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Veo como Cristian saca un porro de su bolsillo y lo prende, en el vagon en el que estábamos habia un pequeño agujero que dejaba ver el otro lado de la calle

Mientras miraba por el agujero vi a Mariela, mi mama.

Sentia que tenia el corazon en la garganta, como si mi respiración parará, intente disimular los nervios y miedo que tenia para saludar a Cristian y irme.

Lo salude rapido y me fui, intentando que no me vea.

Miraba para todos lados, como si estuviera siendo perseguida, pero no habia nadie.

Empiezo a calmarme, pero mi paso seguia siendo acelerado, ya no estaba tan nerviosa.

Siento como me agarran del hombro, haciendo que voltee, ahi estaba, con un rodete, fumando quien sabe que, mi mama, mirandome

— ¿Que haces aca pendeja? — pregunto de mala manera

— Nada, estaba con un amigo. — dogo con la voz temblorosa

— Ah, bueno, veni, vamos a casa... ¿Hace cuanto que vas a casa? — dijo empezando a caminar

— No me acuerdo... — digo detras de ella.

Iba a tener que ir a su casa, con ella, eso no me agradaba para nada, era una de las peores ideas del mundo. Mientras estaba recordando las razones por las cuales no queria ni pisar su casa, me di cuenta, de que estaba llorando, no muy fuerte, para que no me escuche

— ¿Que te pasa ahora? ¿Por que lloras? — dice dandose vuelta

Solo negue con la cabeza

— Nena! Sos mi hija, tenes que pasar tienpo conmigo, — dicr volviendo a caminar — Le voy a decir a tu papa que me traiga tus cosas de la escuela, asi te quedas conmigo esta semana. —

Solo deseaba que mi papa le diga que no, solo no.

Cuando llegamos veo bolsas de basura, y de lo que seguramente serian drogas, tiradas en el piso, cigarros por todos lados, y como era de esperarse gente que no conocia pero estaba ahi, supongo que eran amigos de mi mama.

Escuche como mi mama hablaba con mi papa por teléfono, pidiendo que traiga las cosas del colegio para poder ir y quedarme en su casa.

Lo que mas odiaba en este momento era que tenia un short corto y una remera corta.

Veo como dos señores de unos 35 años se me acercan

Ojala solo sea para saludarme...

Los dos hombres se me acercan, mirando todo a su alrededor, uno me corrio un mechón de la cara, intente alejarme, pero no pde mucho, me habia chocado con la escalera.

Subi lo mas rapido que pude las escaleras, subiendo a mi habitación, estaba por cerrar la puerta con seguro, pero veo como los dos empujan tan fuerte la puerta que la terminan abriendo y yo cayendo.

Nunca necesite a alguien para defenderme tanto como hoy.

Un hombre se puso delante mio, sujetando mis manos para despues atarlas en una soga muy apretado, mientras el otro se puso atras mio sacandome el short.

— MAMA! MAMA! — pedia a gritos entre llanto

Estaba desesperada, esoeraba la ayuda de cualquier persona, cualquiera.

Escucho a mi mama subiendo las escaleras, pensando que iba a actuar a mi favor.

La veo apoyarse en la puerta y habla

Sin hablar del pasado | Cristian RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora