›[Entonces, tenemos un problema]‹

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—Puerto de Honolulu—













La mayor parte de la carga ya estaba en los contenedores. Los hombres de Williams estaban armados y preparados para moverla al barco proveniente del continente que no tardaría en llegar. El rubio nunca estaba presente en esos tratos, sino su mano derecha, Adam.

Meka estaba en un laboratorio diferente al otro lado de la isla esperando el último cargamento. Era uno de los encargados de que todo dentro estuviera en orden y sin retrasos. Lo cual le daba cierta ventaja ya que tenía que ponerse en contacto con los demás laboratorios en toda la isla para poner al tanto al jefe, y de esa forma podía obtener más información para su equipo.

—Oye, vigila aquí. Necesito ir al baño —le ordenó a uno nuevo que recién había llegado.

Ya dentro del baño, dejó su escopeta cerca de los lavamanos y se adentró a un cubículo para quitarse el rostro falso. A los segundos, se escuchó que alguien más entró.

—¿Eres el encargado?

Al escuchar la voz, la sangre se le congeló. Era Kaleo.

—Hey, te estoy hablando —volvió a hablar sonando un poco molesto mientras se escuchaba el sonido de su orina al mismo tiempo.

—Sí, soy yo —respondió haciendo su voz un poco más ronca.

"¿Qué carajo hace aquí?" pensaba confundido.

—Adam me mandó para verificar que todo vaya en orden. Dicen que el barco vendrá en menos de una hora, así que les urge que se muevan ya.

—Dile que no tardamos. Ya casi salimos.

—Se gana bien en esto, ¿no? —Esta vez se escuchaba más relajado y terminando sus necesidades.

—No se haría si no.

—Oye, ¿qué te parece Adam? ¿Es un buen jefe?

—Supongo. Yo solo cumplo con mi trabajo.

—A veces creo que yo podría ser un buen reemplazo si al menos me tuvieran en cuenta —dijo lo último rodando los ojos y dejándose caer en la puerta del cubículo cerrado—. Les pagaría mejor y tendrían más tiempo libre, ¿no te suena bien?

—Sería genial —continuó aún tenso.

—Sí —suspiró—. Te lo dejo para que lo pienses. Me han dicho que eres bueno mandando a la gente. Sería bueno hacer alianzas.

—Cuando no esté aquí, talvez podríamos hablar.

Kaleo rió.

—Me caes bien. —Se alejó del cubículo y se encaminó a la salida—. Entonces, le diré a Adam que van de camino.

Se escuchó la puerta cerrarse, y hasta entonces, Meka salió. El arma estaba en su lugar y el otro ya se había ido. Fue entonces donde se dio el lujo de respirar. No entendía que hacía uno de sus compañeros ahí. No le había llegado información de ningún tipo sobre él.

Necesitaba contactar a su equipo, así que se mojó el rostro y se lo secó con la intención de ponerse el rostro falso de nuevo.

—Oye, amigo. ¿Sigues aquí? Quería preguntarte si... —Sus palabras se cortaron cuando entró y descubrió al hombre—. ¿Meka? ¿Qué haces aquí?

—Debería preguntarte lo mismo —dijo dando un vistazo a su arma. El otro alzó la suya.

—No lo pensaría si fuera tú. Ahora, aléjate del arma, traidor.

—No soy tu espejo —contraatacó Meka.

—Desapareciste desde hace casi dos semanas. No me sorprende que alguien como tú buscara dinero fácil. Hasta a los mejores les pasa. A diferencia de ti, yo estoy de encubierto para desmantelar esta organización.

El Trato - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora