Capítulo 21

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Louis.

Después de esa conversación todo fue a mejor, Harry estaba todavía más pendiente del castaño y se hacía cargo de todas las tareas que conllevasen algo de fuerza física por mínima que fuese. A parte, intentaba que fuese él quien vestía, bañaba, preparaba y le ponía las zapatillas al pequeño.

Eso tenía a Jake encantadísimo, le fascinaba estar con el rizado, tenía una especie de obsesión sana por él. Incluso ya empezaba a moverse y a hacer cosas parecidas al mayor, aunque seguía siendo un clon de su madre. El castaño tenía que reconocer que estaba un poco celoso de la relación que tenían porque significaba que no le necesitaban, aunque ambos chicos le hacían saber todos los días lo mucho que lo adoraban y lo mucho que lo necesitaban a su lado.

Más de una vez Harry le decía a Jake que le pidiese ayuda al ojiazul solo por hacerlo sentir mejor, y Louis no era tonto, sabía que lo hacía a propósito pero le encantaba que fuese así de bueno, le hacía enamorarse todavía más.

Ahora había pasado ya otro mes y medio desde que lo descubrieron, así que significaba que estaba ya de tres meses, momento idóneo para decírselo a sus más allegados. Eso lo llenaba de nervios, quería que la noticia fuese recibida con alegría, pero aunque no se lo decía a Harry seguía teniendo ese miedo de que le rechazasen por ello.

"...¿qué opinas?" Harry le había dicho algo, pero él estaba metido en su cabeza.

Estaban los tres sentados en el sofá de casa, viendo una película en la enorme televisión. Harry estaba sentado apoyado en el respaldo lateral con las piernas estiradas abiertas con el castaño entre ellas y la espalda apoyada en su pecho, a su vez Jake estaba en la misma posición pero entre las piernas del castaño. Una de las grandes manos del rizado estaba en la barriga apenas nada abultada del menor y con la otra mano acariciaba el pelo de Jake. Todo una hermosa imagen familiar.

"Perdona cariño, no te he escuchado." gira un poco su cabeza para poder mirarlo a los ojos. Antes de contestar el rizado le da un suave beso en los labios.

"Decía que podríamos ir todos a pasar el fin de semana a la casa del lago, así les damos la noticia."

"ee... sí claro, como prefieras." se nota la duda en su voz aunque había querido sonar seguro.

"Precioso..." frunce el ceño. "No empecemos, dime qué es lo que pasa." Louis baja la mirada.

"Luego te lo digo, ahora estamos aquí los tres juntos teniendo un momento increíble en familia. Acabemos primero la película." se acomoda de nuevo en el pecho del mayor y aferra el agarre que tiene en Jake, también coloca su mano entrelazando los dedos con la del rizado que tiene en su estómago.

"Está bien, mi vida." da un beso en su cabeza y continúan viendo la televisión.

No quedaba otra, se lo tendría que decir, sabía que el rizado lo comprendería y que no lo juzgaría, pero se estaba cansando de defraudar a su novio. Malditos traumas que no se van de su cabeza.

Después de cenar, contarle un cuento a Jake y ducharse por fin se mete en su cómoda cama, bueno la del rizado pero ya se está acostumbrando a decir que es suyo todo lo que hay en el piso,  a fin de cuentas el mayor solo hace que corregirlo cuando no lo dice de la misma forma.

Minutos después se impacienta porque Harry no viene a la cama, le había llegado un correo electrónico de algo de la empresa y después de cenar se ha puesto con el ordenador portátil a trabajar. Pero ahora ya era tiempo de que se metiese con él a la cama y le diese muchos mimos y caricias, estaba necesitado de más por mimos de su novio.

Se levanta frunciendo sus morritos y va hacía el salón, observa al mayor concentrado en la pantalla de su ordenador, serio, pero igualmente tan jodidamente guapo y sexy. Todavía no se acababa de creer la suerte de haberlo conocido, lo afortunado que era de que ese hermoso e increíble hombre quisiera estar a su lado diciéndole que lo ama y consintiéndolo en todo lo que pedía y más. Es sin duda el amor de su vida.

Caprichos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora