Para Eris había sido una semana llena de emociones, admiraba a sus profesores que mantenían entretenidas sus clases. Comía en su mesa y no estaba sola ni un segundo. Por sus estudios en casa ya le había ganado puntos a Slytherin.
Con sus deberes en mano y ordenados camino hasta el lago. Metió todo en su mochila colocándola en una rama y se acercó al agua helada. Llevaba puesta su túnica y abajo su uniforme. Sus manos eran cubiertos por guantes negros. Admiraba la belleza del lugar.
-No se si es seguro estar tan cerca de la orilla- escucho la voz tranquila de Elliot. Amaba verlo en esos colores azules.
-Bueno, creo yo que es un hermoso lugar para que me hables sobre tu experiencia en la casa de los sabios- se sentó en el césped.
-Es agradable tener con quien hablar sobre literatura- se acercó a ella, le dio una galleta envuelta en servilleta. Y se sentó.
-Mi casa no es mala, he visto algunas miradas despectivas pero que se puede hacer- sacó su varita y hizo que algunas gotas de lluvia se elevarán haciendo divertidas acrobacias.
-Eres increíble, sabes para ser hijo de muggles me toca un largo camino que recorrer- vio como Eris soltó su varita del estupor. Elliot la miro un poco nervioso -Esa mirada la he visto cuando ves una serpiente venenosa, entiendo si ya no me hablas- intento levantarse pero una mano lo sujeto de la manga
-Elliot no me lo esperaba- lo miro detenidamente.
-Tenía miedo de decirlo, mis compañeros dicen que para los Slytherin es una abominación juntarse con sangre sucias- su mirada estaba clavada en la azul de ella.
-Mi mejor amiga es una muggle- dijo con tanto cariño, que Elliot supo que era la indicada -Me crié como muggle y mi tía trabaja en un hospital- se acercó hasta abrazarlo fuertemente -Puede que lleve los colores de Slytherin pero ante todo siempre veras a la verdadera Eris-
-Ahora lo tengo claro- se separaron del abrazo, iban a levantarse hasta que vieron pasar chispas por en medio de ellos. Iba tan rápido que rompió la rama donde estaba la mochila de Eris. Esta se levantó rápidamente -Eris mira hacia el castillo-
La peliblanca miro como esas chispas iban adquiriendo forma hasta convertirse en murciélagos. Varios que estaban afuera miraban tal espectáculo. Entre ellos estaban Lily y Severus, este último vio con horror como esas cosas iban hacia él. Soltó los libros que llevaba y corrió pero fue inútil, se tropezó hasta caer colina abajo.
-!Eso fue increíble James!- el chico Black se reía mientras le daba golpecitos en el hombro a James, atrás de ellos caminaban otros dos con mirada incómoda.
-Yo creo que no, sabes falle tenían que estrellarse en su ropa para brindarle un lindo color rojo- menciono James viendo como su audiencia se reían.
-!Eres un tonto, pudiste lastimarlo!- grito una Lily que corría para ver el estado de su amigo. James borro su risa al ver tal acto. Un sucio Snape subía la colina sujetando su brazo con fuerza, en su cabello llevaba ramas y hojas. Su amiga lo sostenía de los hombros.
-Se que es un idiota, pero no merece que sea molestado de esa manera- murmuro Elliot dispuesto a enfrentarse a los chicos malos, pero quedó casi sordo al escuchar una explosión salir de la varita de Eris. Vio una frialdad en sus ojos grises que no supo reaccionar. De la punta de la varita salieron unas avecillas como balas ir directamente hacia Black y Potter. Fueron rodeados como si hubieran molestado un panal y salieran millones de avispas. Trataron de correr pero sentían los picotasos, por temor corrieron hasta perderse en unos arbustos. Las risas continuaron hasta que escucharon los pasos de la profesora Minerva McGonagall indicar que lo había visto todo. Al verla varios recogieron rápidamente sus cosas para irse, la mayor camino hasta estar cerca de Evans y Snape.
-Señor Snape vaya a la enfermería- miraba su brazo y a una Lily muy preocupada. Volteo a ver cómo Wright y Rellish la miraban -Acérquese señorita Rellish, es una falta realizar hechizos contra sus compañeros- Elliot estaba por hablar y tratar de negociar con la subdirectora -Permítame continuar señor Wright, es una falta pero la dejaré pasar por las intenciones por la que lo hizo- Eris no tenía miedo, solo quería enseñarle a ese par que era malo burlarse de otros. -Pueden continuar su caminata, los veré en la cena- no dijo nada más, camino hasta ser una manchita.
Eris no esperaba nada más, con su mochila en la espalda iria a su dormitorio para prepar sus materiales para mañana. No volteo a ver ese extraño par. Elliot entendio su actitud, sonrió a Lily y camino junto a su amiga.
-Espera un momento por favor- escuchar la voz dulce de Lily los detuvo, esta camino hasta ellos y los tomó de la mano para depositar unas lindas flores en sus palmas. Eris vio esto con tristeza, cada que Petunia y ella pasaban un campo con flores tomaban una sin que su compañera la viera y antes de despedirse se la regalaban a la otra.
-Muchas gracias Evans- el chico Ravenclaw sacó unos chocolates de su túnica -Dale uno a él cuando quieras- sabía que si se la daba se la rechazaría. Snape sentado agotado, humillado y furioso no levanto la mirada.
-Elliot acompañame adentro, necesito hablar contigo- Eris camino guiando por los pasillos de Hogwart.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.