Cap 8

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Sentía el fuerte agarre de su tía en su mano, caminaban apuradas por aquella estación, miraban como las personas corrían desesperadas para tomar su respectivo tren. Escuchaba como Meridia murmuraba su lista mental, para ver su olvidaba algo. Quizo sonreír cuando escucho como se preguntaba si había cerrado muy bien la ventana. Llevaba un carrito con sus cosas, sin faltar su amada guitarra.

-En tu cartera llevas pastel de nuez y un termo con chocolate caliente, en el baúl van tus botas, zapatos para el uniforme y tenis. Algunos profesores tienen programas adicionales como lenguas elficas, coros y podrian necesitar asistentes-

-Me agrada eso-

-Habrán niños mayores y de tu edad, podrias ofrecerles bocadillos es más fácil hacer amigos así- sintió como Eris se tensaba -Se que tu única amiga es Petunia pero es más divertido estar en Hogwarts en compañia-

-Lo pensaré-

-Casi lo olvido- saco de su bolso un paquete pequeño -Ahi va dinero que necesitarás, recuerda que ya te enseñe el valor de cada una, también va dinero muggle por cualquier cosa- Eris lo tomó y lo guardo. -Por aquí esta- vio como caminaban hacia una pared, si no hubiera visto tantas maravillas creería que iban directamente a hacer el ridículo pero confiaba en su tía. Una vez que vio todo oscuro rápidamente vio humo salir del gran tren espléndido. Nunca se había subido en tren.

Vio a muchos niños abrazar a su padres, otros ya estaban en el tren y sacaban sus manos. Supo en ese instante que la mayoría de los compartimientos estaban llenos. Vio como algunas madres no querían soltar a sus pequeños y empezó a preguntarse por sus padres.

-Ya casi es hora, vamos te ayudaré con el baul- se acercaron a la rampa y subio. Su tía quedo parada en la acera y ahí comenzo a sentir su ausencia. Estaba por bajarse pero vio los ojos azules de su tía verla con orgullo. Tomó fuertemente la Correa de su cartera -Te ayudaré esta vez pero cuando vuelvas quiero que tu lo hagas- le guiño un ojo y sin mencionar su hechizo provoco que la maleta se elevará.

-Gracias- trato de calmar su voz que estaba a punto de quebrarse.

-Esperaré tus cartas- no pudo verla más porque Eris entró por aquel largo pasillo, sabía que si aún la miraba se bajaria del tren y no se separaría de su amada tía ni de Petunia.

Meridia vio como los mechones de su sobrina desaparecían en aquel pasillo, vio muchos padres y niños correr. Despedidas emotivas y consejos. Estaba por retirarse cuando vio algo que la sorprendió. Un pareja adulta abrazaba fuertemente a una niña de cabellos rojos. Busco a su hija mayor pero no estaba. Lily iria a Hogwart pero su hermana no.

"Que sentiste al enterarte Petunia"

Vio como la niña subía y vio como un niño la esperaba en la entrada, el hijo de Eileen. Busco a su madre en el mar de gente hasta encontrala cerca de un montón de maletas.

-Eileen me alegra verte- y la mujer de cabello negro vio a su amiga sonreír.

El tren comenzo su ruta, muchos niños corrían de compartimiento a otros, los mayores buscaban a sus amigos. Y ahí estaba Eris sola con un gran baúl buscando un lugar que estuviera vacío para ver el paisaje y tocar su guitarra. Era más fácil con el hechizo de su tía. Camino siendo empujada sin querer hasta que abrió la puerta y vio lo que ansiaba. Entró y el hechizo despareció. Arrastró el pesado objeto y lo colocó, su cartera iba a su lado y su guitarra encima del baúl. Se sentó cerca de la venta y vio el hermoso paisaje.
-Petunia estoy que me muero de los nervios, espero disfrutar esta experiencia-tocó su anillo y cerró los ojos.

Llevaba unos largos minutos, estaba con las piernas recogidas, se había quitado la chaqueta y quedó en una camiseta. Su guitarra estaba en su regazo, comenzo a tocar las cuerdas hasta comenzar una melodía. Su cabello estaba sostenido por una cola negra. Imagino a su amiga en en asiento enfrente de ella con aquellas túnicas largas y criticando la moda horrible de Hogwarts. Estaba tan concentrada hasta que casi deja caer la guitarra por el azote de la puerta al abrirse.

-Mil disculpas- vio a un chico de cabello cafe alborotado, sus ojos verdes eran preciosos -Me llamó Elliot Wright-

-Hola, soy Eris Rellish- el chico sonrió

-¿Puedo sentarme contigo señorita?- esta asintió sin pensar. El chico se sentó y sacó de su túnica unos bombones de chocolate. -Mi madre menciono que se puede comenzar una amistad con comida-

Eris sonrió, pero estaba nerviosa y sintió su sonrisa como mueca, tomó su cartera y sacó el paquete de galletas y se lo paso a su compañero de compartimiento. -Ya me habían dado ese consejo, gracias- tomó los bombones.

Elliot solo movió la cabeza y sacó un cuaderno y pluma. De vez en cuando mordía las deliciosas galletas de almendra. Eris agradeció el silencio y dejando la guitarra en su estuche apoyo la cabeza en el cristal de la ventana.

Vio como Elliot se movía a la puerta, eso llamo su atención.

-¿Ocurre algo?-

-Escucho voces en el otro compartimiento-

-Bueno yo escucho risas y gritos- menciono Eris levantándose también.

-Te aseguró que no es eso- y abrió la puerta.

Eris rodo los ojos, era mejor que no se metiera en problemas, quizo sentarse y dormir un rato pero su curiosidad ganó. Salió y se dirigió al compartimiento continuo al de ella, escucho una discusión. Como cuatro voces y una de ellas era Elliot. Sin pensar abrió la puerta.

Elliot sostenía a un chico de cabello negro por los brazos mientras una niña intentaba separara al otro de cabello café y gafas. Los participantes vieron hacia la puerta al esta abrirse. Dos quedaron sorprendidos al ver aquellos cabellos blanco en ese tren.

-Eris, te lo dije no era una plática común- Elliot soltó al incómodo niño.

Ante ella estaban Lily Evans y Severus Snape. Por un momento soño que Petunia la sorprenderia tapandole los ojos. Despertó cuando el otro niño con gafas menciono en voz alta.

-Antes muerto que ser una serpiente rastrera-

-Tienes razón, una serpiente es más inteligente y espera a su presa en cambio tu eres como un perro ladrando pero no mordiendo- escupió rápidamente Eris.

Elliot soltó una gran carcajada y el niño con gafas se sonrojo saliendo rápidamente de ahí. Se acercó a Eris posando su brazo en su hombros. - Chica lista-

Eris trato de esquivar la mirada de Lily pero se errepintio de ver la mirada fría de Snape.

-Deberías ignorarlo esa clase de chico solo busca molestar y hacer que pierdas el control-

-Elliot tiene razón, la mejor manera de esquivarlo es ignorarlo. No salgas ante sus provocaciones y ver... -

-Nadie pidió tu ayuda- salió como un susurro pero Eris escucho. Elliot lo volteo a ver y Lily lo reprendió con la mirada.

-!Severus no seas maleducado! -

-Que haces aquí, no deberias de estar con tu amiguita envidiosa- su voz sonaba llena de rencor. Eris estaba confundida, pero se sintió mal -Sabes que tu le estas robando su más grande sueño-

-! Severus basta! - este no prestó atención a su amiga, estaba molesto porque una vez más esa niña lo dejaba en ridículo.

-Mm ya se, tus padres estarían muy orgullosos de tu amistad con una muggle- dio un paso más hasta ver lo ojos llorosos de Eris -El apellido Rellish es reconocido por sus negocios  tanto en el área de pociones como en departamento de cooperación mágica internacional en el Ministerio, tal vez te han de extrañar mucho- soltó una sonrisa sádica.

-Por lo menos mis padres me dejó en buenas manos, que hay del tuyo- No pudo seguir y se retiró hasta encerrarse por todo el viaje.

-No se que te pasa con ella, pero vi como te defendió chico- Elliot lo miraba con rencor -Eres un cobarde- y se retiró dejando a Lily con el chico odioso.

Severus vio a Lily y la vio sollozar

-Lily perdon yo no quise hablar de tu hermana pero... -

-Solo guarda silencio por favor- fue lo último que menciono, una nube había sido testigo y como acto de consuelo desató grandes gotas de lluvia.

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