El Diario De Ximena

Capítulo 1

Querido diario

Hoy es otro patético día donde tendré que hacer mi rutina diaria.

El colegio me agota, el horario es insoportable, mis compañeros son irritantes, mis ojeras muy oscuras, los profesores son exigentes. Me siento agitada, con hambre y fatigada de vivir esto todos los días. Detesto la maldita escuela.

Al terminar mi escrito de hoy en mi diario escuche que alguien me llamaba desde la parte de afuera de la casa

- Ximena, es hora de desayunar!

Era mi papá que estaba en el jardín con mi madrastra y su hijo. Escondí mi diario bajo la cama como siempre, tomé mis libros y mi guitarra y baje lo mas rápido que pude, al salir al jardín encontré a mi papá, le di un beso en la mejilla y lo saludé

-buenos días papá
-como estás hija? Dormiste bien?
-si papá, dormí excelente

En realidad le estaba mintiendo, en las noches no hacia otra cosa que no fuera irme a un rincón de mi cuarto con una taza de café a leer y luego irme a la cama a hundir mi cara contra la almohada y llorar hasta quedarme dormida. Todos los que me rodeaban siempre encontraban la manera de hacerme sentir mal y hundirme.
Mi madrastra y su hijo le mentían a mi padre para que me castigara y él estando ciegamente enamorado de ella ignoraba mis palabras y hacia lo que ella le pedía, odiaba tanto mi vida que en un momento dejé mi mirada perdida entre los árboles de la montaña y dos lágrimas resbalaron por mis mejillas

-oye tarada, porque lloras?

Volví la mirada a David, era mi molesto hermanastro, lo odiaba porque quería conquistarme, jamas se cansaba de intentar y al ver que me resistía siempre le decía cosas desagradables a mi padre sobre mi.

-nada idiota, estoy bien
-Ximena respeta a tu hermano por favor

Mis ojos se llenaron de ira cuando mi padre lo dijo y entonces exploté

-ya basta! Suficiente! Esta no es mi familia!! Este bastardo no es mi hermano, esa ramera no es mi madre y ustedes no son mi familia!!

Me levanté de la mesa molesta, el día había iniciado mal.

Tomé mís cosas y al salir azoté fuerte la puerta, en ese momento todo cambiaba, no...no en mi, yo seguía fingiendo estar bien. Lo que ocurría era que a la hora que yo salia hacia el colegio iba llegando mi vecino, Diego.

Yo lo espiaba todas las mañanas antes de que saliera a correr y cuando iba para el colegio siempre me lo topaba en el camino, nunca pasábamos del "hola, como estas" o de un simple "hola". Pero lo que me de verdad encantaba de él era oír su melodiosa y masculina voz cada vez que me saludaba, ver su inmensa sonrisa blanca y perfecta, sus ojos verdes fijos en mi para darme el 'buenos dias', en ese momento mi día se iluminaba y cambiaba un poco, luego regresaba a la tierra cuando me encontraba con Cata y le contaba lo que sucedía desde que me despertaba hasta que llegaba a su encuentro.

Cata lo sabe todo de mi, ella es mi mejor amiga y me acompaña a donde voy y apoya mis ideas por muy tontas que sean, en fin...ella siempre ha estado aquí para mi.

-Adivina que acaba de pasarme
-Viste a Diego, lo sé

Ella me conocía tan bien que sabia porque mi ánimo era tan variante. Llegamos a la escuela y como siempre fue un día aburrido y sin nada nuevo.

El día iba finalizando normalmente hasta que la directora entro a nuestra aula y nos dio un aviso importante

-Jóvenes, como saben, esta escuela cuenta con el plan de educación internacional el cual nos da a conocer que cada año recibiremos un o una estudiante de intercambio, este año tendremos a dos británicas para el área básica y una colombiana para la sección media las cuales serán recibidas el día de mañana. Es todo así que por favor vuelvan a sus actividades académicas

Al salir del colegio me detuve a pensar como seria convivir con gente de otra cultura. Entonces le comenté a Cata, quien ya había tratado con chicos de intercambio anteriores

-Amiga, como es convivir con personas de otro país?
- Es cool! Tienen su acento y costumbres y cuando entablas una conversación con ellos o ellas sientes que estas en otro lugar diferente a aquí.

Cata me había hecho pensar en lo divertido que seria ser amiga de la extranjera, así que en la noche no lograba dormir de tanta emoción, olvidé mis problemas y tristezas por aquella ilusión de conocer gente nueva y diferente a mi.