ÚNICO.

1.5K 101 1
                                    


Minutos más tarde vuelvo a abrir mis ojos, frunciendo el entrecejo cuando siento los costados de éstos pesados y muy húmedos, suspiro agotada.

Saco mi rostro del hombro del mayor buscando ver el suyo y al mismo tiempo, negándome a interrumpir el cómodo silencio que se había formado en la habitación minutos después de que él me abrazara con fuerza contra su cuerpo y me dijese que me amaba, encontrándome con la sensual imagen de su lacio cabello desordenado y sus pómulos sonrosados, sus ojos estaban cerrados, su respiración agitada y estaba sudado, su cabello se pegaba a su rostro mientras se mantenía echado hacia atrás sosteniendo con firmeza mi cintura.

Y pensar que esa personita tan tranquila estaba tan activa hace tan solo unos minutos.

Sintiéndome aún agotada recosté nuevamente mi rostro en su cuerpo, ésta vez utilizando como almohada su pecho desnudo. Sin embargo, abrí mis ojos de par en par al ver mi reflejo en el espejo y traté de levantarme, fallando al instante por culpa de mis piernas aún temblorosas y logrando al mismo tiempo sobresaltarlo.

Abre sus ojos con pesadez y se vuelve hacia mí con preocupación, mirándome por tercera vez consecutiva en busca de alguna herida. Al notar la razón de mi descontento, se levanta llevando consigo mi cuerpo.

Teniéndome en sus brazos caminó hasta detenerse frente al enorme espejo que adorna la preciosa habitación del pent-house en dónde nos estamos hospedando, dejándome en el suelo justo al lado de un armario. Mis piernas tiemblan y me sostiene durante algunos segundos al notar mi debilidad y poca sostenibilidad.

Se preguntarán, ¿Porqué te sientes tan débil si son pareja y se supone que es una actividad normal?

Pues... en realidad, acabo de tener relaciones sexuales por primera vez, y con nada más y nada menos que mi reservado esposo, el cuál luego de años conociéndonos me demostró facetas que me dejaron con ganas de repetir éste momento una y otra vez.

Bueno, en realidad sé que lo repetiré durante el resto de mi vida.

Acerca nuestros cuerpos al espejo tomando mi rostro entre sus manos con un poco de brusquedad y camuflada delicadeza, mientras ambos fijamos nuestras miradas en el reflejo del otro.

Me aprieto al aire.

Dios.

Mi rostro está rojo al igual que mis ojos, el maquillaje que antes decoraba con delicadeza mi rostro ahora acompañaba la forma de mis lágrimas dejando unas líneas negras y secas en mis mejillas, mi cuerpo aún se encontraba con espasmos y mis piernas aún temblaban.

Bajé la mirada y el calor subió a mis mejillas, ésto debido a que miré mis muslos y estos se veían un poco húmedos y con rastros de sangre, mi entrada se veía un poco inflamada y mi pelvis tenía uno que otro punto rojo.

Han sonríe mientras nota como miro el estado en el que se encuentra mi cuerpo con asombro, paso mis ojos al suyo y casi me voy hacia atrás por segunda vez, intenté por todos los medios no mirar hacia abajo pero fallé en el momento en qué bajé la mirada por segunda vez, quedando cara a cara con su pene medio flácido, el cuál tenia un líquido blanco adornando su punta.

Mierda.

Interrumpe mi recorrido cuando me voltea y me abraza con cariño, le devuelvo el abrazo sintiendo sus manos en mi espalda, cerrando mis ojos, sintiendo su aroma, concentrándome en sus suaves caricias, sin querer que este momento tan especial se termine.

Sus fuertes brazos me levantan por segunda vez y camina conmigo hacia un lugar desconocido, me sentí relajada al instante en que ví que se trataba del baño y que este estaba conformado por una enorme bañera. Han me deja sentada en el inodoro luego de colocar su camiseta en éste y se acerca a la regadera para terminar de llenarla, moviéndose de un lado a otro y tomando entre sus manos productos del cuidado corporal, capilar y facial.

FIRST | Han Lue • +18. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora