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Habían pasado dos largos días desde que el grupo y los sobrevivientes regresaron de la misión

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Habían pasado dos largos días desde que el grupo y los sobrevivientes regresaron de la misión. Los sobrevivientes, aquella mujer desnutrida y pálida junto con el otro hombre flaco y alto, con un rastro de incontables cicatrices en la cara, yacían en la bahía médica del cuartel, recuperándose de lo que habrán sido años de desgarro emocional y físico reflejados en sus ojos hundidos y rostros demacrados sin una pizca de vida. La piel parecía haberse fundido con sus huesos, haciéndolos verse de la muerte, sus cuerpos, por más de su actual dieta de recuperación, se asemejaban a cadáveres vivientes. Podrían haber sobrevivido, sí, pero a un costo que implicaría Dios sabe cuanto tiempo de recuperación física y mental para sus almas en pena. Eran los únicos sobrevivientes que lograron escapar entre las ruinas de aquel hospital, donde otros habían perecido a causa de horribles experimentos. La pregunta de los cuatro operadores principales de ese cuartel era; ¿Por qué ellos? ¿fue por algo en especial que ellos fueron los únicos pacientes sin ser torturados en esos aberrantes experimentos? o fue simplemente que el destino les sonrió por primera vez en toda su tortuosa vida?

Tras la operación, mientras el sol de la tarde arrojaba todo calor y cálido esplendor sobre la techumbre de planchas del cuartel, el grupo de cuatro se reunía en la sala común. Discutían con firmeza sobre su misión más reciente, compartiendo los hallazgos que encontraron en las ubicaciones donde habían buscado.

Luego de la reunión, salieron de la sala. Price, con una mochila negra repleta de las pruebas en su espalda, se encaminó directo a su oficina, listo para investigar a fondo y rebuscar entre las pruebas que consiguieron los demás hombres para luego compartirles el resultado de su investigación. Ghost, con una pesadez en cada uno de sus largos pasos, se dirigió hacia la zona médica. Su aura grisácea parecía mezclarse con la pesadez de la atmósfera de los pasillos de ese cuartel.

Finalmente, llegó a la habitación donde la joven mujer se hallaba reposando en proceso de recuperación. Al abrir la puerta, sus penetrantes ojos azules se fijaron en la femenina recostada en la camilla, ella estaba en la cama, algunas zonas de su delgada figura envuelta en vendajes que tenían la intención de resguardar las heridas del pasado en ese hospital marcado físicamente en ella. Sus ojos, grandes y llenos de una incomodidad obvia, parecían demostrar toda la pesadez de lo que probablemente haya sufrido todo este tiempo.

''¿Cómo te encuentras?'' —resonó en la habitación pequeña la voz áspera y profunda del hombre, su acento británico estaba bastante marcado en cada palabra. Sus ojos penetrantes recorrieron la habitación, observando a la mujer y evaluando el espacio en donde ella reposará estos meses.

No hubo una respuesta oral de la mujer. Sus grandes ojos lo observaron de reojo explorando su imponente figura y la máscara de calavera que ocultaba su rostro. Si bien la femenina estaba consciente de que este grande y aterrador hombre y sus compañeros eran parte del ejército y que la habían rescatado, no podía evitar que la huella de años de maltrato la afectarán en su intento de socializar.

El imponente hombre aclaró su garganta, ya viéndose venir esta reacción suponiendo la posible historia de la mujer y de los trastornos que podrían haber sido la primera razón por la cual ella había terminado en el hospital. Camino lentamente hacia un pequeño escritorio en una esquina de la habitación, donde yacía una libreta en blanco y un marcador. Con cuidado y lentitud se los extiende a la joven. No esperaba una respuesta inmediata, sabiendo de que no había confianza, pero no perdía nada intentándolo.

Sus profundos ojos azules se abrieron con un poco de sorpresa al sentir a la joven agarrar la libreta y marcador entre sus delgadas manos, sus ojos casi vacíos lo miraron fijamente. Podía sentir como ella analizaba cada detalle de la máscara del hombre, pero rápidamente apartó la vista mientras se removió un poco incómoda en la camilla, él la entendió al instante alejándose nuevamente para darle su espacio mientras tomo asiento en la silla al lado del escritorio en la esquina de la habitación.

Con un brillo de duda en la mirada de la mujer, finalmente desvió su mirada hacia una de las hojas en blanco de la libreta. Destapó el marcador y sus manos temblaron mientras el hombre la observaba desde cierta distancia. Desde la lejanía noto las muecas que hacía la mujer y como trazaba líneas de manera torpe.

Luego de unos largos minutos en silencio extendido, la mujer dejó caer la libreta en el suelo. Ghost frunció el ceño, sintiéndose desconcertado por este acto. Después, ella deslizó la libreta en el suelo hacia donde estaba él. El reaccionó al sentir la libreta chocar la punta de sus botas. La levantó del suelo y como un gesto inconsciente entrecerró los ojos antes de abrir la libreta, pero se distrajo al oír una suave risita proveniente de donde descansaba la mujer, casi incrédulo y arqueando una ceja en un gesto silencioso de pregunta, dirigió su mirada hacia la figura fémina. En un gesto de querer saber la razón de su repentina risa.

''Entrecerraste los ojos como si fueras un señor mayor a punto de leer el periódico'' —susurró la mujer, su voz ronca y débil, bajando la mirada para evitar encontrarse con los ojos de Ghost mientras hablaba. El hombre casi no podía creer que la mujer hubiera hablado, pero se sintió un poco complacido al pensar que estaba ganando un poco de su confianza. Solo soltó una breve y seca risa irónica mientras bajaba su mirada a la libreta entre sus manos. La tinta negra del marcador decoraba la hoja en líneas torcidas que representaban una perspectiva que podría considerarse que se asemejaba a una habitación, hombres con pasamontañas negros estaban dibujados con un trazo mas violento, sosteniendo objetos similares a jeringas y armas. Ghost frunció el ceño, tratando de encontrar un significado en el dibujo. Quizás eso era lo que la mujer había presenciado en el hospital.

''¿Quieres hablar de esto?'' —preguntó en voz alta. La mujer negó con la cabeza en silencio, mirándose las manos.

''No, pero puedo hacerte más dibujos'' —susurró, levantando ligeramente la mirada para ver qué tipo de respuesta daría el hombre, quien la observaba desde la esquina. Él asintió con la cabeza y dejó la libreta en el suelo. Del mismo modo que ella había hecho antes, él deslizó la libreta por el suelo hasta que llegó a una de las patas de la camilla. La mujer la levantó rápidamente y la guardó bajo la almohada mientras observaba a la imponente figura de Ghost levantarse y dirigirse hacia la puerta.

''Llámame Ghost'' —su voz gruesa y áspera resonó en la habitación antes de que él saliera, escuchando únicamente el susurro de la mujer diciendo ''soy __...''

Sombras del pasado - Simón Ghost Riley x Female Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora