Capitulo 1. Habia Una Vez...

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La pequeña pelinegra se encontraba cortando un par de flores de ese enorme prado, cuando las tuvo entre sus manos corrio con una sonrisa entusiasta y dulce, corrio y corrio entre los enormes prados de hermosas flores.

Hasta que lo vio, alli de pie, su cabello platinado siendo movido por las corrientes de aire, bajo sus pies el cuerpo de una de sus criaturas, uno de sus amados niños.

Aquellos ojos gris y azul muertos, con su cabello albino manchado en sangre, una roca alado del mismo y aquellas manos que siempre le abrazaban con cariño teñidas en carmesi

-¿¡que hiciste Hondun?!¡¿por que le hiciste eso a mi dulce criatura?-

-Oh querida...- los ojos del hombre se dirigieron a la pequeña niña con una sonrisa que aparentaba inocencia, como si no acabara de cometer tremenda atrocidad -¿ya estas lista para irnos ahora?-

-¿¡irnos?!¡no me ire contigo! Te lo dije, te lo dije, quiero verlos crecer y avanzar, no necesito ni quiero irme ¿por que le hiciste eso?- habia corrido hasta el cuerpo sujetando su rostro con pequeñas lagrimas bajando por su aterciopelada piel

-Tsk, estas tontas cosas que creaste son un estorbo. Cometen pecados , roban, matan, mienten, y exterminaran la bella naturaleza que hicimos juntos hermana-

-¡no! Ellos...ellos no son perfectos, pero yo los amo ¿por que me haces esto?- sostenia aquel cuerpo con fuerza entre sus delgados brazos

-¡Mi dulce Kuan! Entiende querida, es lo mejor acabar con ellos, ese que tienes ahi era primordial acabarlo, falta ese otro que creaste para el. Ire ahora mismo a- -

-¡No!- el pequeño cuerpo se levanto y con lagrimas abundantes uso su poder para retener a su hermano, con todo el dolor de su ser, tomo una decisión rapida, entre las dos cosas que priorizaban su mundo -No te dejare hacerles daño...no, perdón Hondun- cerro sus ojos y comenzó a murmurar mientras sus manos brillaban, y claro que se intento resistir, pero su poder era mucho mas fuerte en ese momento, y el no se atrevia a dañarla directamente.

-¡KUAN!¡NO HAGAS ESTO!¡KUAN!- poco a poco dejo de escuchar los gritos de aquel que consideraba su hermano, lo mas querido que tenia ademas de esas inocentes criaturas que habia creido en un momento de soledad.

-Perdón, perdón, prometo...prometo darles felicidad- la niña se levanto, junto sus manos y entre brillos desapareció

No tenia sentido seguir en la tierra sin su hermano, cuidaria de sus hermosas criaturas lejos de alli, solo observandolas.

Fue ingenua, creyo por milenios que la paz permaneceria, pero de a poco su hermano fracturaba su jaula y causaba grandes estragos en el mundo que apenas podia controlar.

Hasta que logro terminar con todo, por que si no la tenia con el, el se encargaria de deshacerse de todo lo que amaba

Empezando por sus dos mas amadas criaturas.






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Bakugo abrió los ojos mirando hacia abajo, donde tenia a Shouto recostado sobre su pecho durmiendo de manera tranquila y pacífica.

Habían pasado un par de semanas desde aquel incidente en el Templo, y ninguno de los dos menciono nuevamente el tema, Shouto por un lado queria darle un poco de paz y espacio a su amado, y Bakugo definitivamente no quería tener que recordar. Era una suerte que el bicolor no hubiera optado por alejarse cuando se entero de su descontrol constante de su magia, claro que se sentia con miedo y culpa sobre hacerle daño pero definitivamente se nego en dejar de ayudarlo durante esas pesadas noches, por que tal vez saliera un poco lastimado pero no queria en absoluto dejarlo sufriendo por sus sueños, los cuales seguia sin recordar al despertar pero se lograba imaginar sobre que eran

Cuando lo sintió removerse se acomodo para darle mejor soporte mientras estiraba su mano hacia su mejilla picando levemente su mejilla y solto una risa baja cuando lo vio hacer pucheros

-Eres todo un bebé Shou- se burlo revolviendo sus cabellos bicolores

-Eso es tu culpa Suki...-

-Asi que ya estabas despierto maldito- jalo su mejilla con un poco de fuerza obligandolo a abrir los ojos y que le mirara

-En realidad me desperte antes pero queria verte dormir un poco mas- confeso sentandose mientras tallaba sus ojos bostezando de forma perezosa

-Realmente me he encargado de hacerte un niño mimado Principe- rodo los ojos a punto de decirle algo sobre su "acoso" mientras dormia, pero alguien toco la puerta y tuvo que levantarse para poder abrir encontrándose con el ojiesmeralda alli

-Kacchan, Uraraka-san te esta buscando- aquellas palabras del ojiesmeralda le hicieron suspirar

La castaña si que se habia tardado en ir averlo después de enterarse de todo, pero lo comprendia, tener que procesar todo lo sucedido seguramente habia sido dificil.


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Después del incidente en el Templo y de que se enterara de la verdad se sentia sumamente confundida al respecto, sobre que hacer. Su fe ciega y profunda confianza en la diosa le hacian sentir la necesidad de seguir ayudando y cuidando de la rubia.

Pero ¿que debia sentir ella como persona individual que era?¿que debía hacer con la información que recibio?

"-En el pasado el Cardenal murio muy joven, y tu volviste al encierro muy pronto, criada con fe absoluta y devota al Templo, la cual rompiste por mi cuando nos encontramos tras que resultada herida en la Guerra del Reino del Ala Dorada. Me cuidaste y ...nos amamos, yo me volvi a enamorar Ocha-chan. Amo las cosas bonitas y tu eres una, pero...-

-Pero no me obligaras a sentir lo mismo ¿eh?- la castaña suspiro mientras apretaba las mangas blancas de su bonito atuendo

-Hey cara redonda ¿que haces aqui?- el cenizo llego con el mitad albino siguiendole el paso en todo momento, ella sonrio de forma sutil al verlos tan bien, de cierta forma unidos

-Es sobre Humiko-

-¿esa estupida ninfa te hizo algo?- gruño con el entrecejo fruncido

-¡no! Ella no me ha echo nada, al contrario...- se removio ligeramente en su asiento, pues no sabia si era correcto pedir aquello, y mas aun, si ellos querrían ayudarla

-Habla ya joder-

-Himiko desapareció hace 4 dias, se quedo todo este tiempo en el Templo o en los alrededores, pero no la he visto desde hace tres dias, ella dijo algo sobre que el Festival de la Cosecha y la Boda de la Princesa Fuyumi estaban cerca, que debía tener cuidado. Y desapareció hace cuatro noches después de que conversamos y dormimos -

-¿te la cogiste enana?- se burlo levemente

-¿que?¡no! Katsuki por favor- aun con sus mejillas sonrojadas por la vergüenza tomo aire -Quiero que me ayuden a buscarla,por favor, se que es egoista pedirselos después de...de eso que ocurrio, pero si menciono esas cosas fue por algo, no quiero que la sigan utilizando- las manos de la joven temblaban ligeramente mientras hablaba

Bakugo suspiro mientras sentia el peso del bicolor sobre su hombro, su cabeza estaba alli descansando, como si el asunto realmente no fuera importante...pero no era asi para Shouto, estaba preocupado, principalmente por su prometido y tambien por el aparente malestar de su amiga de la infancia ante su preocupación por aquella chica

Si, les habia echo daño, pero ya no eran esas mismas personas. Podrian con ello, y esta vez ella estaba arrepentida y se negaba a coperar o lastimarles debido a Uraraka

-tsk, bien mierda, te ayudaremos- ambos sintieron el peso de la castaña caerles encika y escuchaban multiples "gracias" de su parte

Junto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora