Prologo

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Como decir no, cuando te lo han dado todo, volviendote alguien con renombre ante la sociedad, siendo una de las figuras mas llamativas de toda la comunidad, sin embargo, atada hasta lo mas profundo de sus temores.

Asi se sentia la pobre Eris Relish, un alma condenada a ser sometida sin probabilidad de escape. Desde muy pequeña se le fue inculcando los dones de una dama, sobresaliendo en todos. Diestra en la musica, historia, lengua y todo aquello a lo que le encontrara interes.

Sus padres, Adhara y Arzhel, habian creado un imperio. Siendo los dueños de muchos negocios fundamentales para la existencia de su oculta sociedad. Se podia decir que el nacimiento de su hija unica fue una gran noticia pero duro poco tiempo. Por algunos motivos que saldrian a la luz mucho tiempo después fue retirada la custodia de la pequeña.

La pequeña Eris con lagrimas en sus ojitos azules tuvo que tragarse el nudo al ver como una extraña se acercaba a ella, el miedo provocaba que tomara con fuerza la falda de su madre. Esta solo miraba sin emocion  alguna la accion de la pequeña.

-No te asustes, ven conmigo- trato de hablar lo mas suave.

Su madre con su mano apoyada en su espalda la empujo levemente.

-Anda Eris, ya hablamos de esto,tu tia ha venido de muy lejos por ti-

-Adhara por favor dejame a mi- la dama de facciones mas jovenes se agacho a la altura de la pequeña que se colocaba atras de su madre timidamente. -Eres una verdadera O'Brein, tu cabello blanco y tus ojos azules- acerco su mano a la mejilla de la nena.

Eris vio nostalgia en aquellos ojos iguales a los de ella. Dejo de esconderse, poco a poco solto la fina tela de la falda de su madre para dar pequeños pasos hacia su tia.

-Asi es pequeña, prometo cuidar de ti- levanto su mano para que Eris la tomara, una vez hecho esto se levanto, vio a su hermana mayor. Hace mucho habian hecho un juramento y ya era hora de cumplirlo. Moviendo la cabeza en señal de despedida tomo a su sobrina en brazos.

Escucharon como pasos firmes se acercaban a ellas, Arzhel vio a su esposa firme al final de las escaleras quedando enfrente de la Puerta de salida. Ante ella estaba su cuñada tomando protectoramente a su hija. Se acerco a su esposa rodeandola de la cintura.

-Ya es hora Adhara- susurro en su oido.

Eris miraba toda la escena sobre el hombro de su tia.

-Meridia ya sabes que hacer- hablo su hermana. Inmediatamente la nombrada empezo a caminar a la salida. Al salir al frio exterior escucho los sollozos de su sobrina.

-Estaras bien Eris, lo juro- la acaricio dandole calor, sintio como unas pequeñas manos se aferraban a ella.

Y desaparecio para no regresar por un largo tiempo.

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