Cap 5

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Para Eris aquellos tres días habían sido muy diferentes a su rutina, nunca olvidaría las acciones crueles de aquel ser humano contra su esposa y hijo. Este último solo le había brindado una mirada vacia al salir del hospital.

Petunia no se le despegaba de encima desde que le dieron el alta. Sin saber la razón su primera parada habían sido en la panadería donde le compraron muchos postres, que comió junto a su tía y los Evans. Lily le sonreia  pero no habían comenzado ninguna plática. Al comienzo se sentía tímida pero se sintió segura al ser Petunia que contestaba las preguntas que sus padres preguntaban para ella y su tía. Meridia solo sonreía al ver el peculiar actuar de la amiga de su sobrina.

Ese lunes cálido estaba ella sentada en el escritorio de su cuarto donde tenía un montón de libros de historia, era sorprendente revivir aquellos sucesos por medio de papel y tinta. Sus marcas como ella llamaba a los moretones y cortes comenzaban a sanar, de vez en cuando le daban comezón. Petunia estaba en la escuela por lo que ese día no la vería ya que al comenzar la semana a la pobre le dejaban un montón de tarea.

Eris estudiaba en casa, su tía le enseñaba todo lo que una niña de su edad debería saber, incluso sabia un poco más por su esfuerzo de leer aquellos libros ricos en literatura. Sin embargo, su cabeza dolió al recordar algo que no esperaba.

"¿Como llegue a casa tan rápido? "

Escucho pasos abajo, por lo que salió deprisa para ver a su tía. Esta después del tremendo susto temía dejarla sola.

-Hola- trato de sonreír la pequeña.

-Antes que nada tengo que hablar contigo Eris- la mayor le dejaba una mirada de cariño pero sus manos dictaban otra cosa.
Eris obedientemente camino hasta la mesa y se sentó, siempre charlaban asuntos importantes en ese lugar. Su tía fue a la cocina donde tomó dos vasos y los lleno de limonada rosa. Se acercó hasta Eris y tomó la silla enfrente de la niña pasándole el  aso lleno.

-Gracias tia- sonrió, rascandose disimuladamente el corte en su mejilla.

-De nada cariño- Meridia se acomodo rectamente, poso su mirada un el corte de su sobrina, suspiro -Eris fue muy valiente lo que hiciste, yo sospechaba que Eileen tenía problemas familiares-

-Lo hubieras visto tía- miraba con rencor el suelo.

-Hay muchas personas malas Eris, pero no es por eso que estamos hablando de eso-

La nena levanto una ceja al ver cómo su tía trataba de no reír por el gesto de Eris tan parecido al de ella.

-¿Cariño te has preguntado porque sentiste ese cosquilleo y después aparecistes en la puerta de la casa?- se levantó hasta un armario que siempre estaba cerrado con candado, con una llave abrió la puerta y fácilmente saco un baúl pequeño. Lo sostenía firmemente en sus brazos para después colocarlo en la mesa, Eris no quitaba la mirada de aquel objeto. -Llevas en tus venas la sangre de los Rellish, estudiosos, trabajadores y disciplinados, aunque suene arrogante también llevas la maravillosa sangre de nosotros los O'Brien, apasionados, determinados, listos, astutos y valientes-

-Tía que tiene que ver eso con lo que paso... -

-Calla cariño, nuestra familia tiene una cualidad que ningún otra posee- cada palabra mantenía a Eris fuertemente concentrada en cada palabra de su tía- Hay un rasgo que poseemos pero no se da a relucir hasta que somos merecedores de ello-

Estaba por preguntarle a su tía de que hablaba hasta que vio como el cofre se habría revelando lo que ella creía que era un palo barnizado.

-¿Le temes a lo desconocido? - esta vez sintió como su tía se ponía sería. Eris trago para pensar un poco.

-No, solo veo una oportunidad de escapar de esta aburrida realidad- no supo porque dijo eso, pero admitía que una vez más las palabras de Petunia la habían impulsado. Meridia dejó caer una lágrima de orgullo que limpio rápidamente. Cerrando sus ojos recordó la risas que había compartido con su sobrina y abría los ojos.

Movió aquel palo y de el salio un brillo plateada que iba creciendo y tomando forma hasta que se convirtió en un lindo búho que volaba hasta rodear a su sobrina que sobresaltada se levantó admirando boquieabierta al hermoso ave.

-Te has ganado la oportunidad de conocer nuestro más grande secreto, eres una bruja y ya es tiempo de comenzar una nueva etapa de tus estudios.- Rápidamente abrazo a la menor -En tres años recibirás una carta que cambiará tu vida-

-Tía es mucho por procesar-

-Lo se, una cosa más, no puedes hablar con nadie de esto-

Eris miro a su tía con determinación. -Lo prometo-

-¿Bien que tal si empezamos con un poco de historia?-

Inmediatamente la pequeña tomó asiento y escucho atentamente cada detalle, su corazón no dejaba de latir.

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