Ágape

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Frágil como muñeca de porcelana, caminaba una menuda y escuálida muchacha por un jardín.

Tierra fecunda en la belleza más pura,
ramas de altos árboles mecidos por el viento de la tarde, hacían una sinfonía que junto al dulce canto de las aves, componían una música celestial.

Hojas centellando y bailando ante la cálida luz de un sol vespertino, mariposas de todos colores, las más bellas y llamativas flores...

Pero la chica vestida de negro caminaba por este lugar, todos los días, cabizbaja, sin poder apreciar la belleza que la rodeaba.

Una tarde, una ángel emerge a través de un agujero situado en el aire, e invita a la chica a pasar a través de él.

El lugar al que fue a parar era un valle lleno de flores y animales, con un arrollo lleno peces y pintorescos árboles alrededor. Un lugar lleno de paz, en el que al entrar, todos tus miedos y tus dolores desaparecían por completo.

La muchacha preguntó a la ángel por su nombre, "Rita Liliana", contestó. Le preguntó por la razón por la que la trajo hasta allí, "para enseñarte el amor, yo te haré feliz", la ángel dulcemente respondió.

Para alguien acostumbrada a vivir en tinieblas con el corazón magullado,
Un rayo de luz como ese representó una salvación.

Rita Liliana le enseñó a sentir amor con su amor, y a sentir alegría con su cariño. Le enseñó el amor más puro, desinteresado e incondicional; el amor "ágape".

Pasado un tiempo, la muchacha es devuelta a la tierra y olvida el nombre de la ángel con el paso del tiempo. Ya no estaba tan triste ni caminaba mirando al suelo para esconder sus lágrimas, ya no lloraba, y podía ver, por primera vez, belleza en todas las cosas.

Un día, paseando en el jardín que frecuentaba, se topa frente a frente con una mujer menuda, de piel muy clara, cabello corto, ojos profundos y facciones simpáticas.

Se detienen en seco y se miran la una a la otra. La mujer sonríe y la muchacha le pregunta por su nombre. "Soy Rita", contesta amablemente extendiendo su brazo para estrechar la mano. Entonces la muchacha recuerda aquella ¿visión? ¿sueño? que tuvo hace mucho tiempo con una ángel llamada así.

La muchacha sintió el tiempo detenerse, y en su pecho, sentía todas las emociones sublimes que sintió en aquel sueño, ¿o acaso pasó de verdad?

Fuera real o no, ella sabía en su interior que su vida cambiaría para bien, que su amor "ágape" en el cielo, sería el mismo amor "ágape" en la tierra.

Rita no lo sabía, pero a partir de ese momento la muchacha supo que el amor de Rita sería su redención.

Lo que cuento aquí pasó hace tiempo, ya no soy una escuálida muchacha, y Rita Liliana se convirtió, como imaginé, en mi amor ágape terrenal.

Ahora no hay un día en que no sonría ni sienta un profundo amor por ella.

Nuestro inicio es, en realidad, nuestro final, porque elegí estar con ella más allá de esta vida. En el cielo. En la tierra. En todas las vidas posibles.

La vida es muy finita para mostrar todo el amor infinito e inmenso que guardo en mí pecho. Mi amor por ella es sempiterno: tuvo un inicio, pero nunca tendrá un final.

No hay forma de que sus huellas se borren de mi alma. Por eso elegí estar con ella por toda la eternidad.

Historias y Poemas de Amor a Rita LilianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora