𝐹𝑂𝑈𝑅

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-¿Enserio, Alice? --ella apretó los labios buscando alguna excusa para la situación nada bonita

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-¿Enserio, Alice? --ella apretó los labios buscando alguna excusa para la situación nada bonita.

-Solo tienes que agrandarlos un poquito. --bufe.

-Estuvimos así una semana y siguen siendo pequeños. ¿No puedo ir con las botas? --abrió la boca con indignación.

-Por supuesto que no.

-Al menos deja que mis dedos descansen. --ella asintió. Me quité los zapatos y se los entregué-- ¿Que haremos? Mañana es la boda.

-Por suerte, para ustedes, conseguí un par nuevo. --le sonreí agradecida a mi madre-- tu medida.

-Gracias, mamá. --beso mi frente antes de irse, Alice iba detrás de ella hablando sobre las cosas de mañana.

Mire hacia la parte de arriba de la casa y Edward observaba como arreglaban el patio, con la mirada perdida.

Me encantaría saber lo que esta pensando, porque me está dando un bajón emocional si es lo que yo pienso.

Obviamente que le echaré la culpa si me pasa eso, ¿Por quién me toman?

-Vete a tu casa, no podrás dormir es evidente pero intenta despejarte pasando tiempo con Renesmee o haciendo alguna tontería como acostumbras. --ahora yo puse mi cara de indignada.

-Que chistosita. --le entregue los zapatos y antes de irme, la abrace-- gracias.

-Eres mi hermana ahora. Es un placer para mí hacerlo.

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Apague las luces de la habitación de Renesmee y fui hacia la sala. Me senté en el sillón observando una foto que estaba en la pequeña mesa frente a mi.

-Puedo olerte desde el otro lado del bosque. --apoye mis manos en su pecho acercándome a el-- te ví algo extraño hoy, ¿Estas bien? --desvio su mirada pensativo, luego se alejo-- si tienes algo que decir que sea ahora. La incertidumbre me está matando.

-Hay algo que no sabes de mi.

-¿Ya no eres virgen? --el se rió. Se sentó a mi lado, sin mirarme todavía.

𝗩𝗮𝗻 𝗛𝗲𝗹𝘀𝗶𝗻𝗴 𝗛𝗲𝗶𝗿𝗲𝘀𝘀 || 𝖤𝖽𝗐𝖺𝗋𝖽 𝖢𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora