Back from Milan | ZeeNuNew OS

BACK FROM MILAN

Eran pasadas las 7 de la noche, llevaba todo el día esperando este momento. Había corrido al departamento apenas se dio por finalizado su evento del día, tenía que estar en casa antes que él y, claro, preparar todo antes de su llegada. Tomó una relajante ducha, se cepilló el cabello, se vistió con su atuendo más bonito, colocó brillo labial en sus esponjosos labios rosa y aplicó perfume por todo su cuerpo. Se sentía bonito. Muy bonito. Pero aún tenía mucho qué hacer que solo mirarse al espejo, el reloj marcaba ahora las 8 en punto.

Cuando llegó a la cocina sacó todo lo que había comprado, entre comida de su restaurante favorito, flores, bebidas, y algunas pequeñas velas aromáticas. Comenzó a arreglar la mesita de la sala, colocó las velas en lugares estratégicos, puso las bebidas a enfriar y ¿por qué no? rocío en el ambiente un poco de su propio perfume. Suspiró.

—Ahora sí Hia, no tardes en llegar— dijo al mismo tiempo que la puerta se abría y su novio cruzaba la puerta— ¡Hia!— corrió hacia él para envolverlo en sus brazos.

Fue bien recibido por su fuerte novio, quien no solo lo abrazó, sino también lo levantó del piso dando pequeños giros mientras escondía su rostro en el cuello del menor.

—¡Nhu! Pensé que estarías en casa de tus padres.

—No podría estar ahí mientras sé que tú llegarías esta noche a casa Hia— sonrió tímido, pues antes de irse, Zee le había hecho prometer a NuNew que no se quedaría solo en la casa que compartían, él quería que su pequeño novio estuviese acompañado.

—Está bien— le dio un pequeño beso en los labios— verte aquí ha sido mi recarga de energía después de este largo viaje a Milán— dijo mientras volvía a hundir su rostro en el cuello de NuNew- amo tu olor ¿lo sabes verdad?

—Hiaaa— hizo aquella vocecita mimada que tanto le gustaba a su novio, lo que los hizo sonreír a ambos.

Pero en medio de ese momento, el mayor se percató de todo lo que había frente a él.

—Estuviste muy entretenido por aquí ¿verdad?

—¿Te gusta?— preguntó al separarse del abrazo.

—¿Me gusta lo que veo? Sí— respondió con su pícara mirada fija en NuNew.

—Hiaaa, hablo de esto— extendió sus manitas tratando de señalar toda la sala- estuve preparando todo esto para ti.

—¿Me extrañaste Nhu?— su voz volviéndose solo un poco más seria.

—¿Qué?

—Pregunté que si me extrañaste Nhu— le repitió cerrando sus manos en la diminuta cintura frente a él— dime Nhu, en estos siete días ¿cuánto tiempo pensaste en mí?— preguntó con el rostro recorriendo desde el cuello hasta la coronilla de su pequeño novio, su voz cada vez más grave.

—¿Qué clase de pregunta es esa Hia?

Una pequeña risita del contrario hizo que la piel de NuNew se erizara.

—Vamos teerak, dime cuánto me extrañaste— dijo dejando un pequeño beso en la comisura de sus labios— ¿o es que no me extrañaste?

—Claro que te extrañé Hia— NuNew se sorprendió de lo temblorosa que salió su voz.

—¿Entonces…?

—¿Al diablo la cena?— preguntó entre tímido y ansioso con sus pequeños ojos fijos en los del más alto.

—Respuesta correcta— dijo antes de eliminar el espacio entre ellos y unir sus labios a los de NuNew.

El impacto de su olor, su sabor, su calor… Fueron para NuNew un impulso a recorrer sus manos sobre los brazos de Zee, apretar con ellas su cuello para acercarlo más y finalmente bajarlas por todo el pecho de su novio hasta llegar a esos abdominales que tan loco lo volvían. No podía respirar, el beso era demandante, necesitado, cargado de todos los días que pasaron extrañándose mientras Zee estuvo en Milán.