El principio del fin

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Érase una vez un ángel y un demonio que se enamoraron, pero su historia no tuvo un final feliz...

Esta es la historia de Lorde el demonio y Adnyl la dulce ángel.

Lorde era el demonio más atento si no es que más caballero de todos los demonios, incluso para ser un demonio no tenía sentimientos malos, él sabía como ocultar un sentimiento y si deseaba tener su vida como estaba más apresurado que tarde aprendió de los humanos aparentar algo que no sienten y mucho menos piensan. Lorde pasaba largo ratos observado a los humanos, intentaba entender sus actitudes, sus sentimientos y su comportamiento, largas horas podría pasar viendo y aprendiendo de ellos, nadie le llamaba la atención, hasta que un día por casualidad, destino o simple accidente la encontró, ella no era un humano, ni aparentaba serlo, iba de un lado a otro, con una agilidad y delicadeza que Lorde jamás había visto, él sabía perfectamente que aquella chica era un ángel, cuidaba a los humanos aunque ellos ignoraran por completo su existencia, él intentó acercarse, al percatarse ella no intentó huir, lo más normal que haría cualquier ángel al encontrar un demonio acercándose, prefirió quedarse en su lugar y ver cada movimiento del demonio, no parecía querer hacerle daño, parecía curioso y eso es inusual en un demonio, ellos sólo son traviesos y escurridizos, enojones y malos, groseros y ególatras, pero había algo diferente en este demonio y ella se había dado cuenta.
Llegó hasta donde se encontraba aquella ángel y no hablaban, sólo se miraban, no necesitaban de palabras para comunicarse, ninguno se haría daño, sólo estaban allí parados mirándose sin decir nada.
-Hola, mucho gusto, me llamo Lorde- Dijo el demonio tomando una de las manos del ángel e inclinandose hacia delante para hacer reverencia y besar la mano de aquella ángel
-H-hola, yo me llamo Adnyl, mucho gusto- el comportamiento de Lorde había dejado un tanto sorprendida a Adnyl, nunca había visto a un demonio ser tan educado, aquel  demonio despertó la curiosidad del ángel y esta deseo saber más de él.
Tal vez esa curiosidad era mala, tal vez no, ¿quién podría decidir si querer conocer a un opuesto de ti era malo?
Habían quedado en verse días siguientes en el mismo lugar, a la misma hora, los dos llegaban puntual si no es que minutos antes de lo acordado, hablaban de lo que más les llamaba la atención y en este caso eran los humanos, ellos tenían los mismo sentimientos que los demonios y ángeles pero no entendían un simple sentimiento y los dos estaban de acuerdo en la misma duda de sentir aquello que todos los humanos deseaban encontrar en su vida.
"Los ángeles lo llaman placer divino, los demonios sufrimiento infernal, los hombres, amor"
Todo demonio que haya pasado por aquel sentimiento sabía que era el sentimiento más doloroso y masoquista que pudiese existir, no entendían la razón del porque a los humanos les gustaba tanto sentir una y otra vez ese sentimiento que sólo lastimaba, no tenía un beneficio sólo era innecesario e incluso pensaban que no valía la pena el sentir tal sentimiento.
En cambio los ángeles lo consideraban el placer más exquisito y perfecto que pusiese existir, un sentimiento que pocos lo sentían pero sabían que era un sentimiento que llena cualquier alma y si es bien cuidado valdría más que el mismísimo oro puro, pero tenían aún más que claro que todo aquel que sentía aquel sentimiento y no lograba entender las razones del porque terminaba tenía el riesgo de guardar rencor por el dolor y convertirse en un demonio, aún así admiraban a los humanos que después de sufrir seguían intentando sentir ese sentimiento que ellos llamaban "amor"
Los demonios y los ángeles podrían sentir "amor" por la persona menos esperada, tanto ángeles como demonios lograban enamorarse de humanos, demonios e incluso ángeles, pero todo ese amor les era prohibido, ninguno podía estar con aquella persona amada si era diferente a lo que eran, un amor totalmente prohibido por lo estrictamente correcto.
Pero que atrae más al amor sino que lo prohibido, cada día podrías ver un ángel enamorado de un humano, un demonio enamorado de un ángel o un demonio enamorado de un humano, todos con sus prohibiciones y sus amores mal correspondidos, pero siempre sentidos.
Lorde había sentido ese sentimiento y por esa razón había caído a las profundidades del infierno, con rencor, duda, dolor, sufrimiento y aún con amor, él sólo deseaba olvidar ese amor, deseaba seguir con su vida, pero era más difícil de lo que se imagino, pero cuando todo lo creía perdido, la encontró a ella, a esa ángel que fue un rayo de luz en el día más oscuro y lluvioso, Lorde se había enamorado de Adnyl y él mismo sabía que terminaría sufriendo más, pero no podía evitar esos sentimientos, deseaba estar cerca de ella, abrazarla, cuidarla, protegerla, se había convertido en alguien importante para el demonio y aunque Adnyl al principio se negaba al sentimiento terminó cediendo a ese amor, pero cuando pensaban que al fin podrían juntos estar, el imprevisto más grande ocurrió, Lorde en toda su caballerosidad había enamorado a una de sus compañeras y como todo caballero sabía que no podía dejar los sentimientos que había provocado, intento romper todo lazo con Adnyl pero era lo más difícil que debía ser, no podía parar de pensar en ella, quería verla, quería estar de nuevo con ella.
Un día los dos enamorados se escaparon para verse, al principio Lorde era tímido, frente a Adnyl era totalmente vulnerable, sentía nervios de tenerla tan cerca, pero se encontraba feliz de estar con ella, no podría más, sabía que era malo, pero sus deseos eran grandes, probar de sus labios el paraíso aún con el sufrimiento esperando, si tenía que sufrir lo haría pero no sin antes probar aquellos labios que le incitaban al pecado, Adnyl no se resistió al beso, ella también lo deseaba, cuando Lorde dejó de besarla fue Adnyl quien continuó el beso, aquel beso que los hundiría en el sufrimiento pero en el dolor más placentero que en sus vidas tendrían.
Un día olvidaron todo, sólo estaban ellos dos, nadie más, podían besarse y no les importarían las consecuencias después de ese día.
Pero después de ese día no pudieron con el dolor, ni con la distancia, se encontraban enamorados, pero Lorde no iba alejarse de su compañera por más que lo deseará, lo desconocido le aterraba y no sabía que tanto sufrimiento debería pasar para ser feliz, prefirio el quedarse en su lugar de demonio mientras no podía sacarse de la mente a Adnyl, la amaba pero no podía estar con ella, por su parte ella también sufría pero tampoco sabía que hacer, amaba a Lorde pero no sabía si alejarse o esperar...
¿Que sería lo mejor?
Arriesgar todo o simplemente ser un conformista.
Ninguno de los dos lo sabía, ni lo sabrán, de igual forma, todo ese amor seguía siendo prohibido.

Un amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora