Desde aquel momento de revelación Eris turnaba sus días para aprender matemáticas, historia, fisica, música y otras clases para ser reemplazadas por historia de la magia, encantamientos, pociones, entre otras ramas de la magia. El tiempo pasaba muy rápido.
Pasaba ratos con su mejor amiga, comiendo helados, escuchando los chismes de las horribles compañeras de Petunia y como los profesores de vez en cuando se escabullian para tomar de una botella que su amiga afirmaba que era alcohol. Eris amaba esos momentos tan cálidos.
-Eris me estas escuchando-
Levanto la mirada para ver a los ojos de Petunia. Estaban sentadas en una banca que cubría las ramas de un gran árbol.
-Fuerte y claro comandante- Petunia solo sonrió
-Muy bien, cadete le decía que me iré unos días con mi padres de paseo y no estaré ,claro esta- Eris se entristeció -Petunia se levantó para sacar un paquete pequeño que había escondidos en unos arbustos que estaban a los lados de la banca que parecían más un cerco -Por ser un gran cadete yo Petunia Evans le otorgó este reconocimiento por aguantar mi duro entrenamiento por años-
-Petunia es que yo no te traje nada- comenzo a sonrojarse.
-Eris por favor, yo no estoy cumpliendo años mañana- sin esperar le empujó el regalo en la bolsa del pantalón que estaba utilizando su adorable amiga sonrojada. -Cuando vuelva te daré la otra parte del regalo-
-Solo puedo decir que te extrañare estos días-
-Yo igual- la abrazo para levantarse -Será mejor irnos ya ¿ te llevo a casa?-
-Estaré bien, te veré en tres días-
-Tres días- fue su último dialogó.
En el fondo le dolia mentirle a Petunia de algo tan importante para ella. Su tía le advirtió de las consecuencias por lo que guardo bien el secreto. Camino silenciosamente hasta un campo abierto donde habían flores, vio abejas ir y venir de una flor a otra. Al llegar a casa le comentó a su tía que Petunia no estaría. Su tía la consoló prometiéndole que iría donde ella quisiera.
Comieron hablando del emocionante día donde por fin tendría once años, se estaba convirtiendo en una hermosa damita. Habían quedado que mañana vestirian overoles azules y botas para ir a caminar por el lago y recolectar secretamente ingredientes para su práctica de pociones. Mérida sabia que ya el tiempo estaba acabando por lo que llevó a su sobrina a su dormitorio y la acostó como hacia desde que la obtuvo de dos añitos. Arropandolay depositando un beso en su frente.
-Buenas noches-
-Buenas noches tía- cerro sus ojos y rápidamente soño con su tía y Petunia corriendo por el campo persiguiendo mariposas que su Meridia invocaba con la varita, soño que le contaba a su amiga que iba a convertirse en una gran bruja y esta la abrazaba orgullosamente.
Terminó una vez que un rayo de sol entraba por su ventana dándole en la cara. Despertó feliz, rápidamente se metío al baño. Una vez cambiada bajo. Toda la casa olía delicioso.
-Feliz cumpleaños- vio como Meridia vestía exactamente igual a su atuendo. Corrió a abrazarla. Sirvieron la comida y estaban listas para partir, llevando en sus mochilas bocadillos.
Caminaban a la orilla del lago, buscando hongos, plantas acuáticas, insectos y algunas pieles de lagartijas o serpientes. Conocía el camino y estaba muy cerca de su escondite.
-No me lo vas a creer, Eris pero hoy es el mejor día de mi vida-
-El mio también- desvío la mirada al agua y vio su reflejo, recordando algo. -¿Tía has visto a los Snape?- Meridia casi resbala al colocar su pie en lodo resbaladizo. Se froto la frente con un pañuelo y vía a su sobrina.
-La verdad es que no- fruncio el seño. Tenía bastante tiempo que no miraba a Eileen.
-¿Crees que se mudaron?-
-Si- solo eso dijo y quiso aferrarse a esa respuesta, no se imaginaba lo que haría si le pasará algo a Eileen.
Iba a decir algo hasta que vio como un ave volaba en el cielo hasta acercarse a ellas.
-¿No se supone que son nocturnas?- se sobresalto al escuchar un grito de su tía, volteo para verla feliz ver al ave. El animal se poso en una rama y bajo la cabeza para entregar aquel sobre. Chillando.
Meridia abría su mochila y le entregó dos galletas al ave que tomó delicadamente fuertemente en su pico y tomó vuelo perdiéndose en el cielo.
-Rápido Eris, tienes que abrirla- las manos de su tía temblaban. Como en automático su sobrina tomó el brazo de su tía y la guio hasta su escondite tomando asiento ambas. La carta se le fue entregada, y respiro hondo hasta romper despacio el sobre.
Vio como su tía moría de curiosidad sosteniendo fuertemente su bote con agua.
Extendió los papeles y leyó:
Señorita Eris A. Rellish
Orilla del lagoEstimada Sra. Rellish
Nos complace informarle que usted ha sido aceptada en Hogwarts. Colegio de Magia y Hechicería.Adjunta a esta carta, encontrará una lista con todos los libros y el material necesario.
El curso empieza el 1 de septiembre. Estaremos esperando por su lechuza a más tardar el 31 de Julio.
Atentamente
Minerva McGonagall
Directora AdjuntaColegio Hogwarts de Magia y Hechicería
Director:
Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos del Wizengamot, Jefe Supremo)-Es que no me la creo aun- sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. -No puedo creer que merezca tanto sin haber hecho nada-
-Eris te mereces más, serás grande mi niña, además prometeme que antes que nada disfrutarás cada etapa de este nuevo capítulo tuyo. La niña solo asintió con la cabeza. Su tía la había preparado para este momento tan grande y ya era hora de probar su valor -Sabes que estaré para ti siempre verdad-
-Lo se-
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.