Disparo al corazón

Capitulo 58

NARRADOR OMNISCIENTE
(Escritora)

Esa noche Francesca no pudo pegar un ojo en toda la noche, pensando en todo lo que se le avecinaba, no sabía como frenarlo, pero Sofía tenía razón, debía ser ella quien decida alejarse y aunque a ella le duela mucho sabe que prefiere que Sofía decida hacerlo a vivir con el martirio de que ella la alejo.

Sofía durmió toda la noche debido al medicamento que la ayudo a calmar un poco los dolores de cabeza haciéndolos un poco soportables. La rubia se sentía ansiosa de saber la verdad, eran muchas emociones que no podía describir, era una mezcla de todo, pero trataba de mostrarse tranquila y se preparaba mentalmente para lo que sea que se avecinara.

El doctor entró con un par de enfermeras para control matutino de Sofía, traía el sobre con los estudios dentro, Francesca se levantó del Sofa y se dirigió al hombre esperando que este hablara.

La preocupaba Sofía y lo que mas quería era llevársela a la mansión y poder cuidar de ella, eso quería, pero primero debían hablar con la verdad y no sabía si eso podría pasar, sabía que la burbuja en la cual estaban metidas en aquella isla explotaría para devolverlas a la realidad.

-Eu estava revisando os exames de sangue e o exame de crânio, está tudo em ordem, você não tem nenhuma consequência da pancada que é muito boa então não tem motivo para você ficar no hospital, a única coisa é que você tem que se cuidar de você mesmo. Você não pode receber notícias emocionais, não pode ficar estressado ou qualquer coisa que provoque mudanças emocionais drásticas. Se isso acontecer, suas dores de cabeça provavelmente aumentarão e você desmaiará. Se isso acontecer, você deve ir ao hospital para ser examinado.
(Estuve revisando los análisis de sangre y la tomografía de cabeza, todo está en orden, no tienes consecuencias del golpe lo cual es muy bueno entonces no hay razón para que te quedes en el hospital, lo único es que tienes que cuidarte. No puedes recibir noticias emocionales, no puedes estar estresado ni nada que provoque cambios emocionales drásticos. Si esto sucede, es probable que sus dolores de cabeza aumenten y se desmaye. Si esto sucede, debes acudir al hospital para que te revisen.) - El doctor le entregó a Francesca el alta firmada.

Antes de irse el doctor le entrego a Francesca un frasco de pastillas para los ataques de ansiedad que Sofía sufría, solo debía tomarla cuando se sintiera muy ansiosa para poder calmarse y estos la harían dormir.

Las enfermeras terminaron de controlar los signos de Sofía y se marcharon despidiéndose de ella y diciéndole que tratara de cuidarse y seguir las indicaciones del doctor.

Ambas mujeres quedaron solas y Sofía se levantó de la camilla con cuidado ya que si se levantaba muy rápido le causaba muchos mareos, lo cual las enfermeras le dijo que era normal debido al tiempo en el cual estuvo en cama y en coma, se quito la bata quedando desnuda bajo la mirada de Francesca.

No le importaba que la mirara, la verdad no lo hacía con doble intención, se sentía muy cansada mental y físicamente como para tratar de provocar a la mafiosa, pero Francesca la miraba atentamente, cada movimiento, cada centímetro de su cuerpo, la admiraba, pero no con deseo sexual, si no como si estuviera viendo a la maravilla más grande que el mundo todavía no había descubierto y fuera ella la privilegiada de tenerla enfrente.

-Supongo que ahora si me mostrarás lo que acordamos ayer. - dijo directamente la rubia.

-El doctor dijo que...

-El doctor dijo muchas cosas, pero tu y yo quedamos en algo y no lo pospondremos - interrumpió Sofía.

-¿Necesitas ayuda para cambiarte? - Sofía negó con la cabeza- entonces pediré el avión para ir de inmediato a Italia.

Francesca abandono la habitación para llevar a cabo lo que había dicho, le dijo a Tomasso que le darían el alta a Sofía y necesitaba que preparan el avión y que se asegurará de que la seguridad estaba en orden.

Marco el número de Adriano y al tercer timbre, este respondió, Francesca le pidió a Adriano que contactara a alguien y que averiguara si Roma era un lugar seguro para Sofía en ese momento.

Roma era un territorio neutro, no le pertenecía a Francesca y eso lo hacía peligroso para Sofía, la mafiosa era muy sobreprotectora con la rubia y toda la custodia que está tenía era solamente por su esposa, porque la verdad era que antes de conocerla, Francesca iba por las calles solo acompañada de Tomasso u Adriano ya que nadie podría atreverse a intentar hacerle daño a la mafiosa más peligrosa de Europa.

Le mando un mensaje a Tomasso para que llevara a las demás en otro avión que se dirigiera directamente a Sicilia y a los pocos minutos Adriano envío un mensaje diciendo que ya estaba listo el avión para ir a Roma y que no había ningún peligro para Sofía.

La rubia abrió la puerta de la habitación encontrándose con la mirada de Francesca, quien suspiro entró a la habitación en busca del bolso donde estaban las pertenencias de Sofía.

- El avión nos espera...- y por primera vez Sofía escucho inseguridad en la voz de la mafiosa.

Ambas mujeres salieron de aquel hospital, una aterrada de lo que la otra pudiera pensar u hacer y la otra la invadía la intriga de saber cual era la verdad u al menos una parte de ella.

Era probable que eso tan esperado por Sofía sea un nuevo comienzo u tal vez... un final definitivo para la historia entre esas dos mujeres que eran dos polos totalmente opuestos que se atraían, se atraían tanto que la química que tenían podría hacer explotar una planta nuclear si ellas querían, como Francesca estaba dispuesta a dar su vida y si era necesario... incendiar el mundo para proteger a Sofía, pero...

¿Y Sofía que estaba dispuesta hacer por Francesca?
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SOFÍA GARCIA.

Senti como el avión comenzó a aterrizar, pero seguía con los ojos cerrados, sentía los párpados pesado y la verdad no entendía porque estaba tan casada.

Abrí los ojos con dificultad al sentir que una mano se posó en mi hombro, era cálido el toque de aquella mujer que me robo el corazón de una manera muy brusca, mire aquellos ojos avellana que me hacían estremecer y me hacía sentir dragones escupiendo fuego en mi interior, fuego que ella aviva.

Me quite el cinturón y me levante del asiento dirigiéndome a la salida, el aire fresco me golpeo causándome escalofríos, era de noche y estaba lloviendo, me abracé a mi misma tratando de darme calor, pero al bajar del avión Francesca me miró fijamente y se quito el abrigo que traía para ponerlo sobre mis hombros, me rodeo con su brazo apretandome más a ella y el calor de su cuerpo inundó el mio, como su perfume inundó mis fosas nasales provocandome un deleite en mi interior.

-No quiero que te enfermes- su voz se tornaba suave.

Caminamos abrazadas hasta la camioneta que había en medio de la pista de aterrizaje, junto con otras tres camionetas llenas de guardaespaldas que iban armados hasta los dientes, sin duda la mafiosa era muy importante y tenía muchos enemigos como para que toda esta guardia la proteja.

Ambas nos adentramos a la camioneta la cual tenia el ambiente cálido debido a la calefacción y los vehículos comenzaron a andar, mi atención fue captada por la persona que iba a mi izquierda mirando por la ventana, sus manos estaban empuñadas con tanta fuerza que sus nudillos comenzaban a tornarse blancos, sin duda estaba tensa y aunque su rostro no mostrará ninguna emoción sabía que su cabeza en este momento era todo un desastre.

¿Qué tanto me has estado ocultando, Francesca Amatos?

¿Qué es lo que tanto te aterra que conozca de ti?

¿Por qué te odias tanto?

¿Por qué odias tanto al mundo?

¿Por qué no puedo amarte?

Preguntas bombardeaban mi mente, preguntas que sabía que encontraría una respuesta en un rato y no sabía como sentirme al respecto ¿Ansiosa?, ¿Tenía miedo? O ¿sentía alivio de saber por fin la verdad?.

Centre mi atención en la ventana, mirando aquel paisaje hermoso que la ciudad brindaba, era un deleite para la vista, pero ¿Por qué Roma? Esto ya me parecía muy extraño, el hecho de que Francesca sea de Sicilia y su verdadero yo esté en Roma.