—Espera, por favor —suplico cuando noto su erección frotándose en mi ingle. Mi cuerpo despierta, reaccionando al conocido estímulo, pero tan pronto intento moverme me resiento —, me duele... ayer fue mi primera vez haciéndolo de ese modo, lo sabes, todavía estoy muy dolorido, te lo ruego, no podré aguant-
—¿Estoy siendo violento contigo? — pregunta de pronto, dejándome un poco confundido.
Pienso en ello. Estoy asustado, sus manos se sienten dolorosas y violentas, sus besos también, pero... no lo son. Mis labios están inflamados de tanto morderlos anoche y mi cuerpo tiene moratones con la forma de sus manos, así que al más mínimo roce me retuerzo y lloriqueo, sin embargo él está siendo suave en cierto modo.
—No, no, es solo... vas tan rápido...
—Entonces relájate, no hay necesidad de rogar. —dice con tono susurrante, mordiendo mis labios un segundo. La presión es tan leve que pareciera que los toma con sus labios y no con los dientes y yo tiemblo, porque sé que si apretase dolería horrores.
—Pero n-
—Hablas tanto, Ty, tantísimo y tan innecesariamente. —me replica, besando la zona exacta que ha mordisqueado. Mi cuerpo responde tensándose un segundo, relajándose al siguiente. Sus besos luego bajan por mi cuello, siguiendo marcas dejadas con pasión y ferocidad la noche anterior y yo me acomodo contra el colchón, dejándome hacer. —Conozco muy bien el estado de tu cuerpo, no voy a romperte. —susurra, su mano envolviendo mi garganta unos instantes, la presión suave, como si mi cuello se tratase de un preciado tesoro, y su aliento tibio chocando contra mi piel erizada —Sé a la perfección como cuidar de ti.
No digo nada más ¿Qué podría decir? ¿Qué se detenga? No tengo el poder de pedirle eso, de pedirle nada, realmente... Sé que quedarme con él trae consecuencias, una de ellas siendo la pérdida total de mi libertad, pero aun así... aun así no quiero irme. Sus caricias me asustan un poco, temblores violentos sacuden mi anatomía cuando besa mi hombro malo o cuando me roza sin querer el tobillo descarnado, pero esto se siente más seguro que ese mundo hostil y frío. Ángel quizá quema, pero lo importante es que es cálido y acogedor.
Sus besos se detienen en mi pecho, los labios pegados en mi piel, prensados sobre mi corazón como si pretendiese tragarse mis latidos, y luego su boca curvándose en una sonrisa enternecida.
—Estás asustado y aun así... eres tan receptivo a mis caricias... —dice maravillado, como si las lágrimas que caen ahora por mis ojos al recordar todo el daño que me ha hecho y reconocer el que podría hacerme fuesen un bonito espectáculo.
Quiero sentir rabia por sus palabras, pero solo siento paz cuando vuelve a apretar sus labios sobre mi pecho. Su lengua barre todo malestar en mi corazón y se siente tan bien.
Observo con horror como sus palabras crueles no son más que la verdad: mi corazón se dispara y sudores fríos me lamen la frente por el terror que sus manos me inspiran, por los recuerdos de cómo me ha roto antes con ellas, como me ha forzado a hacer cosas que no deseo, como me ha reducido a una marioneta de sus deseos. Le temo más que a la muerte. Y aun así le busco, le...
Le deseo.
Mi cuerpo le da bienvenida a los toques que tanto me aterran, abriéndose como una flor ante el cálido abrazo del sol: mejillas arreboladas como pétalos de rosa, piernas suaves separándose y entre ellas irguiéndose una necesitada y desvergonzada erección. Mis adentros pulsan llamándolo, extrañándolo.
Y es tan extraño que tu cuerpo sea de otro de esta forma. Pensé que me hizo suyo cuando tomó el control de mi dolor, de mi miedo, de mi hambre y sed. Él decidía si yo pensaba que morirá de inanición o si me pasaría la noche en vela rabiando por un hueso roto, él decidía que mi cuerpo lo recordase con más de veinte agujeros pulsantes en mi cuello con la forma de sus labios. Él decidía cuando mi corazón se estrujaba y mi estómago se hundía en un pozo interminable.
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El niñero (Yaoi) [EN AMAZON]
RomanceTyler tiene una vida tranquila, no hay grandes preocupaciones que lo mantengan en vilo por las noches, ni siquiera le da gran importancia a tener una laguna en su memoria que le ha hecho olvidar su adolescencia. Un día descubre que durante esos años...