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Samantha

El fuerte viento pegaba contra mí rostro ocasionando que algunos de mis cabellos sueltos pegaran contra mí tal cual hilillos.

Las gotas de sudor resbalan por mi frente, mis brazos subían y bajaban al compás de mis pulmones necesitados de oxígeno.

— ¡Cuidado! — fue lo que alcance a escuchar a lo lejos cuando un balón impacto contra mi espalda.

Mierda.

No es como si hubiera sido el peor pelotazo que alguna vez puede haber resivido.

Vamos, las pelotas de básquetbol eran más dolorosas y ni hablemos de las de béisbol.

Pero justamente esa, no era de basquet, no claro que no. Era un balón de fútbol.

Deporte que menos amaba.

— Lo lamento mucho — la voz de una chica fue la que se escucho cuando tome  el balón en mis manos, no pensaba devolverlo.

Mis ojos se dirigieron a los de ella, era una castaña en ropa deportiva, era un poco más alta que yo.

— No te devolveré el balón — mormure mientras me alejaba del lugar para volver con mis amigos.

— No seas así — se quejo ella detrás de mi —. Ni siquiera es mía y el estúpido de mi mejor amigo fue el que te golpeó accidentalmente.

Rodé los ojos.

— No se si tu amigo no comprende — me voltee hacia la castaña pero al estar enfrente de ella note como un chico se acercaba a ambas —. Pero esta no es cancha de Fútbol...

— Pues las porterías no dicen lo mismo — una voz varonil acaricio mi piel sin tacto alguno haciendome temblar.

Pero no lo haría notar.

— ¿Acaso no sabes pensar? — solte volteando hacia él, siempre me habían enseñado a hacer frente a las personas.

Él sonrió de lado y negó.

— ¿Sabes aquien le estas hablando así?

— Por qué debería saber quién eres — rete mientras lo señalaba —. Me vale una mierda si eres el mismísimo hijo del presidente, no te devolvere este balón.

— Puedo demandarte — atacó él deteniéndo mi paso cuando estaba apunto de marchar.

— Pruebame.

— ¡Sam!

— ¡Felix!

Dos voces se hicieron presentes alejándonos del otro.

— Ahora te defiende tu novio — su voz había salido tan sarcástica que me dio risa.

— Que Ronaldo si sepa pensar y no sea un jodido gilipollas como tú no significa que sea mi novio, imbecil.

— Imbecil tú.

— ¡Felix!  — su amiga lo había vuelto a regañar.

— Vamonos Molly.

Luego de ello arrastro a la chica detrás de él mientas volteaba de vez en cuando pidiendo disculpas.

— Solo llevamos aquí treinta minutos y ya te peleaste — solto Ronny luego de ver a los dos desaparecer a lo lejos.

— Ellos tienen la culpa — me defendí mientras hacía notar mis puntos a favor.

— En eso si te cedo el argumento — hablo mientras me quitaba el balón que no había querido entregar —. No se como rayos se les ocurre jugar fútbol en una cancha que es especial para basquet.

— Tú también hacías eso — acuse mientras le arrebatava  el balón.

— Detalles Rivers.

StarGirl [Riverducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora