Cap 4

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El sol era bienvenido, las calles comenzaban a llenarse por personas que cargaban bolsas y niños emocionados jugando. Las panaderias brindaban ese olor delicioso a pastel es, galletas, brownies, donas y otros manjares.

-Si nos damos prisa podremos salir y alcanzar una rica galleta de avena- menciono con voz rencorosa.

-Y lo haremos, ten calma-

Una niña de cabellos negros movia el pie derecho con impaciencia, sentada recta en una incomoda silla solo deseaba salir de ese horrible edificio.

- Cariño se que te lo prometi- trato de calmarla pasando una mano por sus hombros y acercarla a él.

-Papá no digas nada más- volteo los ojos con fastidio.

En el pasillo una mujer caminaba deprisa hacia ellos, sus cabellos rojos caian por su espalda. En sus brazos sostenia medicamentos, dos sueteres y su cartera.

-Ahi viene tu madre, ya nos iremos-

Petunia se levanto y sin mas se acerco a una gran ventana que habia en el segundo piso donde se podia ver a las personas correr, era los fines de semana donde se llenaban mas las tiendas.

-Cariño ya paso todo- hablo de manera cariñosa el hombre a su mujer.

-Solo fue el susto- suspiro- Esa niña me matara del disgusto-

El hombre solo sonrio para abrazar a su amada, estaba ahi desde muy temprano ya que su hija menor se habia lastimado el brazo izquierda tras subirse a un arbol, con la escusa de observar mejor el jardin.

-Te juro que se lo adverti mamà, Lily es una tonta-

-Entiendela Petunia, ayer hiciste bien tu papel de hermana mayor- la mujer cansada se sento en una silla -Lily no podra mover ese brazo por un mes, esperemos que salga del baño y podremos irnos-

Resoplo la niña.

Se volteo para cuestionar las absurdas acciones de su madre, sin embargo, quedo congelada al ver a una dama de cabellos rubios y ojos azules junto a otra de cabello negro tratar de contener las lagrimas.

"Eris"

Su rostro palidecio, sus manos comenzaron a tensarce. Habia esperado a Eris ayer pero no habia rastro de ella, penso que al comenzar el fin de semana su tia la habia llevado de paseo. Tenia miedo de ir a preguntar.

Su madre y padre la vieron, estaban por preguntarle pero vieron como unos mechones rojos corrian hacia las feminas.

-¡Lily espera! - solto sin pensar su madre.

Los adultos caminaron deprisa y Petunia corrio.

-¡Severus esta bien verdad señora Snape!- se sentia apenada por preguntar asi nada mas.

La mujer de cabellos dorados se levanto para darle espacio a la angustiada niña. No sabia nada de los chicos desde que los ingresaron en aquel hospital. Meridia trabajaba ahi, aunque eso no le ayudo. Estaba tan alterada que la sacaron de la habitacion.

Le dio un microinfarto al abrir la puerta y ver a su amiga Eileen empapada, adolorida y asustada. Su hijo casi no se podia mantener en pie. Lo que la saco de ese estado fue ver a Eris caer de cara al cesped.

No pregunto solo actuo. Fue dificil levantarlos y subirlos al coche, el muchacho fue el unico que esquivo su intento de ayuda. Como pudo camino sosteniendo a su madre a la cual le sangraban las rodillas.

Como un parpadeo estaban en la entrada del hospital, los niños fueron llevados a emergencia y Eileen a curacion siendo liberada una hora despues. Estaba ausente, lo ultimo que supo es que el chico tenia hematomas en las costillas y en la mejilla. Y su querida Eris la nariz rota y un corte en la mejilla. Grito al ver como le envolvian su cabeza con vendas pues tenia un conmoción, de ahi la perdida de consciencia.

Sus amigos del area trataron de tranqulizarla.

Sus pensamientos se alejaron repentinamente al ver como esa niña pecosa caia llorando al suelo. Meridia comenzo a llorar al ver como la amiga de su sobrina se acercaba hasta estar enfrente de ella.

-¿Ira a su refugio verdad señora?- escucho la voz entrecortada de Petunia y sus ojos llorosos -Eris nunca rompe sus promesas, vino aqui pero saldra hoy y yo le llevare fresas ya que le encantan- lagrimas cayeron por sus mejillas.

-Eso no lo se Petunia- fue doloroso soltar esas palabras. La niña casi cae al suelo pero su padre la sostuvo.

-Buenos dias, perdonen las acciones de nuestras hijas-

-Señores Evans no se preocupen- trato de calmar sus sollozos pero no pudo. La señora Evans no lo soporto mas y termino estrechando a esa mujer.

-Estamos aqui por si necesitan algo- susurro el señor Evans.

Lily corrio a abrazar a su madre. Entre sollozos hablo de su mejor amigo, su madre acaricio sus cabellos. Petunia hablaba de que no comeria sus galletas hasta que vea a Eris y vayan juntas por una.

-Meridia necesito que me escuches- todos se sobresaltaron al escuchar esa voz masculina, Eileen se levanto rapidamente -El muchacho responde bien al medicamento, ha tratado de levantarse varias veces argumentando de que no puede dejar sola a su madre-

-Ay Sev- susurro Lily.

Meridia sabia que algo ocurria, Dante hacia grandes pausas y eso ella sabia el porque. Petunia comenzaba a temblar.

-La nena, bueno este... - vio como el doctor, su amigo no podia verla a los ojos. -No ha despertado- afirmo con la garganta apretada.

Meridia empezo a negar con la cabeza, sus lagrimas caian y sus manos se apretaban fuertemente en puños. Los señores Evans la atraparon consolandola.

-Eso no es verdad doctor- todos vieron a Petunia -Eris, ella... -

En ese pasillo comenzaba a escucharse gritos y cosas caer. Varias enfermeras trataban de tranquilizarlos. Un adolorido Severus corria hasta estrellarse en los brazos de su madre.

-Ve inmediatamente a tu habitacion-

Severus con su bata y unos pantalones de tela miraban a su madre. Sintio como trataban de alejarlo. Eileen vio el escandalo que producia tal escena.

-La chica no ha despertado- susurro la dama de cabello negro.
Su hijo vio como Meridia lo miraba destrozada. Recordo como una niña salia de ese tronco para ponerse enfrente de su madre. La protegio sin conocerlos.

-¿Que tienes que ver tu con esto? -

-Petunia calmate por favor- Lily trato de acercarse a su hermana.

-¡Tu callate!- empujo a su hermana. -

-¡Yo no pedi su estupida ayuda, ella se lo busco!- estaba cansado y adolorido que no penso en sus palabras. Los adultos quedaron mudos.

-¡Severus! - vio los ojos horrorizados de Lily

-¡Idiota! - grito Petunia empujandolo, esto provoco un gemido en el frustrado muchacho.

-!Basta ya, mi niña ella...! -

-¡Doctor la niña pregunta por su madre! -

Una enfermera cansada corria gritando la noticia, Meridia no espero, Petunia corrio junto en busca de su mejor amiga. Abrio la puerta y sonrio.

-Ese olor de las panadarias me antojaron un trozo de tarta de fresa- Eris se escuchaba adormilada. Sus ojos se llenaron de vida al ver  lo que mas amaba en aquella puerta. Su Tia y su mejor amiga.


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