Cap 1: compromiso

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"Invocame, tu petición cumpliré. Invocame, si necesitas ayuda estoy a tu disposición" decía aquella hoja.

-¿Disposición?, ¿Ayuda?, pero de quién? Esto es bastante raro..

Edwin escucho como alguien subía rápidamente, su padre estaba ahí y no tenía ni un poco de tiempo para esconder el dispositivo.

-Edwin...- Richard, quedó helado.

-Padre... ¿Por qué me miras así..? -pregunto el germano temblando por las expresiones espeluznantes de su padre.

(....)

-¿P-papá?..-Richard quedó atónito, de hecho el joven germano vio el sudor notorio que emanaba de su rostro.

-Edwin.. suelta eso .. lentamente..alejate- Ordenó Richard con los ojos desorbitados y cierta temblorina en su cuerpo.

-Pero papá-El arrebato del aparato fue inmediato, Rich se mostró desesperado al quitar la brújula de las manos de su hijo. El contacto tan seguro y aferrado dió luz verde a Edwin que su padre estaba familiarizado con el objeto, no obstante talvez saldría de más preguntar porque lo conserva en el ático.

-Bien, sigue limpiando. Voy a deshacerme de está basura.. -Miro serio el objeto ambiguo que portaba en sus manos. Dió media vuelta con dirección a las escaleras-¡Espera!-Edwin hablo.

Rich miró con cierta confusión al muchacho- ¿Si?- No necesitaba nada más que deshacerse de 'la basura' ¿Qué propondría su hijo está vez?

-Eh.. Mañana..¡sí! Mañana! Emm Mis amigos y yo saldremos a un largo paseo, ¿puedo ir?-El nerviosismo en el menor era notorio, pero Rich lo dejaría pasar está vez-Claro, puedes ir. Solo tu habitación en orden. Detesto tropesarme con tus miserias cuando busco mis cosas-Volteo pisando el primer escalón hacía el cuarto de abajo.

-Vater! (¡Papá!)-Rich Volteo algo irritado - ¿Si? Edwin- hablo entre dientes. -Cuando vaya con mis colegas yo tiro esa cosa por ti, no te ensucies las manos. Lo quemaré en el bosque y volveré antes del anochecer.

Rich por un momento se arrepintió de mandarlo a limpiar el ático, limpiar no sería problema pero la curiosidad de su hijo lo mataba más a él que a Edwin mismo.Recordar que el pequeño Edwin a sus tiernos siete años tiro veinte botes de un yogurt en un supermercado caro. O cuando a sus 2 años sus deditos se atoraron en el enchufe. O talvez la vez que en su cumpleaños número diez, por ver si su pastel contenía el glaseado que el deseaba cayo encima antes de partirlo. Talvez había sido frío con su hijo los últimos años, a decir verdad nunca le dió libertad de desiciones y era un momento donde debía elegir para que el germano no se metiera en problemas.

-De acuerdo- por está vez, confiaría en Edwin- No dejes nada ,campeón!-una suave sonrisa genuina adorno su cara, con el alzar de sus pómulos y el entrecierro de sus ojos el pecho de Edwin sintió estallar. Despeinó el cabello bien arreglado de su hijo y se dirigió a las escaleras.

Edwin sintió paz y una emoción desconocida que generaba cosquillas agradables en su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas apunto de estallar, no las guardo las dejo en libertad soltando en cada lágrima su felicidad.

-Mierda..¡Edwin, te escucho sollozar..! ,¡No llores maricon! -Hablo Rich ya en el cuarto de abajo.

-¡Lo siento!-Respondió Edwin al reclamo de su progenitor ,con una gran sonrisa sacudió sus manos y limpio sus ojos llorosos.

TWO LIVES THANK TO YOU Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora