Estaba caliente, la sangre que caía de mi nariz rota, pero ni eso me dolía tanto como la pierna, la cual no podía ni mover, solo podía ver que estaba contorsionada. Mi pelo estaba por completo pegado a mi cuello y a mi espalda, el sudor que cubría todo mi cuerpo era el responsable.
La cabeza me pulsaba tanto que iba a punto de explotarme, mis manos temblaban y mi abdomen ardía en llamas.
Mi vista era borrosa, pero no sabia a ciencia cierta si era por las lágrimas que aún corrían por mis mejillas y labios, o por que empezaba a perder la consciencia lentamente, pese a que mi mente aún seguía alerta, alerta del hombre que se encontraba frente a mí.
Exactamente del otro lado de la habitación recargado en la pared, en un estado similar con la ligera duda de si experimentaba las mismas emociones que yo.
Tal vez no, no era posible que se sintiera como yo, porque lo que me calaba por dentro era el asco, la repulsión, el terror y el shock, o eso era lo que sentía en mi corazón, ya que mi cuerpo albergaba otros sentimientos.
Lo que más aborrecía, lo que hacía que las náuseas afloraran en mi garganta, lo que me daban ganas de arrancarme los ojos de una buena vez no era el dolor de las heridas.
Era la necesidad y el miedo que esta me provocaba porque... lo único que quería en ese instante era tenerlo dentro de mí una vez más.
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Con Él Por Siempre.
FanfictionEmily Portlaine recibe una carta de parte de las autoridades de Inglaterra explicándole que unos tíos lejanos, los cuales ella jamás conoció, fallecieron de manera misteriosa y ahora ella es la única heredera de su casa. Usando esto como una excusa...