PRÓLOGO: EL INVOCADO Y EL DIOS PRIMORDIAL

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Mi nombre es luthier, soy un chico de dieciséis años de pelo negro y ojos verdes de estatura y peso común para alguien de mi edad, vivo mi vida de la manera más tranquila que se podía vivir ya que no me gustaba las grandes emociones.

Pero todo eso cambió en un día que parecía normal como cualquier otro.

En ese día hice todo lo que haría en un día común, me desperté, me levanté para prepararme para ir a la escuela, cociné mi desayuno y preparé todo para irme a la preparatoria.

En la preparatoria fue como cualquier día de la semana, participe en las actividades, hice mi trabajo matutino y luego fui al club de ajedrez donde después de hacer mis actividades del club y pasar el descanso hablando tonterías o de la escuela con mis amigos.

Me dirigí a mi casa pero algo ocurrió antes que yo pudriera llegara y ese algo es que un tipo de agujero que brillaba de un color azulejó que apareció debajo mío haciéndome caer por este.

— qué día más normal, ¿no?

Después de caer por el agujero azulejó y llegar a un lugar completamente desconocido. Pero pensando con mejor claridad sobre mi situación.

— ¿donde chingados estoy?

Estaba en un lugar donde el piso, las paredes y el techo donde caí parecía el espacio exterior ya que se podía ver algunas constelaciones y galaxias que parecían como si lo tuviera a escasos pasos míos.

— esto es un locura.

Dije para mí mismo con una sonrisa boba en mi cara y una mirada perdida por aún no créeme lo que estaba mirando a mi alrededor mío. Aunque no mentiré que era asombroso estar ahí ya que soy un gran fanático sobre cosas que ahí en el espacio.

??: ¿te gusta?, no me puedes mentir claro que te gusta.

De pronto una voz algo parecido a la de un anciano se escuchó por la habitación por el eco que está provoca llamando mi atención y sacando me mi shock.

Al voltear para mirar quien era pude ver a un anciano de barba trenzado y cabello largo con algunas trenzas de color gris, al igual que llevaba vestido una gran túnica que le llegaba hasta los pies de un color parecido al cuarto pero aún más oscuro y llevaba consigo un gran bastón de madera que terminaba su punta en una daga.

Su presencia emanaba un destello de color blanquecino pero no era tan cegar para no poder verlo.

— ¿quien eres tú?

Le pregunté al anciano que no se movía ni un centímetro de su lugar y no quitaba su rostro algo alegre pero igualmente serio.

??: esa pregunta me lo an dicho muchas veces sin encontrar un respuesta clara para sus mentes.

La respuesta que dijo me confundí bastante y para tener un respuesta más detallada pensé en otra más acuerdo a mi situación.

— ¿eres un Dios?

Pregunté con curiosidad a no tener respuesta en mi primera pregunta y además en aciano tenía un aire de ser uno. ¿Creo?

??: eso solo son una afirmación que es incorrecta, ya que yo sobre paso todo esas conclusiones que ustedes crearon para definen a un Dios.

??: incluso esta forma no es la mía, pero es la que utilizo para hablar con gente como tú, sin que se asusten.

— ¿y~ entonces?

??: normalmente me refiero a mi persona como Lord ya que me gusta mucho ese apodo y para serte más claro la respuesta podía decirse que si soy un tipo de Dios primordial que a estado en este mundo incluso antes de todo.

ISEKAI EL MAGO CON EL PODER DE UN DIOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora