El viajero de mundos (TN x Harem)

El hombre equivocado en el momento correcto

Despiertas en una habitación, tardas un poco en abrir los ojos. Pero poco a poco te das cuenta que ya no estás soñando. El silencio sepulcral de tu hogar nuevamente asola tus sentidos, solo siendo reconfortado por la comodidad de tu cama, la cuál puedes disfrutar ahora que estás nuevamente consciente.
Conforme terminas por volver a recuperar la consciencia, tu mente se aferra a seguir con el sueño un poco más, volteas tu cuerpo hacia la izquierda en espera de escapar de la tenue luz blanca que brota desde el lado opuesto, cierras tus ojos nuevamente, pero te es imposible volver al conciliar el sueño. Tras unos segundos más de intentarlo, finalmente decides levantarte de la cama.

Tan pronto como te sientas sobre el colchón, sueltas un último bostezo y te estiras antes de ponerte de pie y frotar tus ojos cerrados con los dedos de tu mano izquierda, tu vista se acostumbra rápidamente a la iluminación de la habitación.

Todo sigue igual.

Ha pasado un año desde que obtuviste el poder de Gugnir. Sin embargo, sientes como si llevarás toda la vida antes de eso encerrado, no tienes idea de cómo es tu mundo fuera de estos muros. Aún así, lograste dominar el poder y actualmente tu casa (o prisión) es prueba de ello, decorada con cosas que has traído de otros mundos.

Echas un rápido vistazo por tu habitación, te das la vuelta y te encuentras frente a tu cama. Del otro lado, una lámpara con forma de candil de aceite ilumina suavemente el resto del lugar. Hasta el fondo hay una pared únicamente acompañada por un mueble repleto de libros y pequeños artefactos conseguidos de tus viajes. Hasta la derecha un umbral hacía el que te diriges.

Del otro lado, llegas a un algo estrecho cuarto en el que al final hay un lavabo y espejo. A tu derecha también encuentras una ducha. Te dispones a asearte y arreglarte mientras sigues pensando en que sería quizá bueno volver a la cama un rato más.

Mientras te bañas, te pierdes en la emoción de la idea que ha estado recorriendo tu cabeza los últimos meses. Desde que obtuviste a Gugnir, lograste descubrir más cosas cobre como funciona aquel viaje entre mundos.

Tus primeros viajes no fueron lo que esperabas de este poder. Pero entendiste la importancia de fortalecer tu cuerpo para las siguientes ocasiones. La primera vez que pusiste un pie en otro mundo no duraste ni medio minuto antes de caer desmayado presa de un cansancio casi mortal. Despertaste en el suelo de tu casa, aún agotado, pero vivo.

Las siguientes veces no fueron mejores. Lograbas durar un poco más. Aunque nunca suficiente como para poder hacer nada importante.

No fue hasta los seis meses que lograste llegar a la marca de 15 minutos. Y luego podías hacer viajes de 15 minutos y volver a tiempo. Fue hasta los diez meses que lograste duplicar esa marca. Podías actuar en el mundo y así conseguiste hablar con personas. Interactuar con ellas y conseguir objetos para ti mismo que, quizá, pudieran ayudarte en tu entrenamiento.

Tu último récord fue de una hora.

Te perdiste tanto en tus recuerdos que no viste en que momento habías salido de la ducha. Ahora mismo te encontrabas en la cocina preparando tu desayuno. Fue el siseo del aceite lo que te sacó de tu trance. Diriges tu mirada hacía los huevos con tocino que preparabas. Parecen estar listos y apagas el fuego. Mientras sirves tu desayuno en un plato, vuelves a sentir emoción y nervios ante la idea de lo que hoy te espera.

Hoy debes alcanzar la marca de las dos horas.

Es frustrante pensar que después de un año aún no has explorado a profundidad ningún mundo nuevo debido a lo exigente de tu nuevo poder. Sin embargo hoy estás decido a adentrarte en un sitio nuevo y ver todo lo que puedas mientras disfrutas del don que te fue dado. Aunque ahora mismo decides quitar esas distracciones de tu cabeza y te dispones a disfrutar tu desayuno, después de eso, empezarás los preparativos para el viaje.

Llenas tu mochila mayoritariamente con comida. Haces uso de toda tu destreza acomodando tres botellas de agua en solo dos bolsas; deberían bastar. También guardas un par de herramientas como un hacha y un martillo. Aunque aún no sabes bien que es lo que harás en concreto, te preparas para varios posibles escenarios y también guardas algunas monedas de oro y plata. Por último guardas algo de mercancía que quizá puedas vender. Algunos feos adornos de madera que agradecerías no tener más, una extraña arma de avanzada tecnología que dispara luz (Aunque hace tiempo que ya no dispara). E incluso aquel extraño cubo de varios colores que nunca pudiste hacer coincidir en sus seis caras.