capitulo 29

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Escondido entre los autos de parquímetro, se encontraba Frederick, observa o buscado detenidamente a la persona con la cual tiene más que una conversación pendiente. Hoy es el día que lo volvería a enfrentar luego de tantos años, será difícil pero está más que decidido.

Sus ojos se iluminaron al verlo, pero al segundo ese brillo se tiño oscuro y decepcionante. Aunque su corazón sigue latiendo por su ex esposo, verlo feliz de la vida como si no hubiese dejado nada atrás, lo hizo enfurecer. Tanto que sintió como su corazón se rompía, seguía amándolo aún después de todo el daño causado.

Iba a darse la vuelta y no ir hasta ahí, o decirle sobre quién lo está buscando. Pero, entonces vino a su mente ese niño pequeño que lloraba por ver a su madre. Por una vez en su miserable vida haría algo por ese niño que tiñieron de odio todo por sus egoístas desiciones.

—¡Mika!—Grito ruidosamente.

Esa persona de espaldas se tesón al escuchar esa voz y sobre todo ese nombre que no había escuchado hace mucho tiempo. Temía voltear y ver a Frederick, más cuando su hijo está presenté. No quería que su pequeño bebé supiera su pasado.

-—Mika, se que eres tú—Sonrío con burlas—¿Crees que con cambiar un poco tu aparecía no iba a reconocerte? A ti, a quién evisto desnudo.

Maldito bastador, si sigue gritando de esa manera todas esas personas, se empezarán a reunir y hoy o mañana estaremos en los titulares.

—Señor—Se cubre la nariz—Deje de gritar de esa forma—Lo ve de pies a cabeza—Si sigue así, las personas pensara que es a mamá, a quién le está diciendo esas cosas.—Frunce el ceño—Él se llama Rodolfo, no Mika.

¿Este es el nuevo truco de los vagabundos o los carteritas, hacer un escándalo y de esa manera sacar dinero? Se nota que es un vagabundo apestoso, con cara de drogadicto. Malditos vividores, ¿por qué no trabajan?

—No estoy equivocado—Se acerca un poco más.—Esa persona junto a ti, es mi ex....

—¡Cállese señor!—Solo así, lo volteó a ver. Eso ojos plateados ven con ferocidad a Frederick.—Si quiere dinero—Busca su cartera—Solo pedirlo, no es necesario que grite o mienta de esa forma.

¿Dónde están esos imbéciles de seguridad cuando se les necesita? Ah, ya me acordé. Les pedí que no nos siguieran, mierda fuí muy confiado, pero solo quería salir de compras con mi hijo. Solo los dos.

—¿Mamá...?

—Oriol, entrá al auto—Besa la frente de su hijo—Puede ser peligroso, solo sube—Susurra.

—Bien.

Oriol entró al auto, subió todas las ventanillas. En su celular buscó el número de su padre, le llamará para que venga por ellos o por si las cosas salen mal.

—¡Te advertí que sucedería si volvías a parecer frente a mi, Frederick!—Hablo con su voz de Omega dominate.

Las venas en su cuello y frente podrían explotar en cualquier segundo, está controlado su furia para que Oriol, no sospeche nada.

Frederick ni siquiera se inmutó, esas feromonas y voz no se comparan en nada con las de Hayden. Tenía más miedo volver a olerlas que enfrentarse a Rodolfo.

—¿Crees que te tengo miedo? Mírame—Extiende sus brazos—Lo perdí todo, ya no me queda completamente nada—Sonrío—En cambió tú, si.—Mira a Oriol—Tienes mucho que perder.

Rodolfo se muestra firmé y sin miedo pero por dentro está ansioso, temeroso de que toda su felicidad se desmorone en cuestión de segundos.

La desesperación lo estaba comiendo desde adentro, así como sus uñas se incrustan en las palmas de sus manos, hasta el punto en que comenzó a sangrar.

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora