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Meses después
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Namjoon se acostumbró y eso no estaba bien.

No estaba bien ilusionar a su lobo. Pero era muy díficil, era difícil si Seokjin lo llevaba a cenar con su familia cada fin de semana, si salían a almorzar, si iba por él a la universidad o al hospital, saludándolo con un beso en la frente, si lo tomaba de la mano y alejaba a otros alfas o betas que se acercaban - según el alfa - a él con claras malas intenciones, si lo llevaba a citas y le hablaba bonito frente a sus padres, frente a su abuela.

Pero como siempre, en casa no, al menos le hablaba ahora, porque era incómodo cuando no decían nada después de pasar el día entero juntos. Su lobito chillaba, deseando el tacto más íntimo de su alfa, que lo abrazara en casa, cocinar juntos, comer, dormir en la misma cama, pasar su celo juntos...

Namjoon apretó sus ojos, reprendiendo mentalmente a su animal por no separar la realidad de toda la obra de pareja perfecta que montaron para su manada. Seokjin se lo dijo, le advirtió, todo no era más que actuación, el alfa aún amaba a la beta que se fue de la manada.

Lo único que mantenía su mente centrada era estudiar, el proyecto y el proceso de prácticas que empezó junto al matrimonio Kim. Los dos mayores se habían convertido en sus amigos. Eran personas completamente diferentes.

Namjoon sabía por ellos, que en la capital podía estudiar lo que quiera, pues su hijo es un excelente policía, dedicado y que estaba en grupo de defensa de los derechos de los y las omegas, el orgullo de ellos. Su corazón pinchó, haciéndolo sentir extraño al oír eso de la voz ahogada del señor Sung, su hijo era su orgullo.

Él desearía oír eso de su madre omega, ese chico era muy afortunado, sus dos padres lo amaban más que a nada.

Además, de muchas otras cosas que llamaron su atención, pero no eran tan relevantes para él como el hecho de que podría hacer lo que deseaba, deseaba ser un doctor... un doctor omega como el señor Sung.

Pero sus sueños eran imposibles en su manada, su lugar era ser esposo del líder, y sus aspiraciones tenían límites, lo máximo a lo que podía llegar era a enfermero ayudante, es todo. Al menos ser esposo del líder le dio una ventaja, llevaba un proyecto junto a dos médicos de la ciudad, eso era increíble.

Con el paso de las semanas, se había adaptado a organizar muchos documentos, realizar listas, organigramas, paso a paso de actividades y recuento de materiales para empezar con el proyecto, estaba más que feliz haciendo todo eso.

Pero lo que más le gustaba, era sentirse escuchado.

Pues un día, estaba almorzando con el matrimonio, ellos notaron su aroma, hicieron preguntas y finalmente, él se desahogó, pero en vez de criticarlo, de dar concejos que lo hicieran sentir peor, lo escucharon.

Es por eso, que aún no tenemos nuestro primer cachorro, mucho menos un lazo... él no me ama, y se supone que yo tampoco debería, pero... estoy enamorado, hace tanto, tanto tiempo, me siento tonto... — las lágrimas bajaron por sus mejillas al reconocer en voz alta sus sentimientos, bajando su rostro para no ver las expresiones juzgadoras

Pero solo sintió dos pares de brazos rodeándolo, consolandolo y dándole palabras de apoyo y él solo cerró sus ojos calmandose.

No eran las primeras personas que sabían la realidad de su falso matrimonio, pero si las primeras a las que les importaba su sentir, pues le dijeron que él no debía sentirse obligado a cumplir un deber que no le correspondía, pues era dueño de su vida y nadie más podía escoger por él.

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Por otro lado, estaba Seokjin en su oficina, dedicado a su trabajo como todos los días y concentrado, mucho como para pensar en otras cosas.

Estaba así hasta que llegó la señora Kim, la anciana alfa que le enseño todo sobre cómo ser un líder, acompañada de uno de sus betas ayudantes, el cual solo se quedó afuera.

Un poco extrañado por la inesperada visita, tuvo que alejar su mirada del computador para poner atención a la mujer. La señora solo se sentó frente a él, acomodando su abrigo y viéndolo fijamente mientras saludaba.

Seokjin, Seokjin, Seokjin... Hijo, tenemos que hablar de algo sumamente importante — la alfa se recostó en la silla, mirando seriamente al joven alfa que posó su mirada en ella cuando habló

Si señora, la escucho... — él solo puso sus manos sobre la mesa, asintiendo algo tenso. Cuando esa mujer iba a verlo, era para darle indicaciones, para que previniera algo o hacerle ver que algo está mal, ya se le hacía raro que no viniera

Seokjin, permití por tus excelentes palabras que Namjoon, mi nieto, ayudará en un proyecto menor, pero esto se está saliendo de control... No me gusta para nada que se la pasé en el hospital... — sacó un teléfono, dónde los trabajadores del hospital le decían a detalle todo lo que pasaba allí

Oh, comprendo. Yo le di permiso, yo lo llevo y voy por el todos los días, también le hago llamadas... — se removió incómodo por lo último dicho, pues eso no era cierto

Jum, pues no es suficiente muchacho. Debes ponerle un horario, tú eres quien manda, así que debe obedecer... No permitas que la pase fuera todo el día — bufó con molestia, mientras pensaba seriamente en lo que debía decir en realidad al chico — en fin, vine a hablar contigo de algo que necesita más importancia de lo que tú y Namjoon le dan...

Seokjin tragó saliva, imaginando que se refería a la marca. Era demasiado notorio el hecho de que Namjoon no llevaba su marca — Señora Kim, lo he conversado con Namjoon y no queremos apresurar algo tan importante, es muy pronto y...

¡Una mierda! — lo calló abruptamente, golpeando con su mano en la mesa — son esposos, Namjoon debería tener la marca hace meses, así como un cachorro en su vientre para iniciar su familia... He tenido paciencia, pero habrá una reunión con el concejo, Seokjin. Intente darles tiempo, pero se acabó.

Seokjin suspiró, tratando de no rodar los ojos al recordar que tenía encima no solo a la manada, si no a esos viejos metidos y avaros — Señora Kim, él y yo...

No lo metas a él, muchacho. La opinión del Omega no cuenta en absoluto... — golpeó sus dedos contra la madera del posa brazos de la silla, desesperada — irás a esa reunión, necesitamos asegurar un heredero... Me importa muy poco como te relaciones con ese inútil, más te vale empezar, tómalo y preñalo, eso es todo, no debes prometerle amor eterno ni mucho menos...

Seokjin apretó una de sus manos bajo la mesa, enojado consigo mismo ante la gran tormenta de emociones dentro suyo, frustrado y desesperado al no saber qué se le vendría encima.

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No lloren por fa 😔

[margaritas] - JinNam©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora