Mi Libro Contigo (Minho)

41.

Me tumbé en el sofá tan pronto como los torbellinos de Jin se fueron.

Estaba cansada, más que eso, nunca había cuidado niños no sabia lo cansado que era hacerlo.

-Por eso no quería que cedieras ante la petición de Jin. -Habló Minho sentándose junto a mi.- Ahora estas cansada.

-Lo estoy, pero ¿Sabes por qué accedí a cuidarlos?- Volteé a verlo.

-¿Por qué?

-Cuando vi los ojos de Kookie no pude evitar pensar en ti, tú y el tienen ojos de conejito, grandes y muy brillantes, no hay manera que yo me pueda resistir a esos ojitos.

-¿Ah si?¿No puedes resistirte?- Esa sonrisa picara que siempre pone cuando empieza a seducirme, vino a su cara, mientras me acercaba a él de la cintura. -Al fin solo tienes ojos para mi, no soltabas a Jungkook.

-Eres un envidioso y un celoso, "Minho el amargado".-Le dije riéndome aún de lo que Jimin le había dicho.

-Ja ja graciosa.

-Tal vez él tiene razón, ahora temo tener una vida infeliz. -Hablé dramáticamente, para luego escucharlo reír.

-¿A si?- Preguntó sonriente. -Entonces ahora me tendré que esforzar el doble, para hacerte feliz cada día.- Luego empezó a hacerme cosquillas y no pude evitar reír a carcajadas mientras me tumbaba en el sofá por la risa.

Minho logro subirse encima de mi para poder continuar con la tortura.

-Ya, por favor, piedad.- Le dije entre risas tratando de safarme se su agarre.- ¡Lee Minho!-Le grité.

-¿En serio acabas de llamarme por mi nombre completo? -Me vió amenazadoramente mientras alzaba una ceja.

Asentí triunfal pues al menos había logrado mi cometido, seguíamos en la misma posición mientras me veía fijamente y entonces, sin pensarlo mucho me besó.

Era un beso hambriento, desvergonzado y lleno de muchas indirectas, pues al sentir su lengua rozando con la mía me di cuenta de lo desesperado que se encontraba por qué ese beso fuera más que solo eso.
Sentí su mano dando pequeños apretones en mi cintura.

Y de pronto escuchamos como alguien ingresaba los números en la cerradura de afuera.

Nos pusimos de pie tan rápido como pudimos fingiendo que todo estaba en completo orden.

-Volví. -Saludó Jin alegre.

-Desgraciadamente.. -Susurró Minho.

Nos sentamos en la mesa para poder hablar.

-Nabi.. ¿Te encuentras bien? -Preguntó viéndome fijamente. -Estas muy roja.

Minho también volteó a verme y luego sonrió al notar que Jin tenía razón.

-Tal vez es por lo caliente.. -Susurró el susodicho lo suficiente fuerte para que ambos escucharamos.

-¿Caliente? -Preguntó Jin confundido.

-Fiebre. -Dije tan rápido como pude dándole una leve patada por debajo de la mesa a Minho y escuchándolo quejarse por eso después. -Tenía fiebre, por eso..

-Bien, necesitas cuidarte y descansar.- Asentí. -A lo que vine ¿Recuerdan la segunda noticia?

-Habla ya.- Dijo Minho.

-¡Vamos a Japón!-Gritó Jin emocionado.

-¿Qué? ¡¿Japón?!- Preguntamos al mismo tiempo.