, haré que no te vi y esto fue un producto de mi imaginación por estar aquí como una mula toda la tarde parado.
—No es para mí —pudo contestarle él.
En cuanto Cho se cruzó de brazos, no le quedó otra que tragar saliva y hacerse atrás con la cabeza gacha. Pero el golpe a su mejilla no llegó.
—Lo sé. Y eso es lo que me causa más asco.
—¿Ah?
—Steven Rigsby es un marica de mierda si tiene que mandar a su hijo en vez de hablar con nosotros.
En parte, Kimball se arrepintió de insultar al padre de la pobre criatura que yacía casi de rodillas y tenía el valor de darle la cara a un miembro de una pandilla en un lugar sin salida inmediata y sin personas prestando atención. Así fue que lo sorprendió escuchar una risa, la mano del ajeno sobre su propia rodilla al flexionarse y dientes blancos.
—¿Te parece gracioso?
—Sí —Rigsby extendió el tamaño de sus ojos y tosió al vislumbrar su semblante inexpresivo—. Perdón.
—Está bien. Se nota que te quiere tanto para mandarte a dealear solo y desarmado —Cho prefirió ignorar el sonrojo sobre la pálida piel del contrario—. Vamos. Largo.
—¿Y-Y qué digo cuando se entere de que...
—Dile que lo veré yo en el regular de los Iron Gods. Vete. Antes de que quiera retractarme.
Sus pasos largos se prestaban para un desaprovechado potencial. Nunca Wayne Rigsby supo —o tal vez, sí— que unas horas más tarde había golpeado la puerta de su casa, y por su propia cuenta había amenazado a la escoria que tenía por figura paterna en su nombre. Cuando se enteró de que asistían a la misma preparatoria, y que pese a su corto intercambio de palabras el joven lo buscaba entre la multitud para saludarlo, pensó que cualquier atisbo de posibilidad de hablar en otro contexto era una cuenta pendiente para su próxima vida.
Sin embargo, nunca llegó a razonar que a Steven no le molestaría tanto que entablaran un vínculo amistoso. En sus palabras, su cercanía a Kimball "lo haría un hombre, o al menos, algo en el mero intento". Dentro de sus expectativas era un pensamiento relativamente compatible con su desagradable persona.
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gentlemen love blonds
Fanfiction❪chanegsby❫ Cho le enseña a Rigsby a besar sin saber a quién quiere besar. ୨୧ AU. canon divergence extremo (high school). ୨୧ fluff? probabilidad de OOC. ୨୧ palabras: 2900