Las vacaciones le dieron un respiro a Eris, estaba una vez más en su casa junto a su tía. Era feliz a pesar del castigo de no tocar la guitarra o comprarle una mascota. Como prometió ahí estaba con su amiga.
-Te has estirado Petunia- esta sonrió, un día antes le había mencionado a su padre que compraran chocolates para recibir a Eris.
-Me lo han dicho, se que sonara raro pero visite tu casa y le hice compañia a tu tía. Es muy amable- la peliblanco se sorprendió -Aprecio que me mandaras las fotos, tu familia se ve que te apoyan- la vio tomar una hojas del suelo -Te diré algo, mi hermana Lily se fue a un internado- Eris rápidamente fingió asombró. Su mente le gritaba que ya lo sabía pero decidió no hablar. -El asunto es que me alegro que este lejos-
-¿Petunia? - la mayor la miro con seguridad, Eris sabía que Petunia sabía el secreto -Te haré una pregunta- tomó las manos de su amiga y las sostuvo -¿Te hubiera gustado estar con ella?-
"¿Te hubiera gustado ser bruja?"
Petunia con indignación la soltó y se paro, resoplo furiosa.
-Jamás, mi padre y madre están orgullosos de ella. Están ciegos-
Rellish se levantó alarmada, quería decirle que ella era como Lily. Talvez compartir ranas de chocolate donde nadie las mirara, enseñarle retratos que se mueven. Petunia se acercó hasta tomarle el brazo, en un abrazo que Eris no sintió cálido le susurro al oído.
-Mi hermana es un monstruo, solo yo veo lo que es, aquella vez que me consolaste yo no pude aguantarlo. Mi madre grito emocionada cuando ese pájaro entró a la casa en vacaciones con esa carta- se separó bruscamente de la peliblanco - paso una mano por su mejilla apartandole mechones- eres mi otra mitad Eris, y aquí en nuestro lugar te digo que hay tanta confianza entre nosotras que hablaré de algo que ha manchado a los Evans- sus ojos estaban llenos de odio -Lily es una bruja y su raro amigo igual-
Eris quedo en shock. Su pecho dolió, sintió su estómago ser comido no por mariposas sino por larvas. Sintió los labios de Petunia en su mejilla y la vio caminar hasta su casa. Sintió que algo le pinchaba la oreja. Su amiga en algún momento le había puesta una hermosa rosa sin espinas en es cabello.
La pobre niña no durmió durante días, al regresar de las vacaciones e ir a clases iba muy pérdida en sus pensamientos.
"Sabes que tú le estas robando su más grande sueño"
Recordaba las palabras de Snape una y otra vez. Cuando estaba sola se metía a algunos cuartos ocultos y lloraba. Su tía le menciono que algunas veces pasaba y los hermanos llegaban a sentir envidia. Elliot le sacaba risas algunas veces. James y sus magos la hacían enojar y Lily con su amigo trato de ignorarlos.
Vaya que lo había hecho bien, pero la subdirectora no colaboró un día. Obligó a que tomaran nuevas parejas para esta tarea. Severus inmediatamente vio a Lily, Eris a Alice pero McGonagall no lo permitió.
-Acá Snape y Rellish- los niños estaban muy recelosos. La profesora sonrió al verlos juntos. Comenzó a explicar que tenían una divertida actividad sobre transformar unas preciosas esposas en cualquier cosa. Estas eran colocadas en los brazos para unir a los niños. Los Slytherin les dio un escolofrio del asco al estar atados a un Gryffindor. Paso por cada asiento, regañando cuando algunos comentarios eran muy negativos.
-Será mejor que te concentres Evans, no quiero estar ante alguien como tu-
Varios rieron menos, James y sus amigos, Alice, Severus y Eris. Cuando la profesora llegó por fin a su objetivo inicial vio con diversión como una resignada Rellish extendía su brazo. En cambio Snape no.
-Señor Snape su brazo, rápido- este la miro con enojo.
-No lo hare- resonó su voz altiva -Prefiero barrer con un cepillo este Salón que estar atado a ella-
-Yo no le pregunte, es una orden- la profesora tenía los labios fuertemente unidos -Sino lo hace prometo que quitare el Quidditch para los de su casa.
-¡Dale el maldito brazo a tu compañera Snape!- le gritaban los demás enojados -Profesora yo tomaré el lugar de Rellish- decía una niña con colores verdes, quería ver a su hermano mayor jugar y no dejaría que ese tonto lo arruinará.
-Será con Rellish o ya sabe- esperaba impaciente.
-Yo creo que Snappy tiene otros gustos profesora- argumento James unido a Remus. Snape estaba por levantarse, pero sintió los brazos de Rellish sujetarlo y rápidamente colocarle la esposa y cerrarla.
-Quítame esto Rellish- la niña lo ignoró.
-¡Eso es Rellish muestra quien manda!- reían varios.
-De acuerdo, cuando suene el reloj trataran de transformar las esposas. Aquellos que lo logren podran salir y los que no andarán unidos hasta buscar la solución, si llega la noche y no hay resultados yo misma abrire con su respectiva llave.
Al sonar la alarma se escucho varios hechizos. Unos abrieron a la primera en cambio otros ya empezaban a hacerse a la idea que estarían todo el día de esa menera. Al ser hora de salida llamaron la atención de los que salían de otras clases. Les silbaba con otras intenciones, entre el grupo estaban varios Slytherin con algunos Gryffindor y por desgracias de Snape estaba aun con Rellish. La profesora habia hechizado las esposas de ese par para que no la abrieran. Caminaban lastimandose ya que Snape iba veloz. Eris se detenia a cada rato para hablar con los encantadores fantasmas, provocando en Snape pellizcos y tropesones.
-Rellish camina- trato de avanzar.
-No hasta que dejes de arrastrarme-
Y asi pasaron horas, terminaron en hacer para deleite de ellos sus actividades, amaban la literatura pues iban a la biblioteca, tenian que dejar cartas iban a la lechuceria. No se hablaban, llevabn un ritmo que beneficiaba a ambos.
-No se si sentirme celoso- se acerco Elliot a ellos -Ya me cambiaste por Snape- afirmo.
-Hablas puras tonterias- Eris levanto la mirada y con suplica le dijo a su amigo si sabia en hechizo para las esposas -No Eris, tendras que esperar hasta que la profesoras les de la llave-
-¿Como sabe el...?-Snape miro a Elliot caminar. -Lo hace a proposito.
-¿Vamos afuera?-
-No, quiero ir a la sala de Slytherin- Eris estaba frustrada, caminaron una vez mas jalandose y lastimandose en el proceso.
Al acabarse las horas, la profesora los esperaba con una sonrisa picara, ambos extendieron sus brazos y pensaron de esa no tan terrible experiencia ,dijeron en su mente los dos.
ESTÁS LEYENDO
¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.