-¡Rae! - Gritó John al pie del árbol - Se que estas ahí, tu música se escucha hasta la otra cuadra.
-Contigo nunca me puedo relajar y tener días de paz - Dije mientras le arrojaba mi porro encendido y bajaba por una cuerda que estaba atada a una rama, cuando llegué al piso descubrí a John fumando de mi porro - Osea, no solo me interrumpes en la mejor parte de la canción, todavía te das el lujo de fumar de mi porro.
Apoyé mi peso en las puntas de los pies y tomé el porro de la boca de John para luego darle una calada... pero después me di cuenta de algo, a lado de John hacía falta algo, o más bien alguien. Sin siquiera darme la vuelta dije:
-Daniel Klejberg, si se te ocurre hacerme algo te quemaré con el porro encendido.
Me di la vuelta y efectivamente, Daniel, otro de mis mejores amigos estaba atrás de mi, lo más probable era que los malditos querían asustarme o algo así.
Mis dos estúpidos favoritos, los conosco desde hace 3 años y ya no creo poder separarme nunca de ellos.
*Flash back*
Londres. 12:36 PMMe negaba rotundamente a hacer esto.
Estaba en clase de biología y a mi maestro se le ocurrió la magnífica idea de disecar ranas. No lo haré, va en contra de mis principios, dejemos al pobre cadáver descansar en paz. Mi expresión de desagrado debía notarse a kilómetros de distancia, ya que mi profesor se me acercó.
-¿Algún problema señorita O'connor?
-Sí - Por una fracción de segundo, puso una cara de sorpresa, como si no se hubiera esperado que dijera eso - Me niego a disecar a la rana.
-Está bien, si no le gusta como manejo la clase, la puerta es lo suficientemente grande - Oh no, acaba de cometer un error, esta retandome, y nunca nadie debería retar a una O'connor.
Antes de irme, tomé todo objeto de cristal que encontré y lo tiré al suelo, el escritorio del profesor lo dejé hecho un desastre y cuando terminé salí dando un portazo. No iba a irme sin causarle problemas.
Comencé a caminar por el pasillo, podía escuchar unos pasos acercándose a mi, pero decidí no tomarle importancia. Saqué un cigarrillo de tabaco que tenía en la bolsa y me lo acomodé en la parte de encima de la oreja, comencé a buscar mi encendedor pero reaccioné y me di cuenta de que los pasos que había escuchado antes ahora estaban realmente cerca, el problema fue que me di cuenta tarde. Justo antes de que me detuviera y viera quien se acercaba a mi, chocamos, yo fui a parar al suelo y el idiota con el que choqué sólo se tambaleó un poco, así que reaccioné como toda persona normal lo haría.
-¡Fíjate por dónde caminas imbécil! - Grité mientras me levantaba del suelo - ¿Qué acaso el pasillo no es lo suficientemente grande como para que pudieras haber pasado sin necesidad de que chocaras conmigo?
-Disculpa, no te había visto, no era mi intención tirarte - Dijo y me observó unos segundos - Soy John Johnson.
No esperaba que se presentara conmigo, normalmente cuando chocas con alguien, lo último que quieres saber es su nombre.
-Rachel O'connor, puedes decirme Rae - John estiró el brazo y estrechó mi mano, al soltarla observó el cigarrillo en mi oreja y lo tomó muy libremente.
John comenzó a caminar y al darse cuenta de que no lo seguía, volteó a verme.
-No quieres quedarte aquí sola - John tenía el cigarrillo en la boca y mostró la palma de su mano abierta, con mi encendedor sobre ella - Ven, hay que ir a la parte de atrás, odio estar en los pasillos.
Comenzamos a caminar hasta llegar a la puerta de emergencia que daba hacia la parte trasera de la universidad. Salimos y fuimos hacia unos árboles que estaban ahí, recargado en el tronco de un árbol había un chico que por lo visto conocía a John, ya que en el momento en que lo vio comenzó a gritarle.
-¡Eres el hijo de puta más grande del mundo! - Dijo, ignorando completamente mi presencia y continuó en su conversación con John - Se supone que solo te irías por 5 minutos, cabrón, nadie tarda tanto en orinar.
Comenzaron a decir estupideces y yo solo me reía de ellos, hasta que John recordó que yo estaba presente y le dio un codazo al chico para que le pusiera atención.
-Rae, te quiero presentar al hijo de puta más grande que vas a conocer jamás, Daniel Klejberg.
John encendió el cigarrillo y comenzó a darle pequeñas caladas, Daniel sacó una botella que estaba detrás de un tronco y comenzó a beber el líquido ámbar que contenía. Se me acercaron y me ofrecieron cada quien de sus respectivas sustancias. Lo primero que acepté fue la botella, e ingerí el líquido como si se hubiera tratado de jugo de manzana... mala idea, si mi paladar no me fallaba, el líquido que Daniel bebía sin hacer una sola mueca era whisky sólo. Sentí un ardor en la garganta y trague con dificultad.
Después de haberle devuelto la botella a Daniel y de darle unas caladas al cigarrillo decidí sentarme en el césped y recargarme en un tronco, tomé mi bolsa y saqué un porro que tenía guardado, a los 5 segundos sentí las miradas de los chicos sobre mi. Voltee a verlos y vi que su vista se paseaba entre el porro y yo, sin alterarme, le pedí el encendedor a John y el me lo dio, con sus ojos aún clavados en el porro, lo encendí y le di una calada.
-¿Quieren? - Dije con naturalidad, ambos abrieron los ojos como platos y después se vieron entre sí.
Fui testigo de ese contacto visual de mejores amigos, de esos que solo con mirarse y hacer unas cuantas muecas pueden hacer una conversación completa. Seguía con la mano extendida y el primero en aceptar el porro fue Daniel, lo tomó y después de observarlo un poco, le dio una calada. A los pocos segundos le pasó el porro a John y él también le dio una calada, ambos comenzaron a reirse, se reían de cada movimiento que hacían y eso comenzó a parecerme divertido a mi también.No tomé ninguna otra clase el resto del día, me quedé afuera, con dos estúpidos y un kilo de marihuana que nos hizo reír durante toda la tarde.
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En la foto son Daniel (el más alto) y John (el más bajito)
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The Crew: Fugitivos.
ActionLa hippie - "Pero si solo es el 5° porro del día... ¡OH DIOS! Callense todos, amo esa canción." La santa - "Chicos, creo que no deberíamos hacerlo, si nos encuentra la policia esto no terminara bien." La presa - "Yo no pretendo volver a la cárcel, s...