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No lo parece, y por supuesto que no lo aparenta o muestra abiertamente, pero a Dazai Osamu no le importaba vivir mil años más. Y claro que esto suena a una falacia garrafal sin base ni fundamento, para cualquiera que lo conociera diría que esta mentira era aún más descabellada que el hecho que este hombre trate de suicidarse diariamente.

Este hombre viviría por una persona. Nakahara Chuuya, ex compañero de la mafia y -aunque no le mencione en voz alta- su amor aún no correspondido.

Hasta ahora, por lo menos.

¿Tenía vino? Sí. ¿Chocolate? Con alcohol. ¿Ya negoció con Akutagawa para conseguirle una cita con su Atsushi? Por supuesto.

Tomó aire y maldijo internamente en momento en el que olvidó las rosas y el resto de cosas en su hogar. Ya no había vuelta atrás para lo que iría a hacer; había practicado innumerables veces su tono de voz, la pronunciación y los gestos que haría. Todo sea por su Chuuya.

Vio el icónico sombrero del chico por los arbustos y se puso nervioso. Él, el gran Dazai Osamu, el único hombre que podría hacerle frente a Fyodor Dostoyevsky, ex miembro de la Port Mafia y actual compañero de la Agencia Armada de Detectives. No podía tenerle miedo a confesarse, claro que no.

Pero...

Esos hermosos ojos de cielo despejado, labios que invitaban a besarlos, cabello como el fuego, sonrisa brillante, mirada desafiante y fuerza descomunal... Tampoco era algo como para no temer.

Volvió a tomar aire y se acercó al de menor estatura con actitud relajada. Normal, disimular y no mostrar el desastre que era por dentro.

-¡¿Dazai?! Con que eras tú el que me citó-Creyó ver como las mejillas del mayor se tornaban de color rosado-. Apresúrate con hablar y decirme esa cosa "tan importante".-Hizo comillas con sus dedos y se cruzó de brazos.

¿Cómo era que se respiraba?

Se quedó un momento sin palabras, impacientando a Nakahara, que se encontraba tan nervioso como el de pelo castaño. Accedió a ir por su subordinado, Akutagawa, que le había dicho que consiguió una cita con el chico tigre y que necesitaba de su superior vaya a cierto lugar a las afueras de Yokohama.

-Bueno, Chuuya, verás... Había cierta cosa que necesitaba...-dio una pausa para pegarse a sí mismo.

El pelirrojo no tenía ni la menor idea de lo que sucedía, pero empezaba a sentirse terriblemente nervioso ante el silencio del más alto.

Se acercó a él con cuidado para detenerlo.

-Deja de pegarte, bastardo.-Le retiró las manos de su rostro y las bajó a la altura del suyo.

Cuando lo vio, sintió que ese nudo que se había anidado en su garganta desaparecía y una única frase salía de su boca, de manera automática. No lo planeó en ningún momento, ni lo practicó, pero eso fue lo que dijo.

-Por ti viviría mil años más.

El de menor estatura dio un paso para atrás mientras sus mejillas se encendían terriblemente del mismo color que su cabello.

Dazai pasó sus dedos por ellas, hipnotizado por el color que habían tomado al decirle eso.

Tragó duro al sentir el toque del castaño, abriendo la boca para decirle algo como respuesta. Él sabía lo que significaba esa oración, cosa que puede que sea algo que sólo él comprenda en todo el mundo.

Era bien conocido lo poco que Dazai quería vivir. Lo mucho que quería morirse al no tener "razón de estar", pero que rechazara su única salida de la realidad por una persona era aún más de lo que habría imaginado alguna vez. No hubiera pensado jamás que él sería el ancla del suicida al mundo.

Chuuya se había enamorado de un idiota con cero ganas de vivir. Uno que tiene más coeficiente intelectual que toda la ciudad junta. Uno que se comportaba como un demente en los peores momentos. Pero uno al que le importaba la gente y buscaba una forma de ganarse el derecho de ser humano.

-Podría cometer un suicido doble por ti.

No podía cobrar un mayor significado para cualquiera más que a Osamu. No porque no tiene sentido, o carece de coherencia: Era lo que siempre había querido escuchar; sentir como, de alguna manera alguien podría sacrificar su vida para estar junto a él. Renunciar por cuenta propia a todo lo que alguna vez levantó por una persona que no tenía mucho más que ofrecer.

El resto pasó de manera fugaz e inesperado, sucediendo sin que ellos mismos se percataran.

Nakahara levantó su cabeza y Osamu se agachó un poco para besarlo. Se separaron y se volvieron a mirar para que se abrazaran con fuerza.

-Te amo, Chuuya.

-Yo también, Osamu.

Y ahora puede que no lo parezca, o aparente, pero a Chuuya no le podría importar menos morirse en ese instante en los brazos de Dazai Osamu.

Millones y billones de veces que tuvieron que pasar como un trago amargo lo que pensaban y sentían, disimulando lo mucho que les importaba lo que el otro creía. Fingiendo demencia ante sus propios corazones.

Ya no tenían porqué hacerlo.

No había razón alguna.

Ya no más.

Se tomaron de las manos, arrimándose ligeramente en el otro y mirando al vacío. Se sentaron en el pasto para después tirarse sobre él y mirar al cielo estrellado. ¿Cuando había sido la última vez que lo vieron tan despejado y brillante?

No importaba ya.

Ya nada podía importarles menos que recordar cosas que no les servían.

¿Desde cuando había tanta paz? Hace unos momentos que Chuuya lo había insultado y que Dazai había planeado algo digno de una historia de comedia romántica.

Era raro. Esa sensación que había nacido y crecido en sus corazones, que los terminó por unir en un vórtice de emociones, subidas y bajadas.

El menor se acercó al rostro del contrario para volver a besarlo, perderse en ello y olvidar cualquier otro pensamiento. El más bajo lo correspondió, pasando sus manos por detrás de la nuca y enredando sus dedos con el cabello castaño, acercándolo más a él.

Se abrazaron de nuevo, enroscando sus piernas, como si temiesen que el otro llegase a escapar. Eso no pasaría.

No había razón para eso.

Un sombrero tirado y una venda suelta detrás de ellos. Una noche fría en un bosque oscuro. Una casa abandonada a sus espaldas. Una luna menguante decorando el cielo. Infinitas estrellas destellando. Dos corazones latiendo al compás del otro.

"La luna está hermosa hoy."

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-1075 palabras

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS NICO! Alaska_Grd Hoy te vuelves un año más vieja que yo. Ahora estás igual que Chuuya a sus 15 creyendo que iba a crecer y con un fuerte amor a este ship. Te quiero muchísimo, mi mapachito, espero que la pases muy bonito con tu familia y muchas gracias por darme un año muy divertido y lleno de anime.

-Regalito por subir el cumple de Margaret (no me cansaré de fastidiarte con eso en mi vida)

Espero que les haya gustado y gracias por haber leído mi intento de fic.

Me apoyarían mucho si comentaran mi historia, la compartieran o le den una estrellita.

¡Muchas Gracias!

-Misaki K.

A Thousand Years [Dazai/Chuuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora