Capitulo 24: "Nuevo Destino"

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—Veo que al fin te despiertas — dijo Will observándome fijamente.

— Sácame de aquí, por favor — rogué

Pero era inútil. Él nunca lo haría.

—Eres mía. Y no voy a permitir que te marches de mi lado.— dijo con arrogancia.

Por favor — supliqué.

—No lo voy a hacer. Mañana viajaremos a Inglaterra. Ahí vivirás conmigo y no te alejarás de mi nunca más.

Al escuchar sus últimas palabras, instantáneamente las lágrimas cayeron de mis ojos. No podía permitir que me aleje de mi hogar, de mis padres, de mi hermano, de mi vida...

¡No puedes hacerme esto! — exclamé furiosa.

Un fuerte sonido inundó la habitación
al escuchar Will mis últimas palabras. Mi mejilla palpitaba de dolor, las lágrimas no tardaron en salir y mis sollozos resonaban por toda la habitación.

Will se había atrevido a golpearme... Otra vez.

Una expresión de dolor pude apreciar en el rostro de Will pero automáticamente la transformó por una completamente distinta.
Salió furioso y me dejó encerrada otra vez.




~*~




La puerta se abrió abruptamente despertándome. Will entró con una bandeja de desayuno: panecillos, mermelada y jugo de naranja.

Su rostro lucía cansado, sus ojeras eran símbolo de una noche sin dormir y llevaba el mismo atuendo de ayer, su expresión era seria y no podía decifrar ningún sentimiento.

Un sentimiento de dolor y lástima, de esos que sentía cuando no sabía lo que me había hecho, cruzó mi mente pero no podía permitir que llegara a mí por completo: necesitaba alejarlo.

Se acercó a mí y se quedó mirando fijamente un punto específico en la cama. Seguí su mirada y me di cuenta que la sábana ya no me cubría por completo. Mis pechos estaban expuestos completamente pero no podía hacer nada con eso, mis manos seguían esposadas al cabecero de la cama.

Mis mejillas se ruborizaron automáticamente cuando Will dejó la bandeja en la mesa de noche y se sentó a mi lado con su vista aún fija en mis pechos expuestos.

Estuvo a punto de decir algo pero rápidamente cambió de opinión ya que subió la sábana a la altura de mi barbilla cubriéndome por completo.

Cogió otra vez la bandeja y la coloco en la cama.

—Voy a quitarte las esposas — anunció Will acercándose a mí para abrirlas.

Mis muñecas tenían un color rojizo casi morado quizás por la fuerza que hice al querer escapar de ellas. Will se percató de ello y las tomó en sus manos. Las masajeó y después de hecharles una crema las vendó cuidadosamente. No intenté escapar sería inútil. Y quizás me ganaría un castigo por intentarlo.

—Come. En un par de horas saldrá nuestro vuelo.— habló tranquilamente Will.

— No voy a ir a ningún lugar contigo — exclamé furiosa.

—Eso lo veremos —advirtió Will antes de salir de la habitación dejandome encerrada.

Sumisa de mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora