El mar me rodea de cintura para bajo mientras me sostengo de la tabla de surf.
Con los ojos cerrados me centro en el sonido de las olas, esperando, envuelta en una oscuridad que, conforme pasa el tiempo, se va coloreando no solo en escala de grises sino que también se presentan tonos rosados, azules, entre otros. Llegando a componer auroras, amaneceres, huracanes y tempestades. Sombras intensas, una tarde con amigos, noches de soledad... El mismo océano en saturación de colores, tan vivo e intenso como apagado, frívolo y peligroso.
Impredecible e inestable.
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The Sound of the Waves.
Teen FictionHanna Bailey es una surfista que vive en Queensland, Australia, en un edificio en Brisbane, la capital, ádemas de tener un grupo de amigos leal y muy loco que viven por y para el surf. Pero no todo en la vida es color de rosa con flores y arcoris, a...