Amor a la Alemana | Mick Schumacher

Capítulo 19: Felicidad Absoluta

El sol asomaba tímidamente por el horizonte cuando Amelia y Mick se despertaron. Habían tenido una noche mágica en Singapur, pero ahora era hora de enfrentar la realidad de la pista de carreras. Se vistieron con sus trajes de equipo y se dirigieron al circuito de Marina Bay, donde la emoción era palpable en el aire.

El Gran Premio de Singapur prometía ser una carrera desafiante. El circuito urbano, con sus estrechas calles y curvas cerradas, requería una gran destreza y concentración por parte de Mick. Amelia lo observaba con admiración y ansiedad, sabiendo que esta carrera tenía un significado especial para su ser querido.

El director del equipo se acercó a Mick con un gesto serio. "Mick, esta es una pista complicada. Mantén la concentración y evita riesgos innecesarios. Sabes lo que está en juego".

Mick asintió, compartiendo una mirada determinada con Amelia. Sabían que esta carrera tenía un significado especial para ellos, no solo como piloto de Fórmula 1, sino también como pareja.

La hora de la carrera finalmente llegó. Los motores rugieron mientras los coches se alineaban en la parrilla de salida. Mick estaba en su posición, listo para enfrentar el desafío. Los semáforos se apagaron, y la carrera comenzó.

Mick demostró su habilidad en las primeras vueltas, avanzando en el pelotón mientras evitaba los choques en las estrechas calles de Singapur. La tensión en el paddock era palpable, con los mecánicos y el equipo observando cada movimiento en la pista.

Amelia seguía la carrera con el corazón en la mano, siguiendo cada movimiento de Mick en las pantallas del equipo. Se comunicaban por radio, compartiendo información sobre el estado de los neumáticos y estrategias de adelantamiento. Ella lo apoyaba con cada palabra, recordando las palabras que se habían dicho la noche anterior.

La carrera avanzaba rápidamente, y la noche caía sobre Singapur. Las luces de la ciudad se mezclaban con las luces de los coches de Fórmula 1, creando un espectáculo visual impresionante. Mick se mantenía enfocado en la tarea, sabiendo que cada punto contaba en la lucha por el campeonato.

A medida que la carrera llegaba a su fase final, Mick estaba en una posición destacada. Sabía que tenía la oportunidad de ganar, pero también era consciente de los riesgos. Se acercó al líder en una de las curvas, y con habilidad, logró adelantar y tomar la delantera.

Amelia se llenó de emoción al ver a Mick liderando la carrera. Sabía que él era un piloto talentoso, pero verlo en ese momento, superando todos los desafíos de Singapur, era una experiencia que nunca olvidaría.

Finalmente, Mick cruzó la línea de meta en primer lugar, siendo aclamado por la multitud y el equipo. Amelia rompió en llanto, había ganado, Mick había ganado la carrera. Corrió hacia el podio y lo abrazó con fuerza, sabiendo que esta victoria tenía un significado especial para ambos.

"¡No puedo creerlo! ¡Gané, gané la carrera!". Dijo Mick mientras rompía en llanto y abrazaba a su novia. 

"Dios mío, estoy tan feliz por tí". Llorar era inevitable dadas las circunstancias, teniendo en cuenta todo lo que Mick había deseado ese momento y por todo lo que había pasado para llegar a donde estaba, lo tenía más que merecido. Y por supuesto que ella no le entraba más felicidad en el cuerpo. 

Mick subió al podio, ondeando la bandera de su equipo y sonriendo a la multitud. Sabía que esta carrera quedaría grabada en su corazón para siempre, como un capítulo especial en su historia en la Fórmula 1 y en su amor con Amelia. Se lo vio festejar allí arriba con una sonrisa de oreja a oreja, los ojos vidriosos por las lágrimas mientras sacudía la botella de champagne y rociaba con esta a sus compañeros de podio, George Russell y Kevin Magnussen, su compañero de equipo. Por supuesto que ambos se alegraban mucho por el, un gran compañero y amigo. El público festejaba y gritaba su nombre.