La misión secreta

Capítulo I

Me presento, soy Claire Redfield y trabajo en una una organización llamada Terra Save con la finalidad de ayudar a las victimas y de impedir futuros actos de Bioterrorismo. Me gusta mi trabajo, aunque bastante gente nos acusa de ser una secta que no sirve de nada, esas burlas nos las pusieron por culpa de un error que no fue nuestro. Eso es lo peor. 

Ahora mismo me encuentro en la central para visitar a Rebecca, la mejor en lo suyo, la bioquímica. Terra Save quiere resultados de unos análisis así que le pedí a Rebacca como un favor personal que lo hiciera. 

- Vale, esto ya está listo para ser analizado. Nunca había visto nada como eso, ¿donde lo has encontrado? - me pregunta Rebecca. 

- Lo han encontrado unos compañeros en una misión a varios kilómetros de la sede de Terra Save. 

- Que extraño. Esperemos que no sea nada malo. 

- ¿Podría serlo? 

- Cabe la posibilidad ya que es algo inusual que no se haya visto antes. 

Miramos el extraño plasma dentro del incubador con algo de miedo. 

- Pero no hay que achantarnos, mejor saber lo que es - dijo Rebecca. 

- Exacto. 

Empezó la cuenta atrás, esto iba para largo, habían muchos análisis y pruebas e iba a tardar bastante.

- Si quieres puedes irte a tomar un café, esto va para largo - me propuso. 

- Tienes razón. Por cierto, ¿sabes donde está Chris?

- Creo que está en el comedor con Jill. 

- Vale, gracias. Llámame cuando tengas los resultados. 

- Claro. 

Salgo del laboratorio y voy al comedor. Que ganas de verlos, en especial a Chris, que llevamos varios meses sin vernos. 

Recapitulemos, Chris Redfield, mi hermano mayor, todo lo que se sobre armas y técnicas de defensa es gracias a el, es un buen hermano, me protege y me cuida de cualquier amenaza que haya. Después de unos cuantos años sin vernos nos prometimos que íbamos a estar juntos para siempre. 

Entro al comedor, varios soldados y agentes están disfrutando de su almuerzo, en especial cierto par de tortolitos al fondo del lugar. Lo niegan cada dos por tres pero se ve a la lengua que tienen algo. 

- Bueno, bueno, que alegres estáis, ¿no?

Los dos se sorprendieron al verme, pero no tardaron en abrazarme y en dejarme que me sentara a su lado. 

- ¿Qué tal estás? - me pregunta Chris con una sonrisa. 

- Pues la verdad es que bien, pero no tanto como vosotros - digo de forma burlona. 

- Ya bueno, ya sabes... Estábamos recordando... 

- Recuerdos del pasado - contesta Jill por el. 

- Claro, claro. 

- Por cierto, ¿que te trae por aquí? Porque sospecho que no solo has venido a verme. 

- Claro que quería verte tonto - le abrazo - Pero también he venido por trabajo. 

- ¿Un virus? - pregunta Jill. 

- No lo se todavía, le he pedido a Rebecca que lo analizara y espero que no salgan malas noticias, bastante tengo con lo de Alcatraz. 

- Es verdad, esa misión fue bestial, algo inhumano - dice Jill. 

- Es cierto, pero tranquila, a lo mejor no será nada. 

- Ojalá. 

Nos quedamos los tres comiendo mientras me contaban las misiones que habían echo durante estos meses, todas arriesgadas, pero ese es nuestro trabajo, arriesgado, aunque salvemos vidas nos jugamos la nuestra por los demás.

Después de comer fuimos a la sala de tiroteo y no pudimos evitar hacer una apuesta a ver quien acertaba en el diez de la diana cinco veces. Que decir, somos muy competitivos. Cuando era mi turno me llama Rebecca, les pido un minuto antes de volver a tirar. 

- Hola Rebecca, ¿ya están listos los resultados?

- Si, pero no son buenos - habla con voz preocupada. 

- ¿Qué pasa? - eso les pone en alerta a Chris y a Jill. 

- Loa análisis y las pruebas han confirmado que es un virus. Uno que no habíamos visto antes. 

- Joder, esto no es bueno. 

- No, no lo es. Este virus es mucho más potente y peligroso que ninguno hayamos visto.

- Que...

- Necesito que vengas, ahora. 

Sin pensarlo dos veces voy a paso ligero al laboratorio con Chris y Jill que me acompañaban. 

- ¿Qué pasa Rebecca?

- Esto es peor de lo que pensaba. Lo que has traído es un virus biorganico muy peligroso convirtiendo y matando más rápido a la gente. 

- Joder... ¿Y hay alguna solución?

- Tiene que haberla, una vacuna y tiene que ser mucho más potente que el virus. 

- Entonces avisaré a Terra Save para que empiecen a buscar sin descanso. 

- Tienes que encontrarla rápido, Claire. 

- ¿Porqué tan rápido? - pregunta Chris. 

- Porque gente buscará esa vacuna para destruirla y matar a la gente y también porque el virus ya se está propagando. 

- Mierda. 

                                                                                    ...

- ¿Que vamos a hacer jefe?

- Hay que encontrar esa vacuna cuanto antes.

- ¿Pedimos refuerzos?

- No, esto se ocupará personalmente de Terra Save, nadie puede saberlo, por la seguridad de todos los civiles. 

- Entendido. 

- Y tu serás quien encuentre la vacuna, ya que eres la mejor en ese tipo de cosas. 

- Por supuesto. ¿Cuando voy?

- Ahora mismo. Un helicóptero te está esperando. 

- Bien.  

Me monto al helicóptero y en una hora y media llegamos al lugar. Estaba desierto, sin gente, ningún ruido y eso no era bueno. Me dejaron ahí y empecé mi búsqueda, está era una ciudad diferente así que buscar la vacuna iba a ser más complicado de lo que parecía. 

Empecé por las calles, las tiendas y algunas casas pequeñas pero nada, ninguna información que me pudiera ayudar y era bastante raro que no haya nadie, al menos supervivientes. Me adentro en un edificio, parecía ser una oficina pero no había nadie. Todo estaba revuelto y desordenado como si hubiera habido un robo o hubieran desalojado a todas las personas que hubieron aquí. 

Entonces oí un ruido cerca de donde estaba haciendo que cogiese la pistola de inmediato. Camino lentamente sin dejar de apuntar, llego hasta un muro y escuchaba pasos acercarse.

- Mala suerte has tenido - murmuro. 

Salgo de mi escondite apuntando a la persona en cuestión. Al igual que a mi. No puede ser... Me esperaba a cualquier persona menos a el. 

- ¿Claire?

- ¿Leon?